La Universidad de La Laguna y Cajasiete han formalizado hoy, miércoles 15 de septiembre, el acuerdo para prolongar por tercer año consecutivo el patrocinio de la entidad financiera a la Cátedra Institucional de Big Data, Open Data y Blockchain de la institución académica. Durante el acto fueron presentados los resultados del proyecto “Mapa BOB” de Canarias, así como el resumen de las actividades desarrolladas el curso pasado y el plan de trabajo del que viene. También se contó con una intervención de Juan Manuel López Zafra, director general de Economía de la Comunidad de Madrid, acerca del papel de la gestión de datos en la toma de decisiones institucionales.
La renovación de la cátedra fue rubricada por la rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa Aguilar Chinea, y el presidente de Cajasiete, Fernando Berge Royo. En el acto también estuvieron presentes el vicerrector de Cultura y Participación Social, Juan Albino Méndez Pérez; el director General de Cajasiete, Manuel del Castillo González; y el director de la cátedra, José Luis Roda García.
La rectora valoró que las cátedras institucionales como una herramienta muy eficaz para que la sociedad civil ejerza un mecenazgo optimizado, al fomentar el trabajo conjunto en una materia de interés común. En este caso, el asunto que centra el interés de la cátedra es de máxima actualidad: “Tener la capacidad de generar datos y explotarlos masivamente va a facilitar una mejora exponencial en muchos ámbitos y en las condiciones de vida de la ciudadanía. Es un tren que no podemos dejar escapar y la universidad debe estar a la vanguardia de este tipo de tecnología”, dijo para, seguidamente agradecer a Cajasiete su apoyo en este y otros proyectos institucionales.
El presidente Cajasiete recordó el compromiso de su institución con la sociedad, plasmada en su apoyo a instituciones como la Universidad de La Laguna. Sobre el Big Data, reflexionó que la gestión del dato es el futuro: “Si en Canarias no somos capaces de hacer cosas novedosas en los modelos de negocios, vamos a tener serios problemas, de ahí la importancia de tener esta relación universidad-empresa. Queremos colaborar con las universidades públicas porque la economía del futuro es la economía del conocimiento. Solo si somos capaces de gestionar los datos, saldremos adelante. Si no, vamos a depender una vez más del exterior y nuestro desarrollo económico y social se va a ver resentido”.
El director general de la entidad reincidió en la aportación de la ciencia del dato al desarrollo presente y futuro de la región, pues es esencial para lograr negocios más rentables y competitivos en un mundo cada vez más global. También valoró el papel de la cátedra para aglutinar a numerosas empresas de la comunidad que colaboran con ella y forman parte de su comité asesor.
El vicerrector de Cultura y Participación Social vinculó la labor de la cátedra a los trabajos necesarios para lograr “una economía con un nivel de resiliencia mayor”, algo que estos dos últimos años de pandemia ha revelado como algo “urgente”. Valoró el modelo de cátedras institucionales como instrumentos exitosos para propiciar la necesaria transferencia de conocimiento desde la universidad a la sociedad.
Finalmente, el director de la cátedra realizó una intervención menos protocolaria en la que quiso agradecer el trabajo de todas las personas que desde las diferentes entidades han hecho posible que la Cátedra de Big Data, Open Data y Blockchain haya logrado su actual grado de desarrollo. Seguidamente, hizo una breve presentación para los nuevos integrantes de la entidad en la que recordó su misión y visión, centradas en contribuir a la transformación digital, al desarrollo de los modelos de negocio y de investigación en materia de datos, con el objetivo de que Canarias y la Universidad de La laguna se conviertan en referentes nacionales en la materia.
López Zafra: “Cuando el dato es gratis es que el precio somos nosotros”
Juan Manuel López Zafra, que además de director general de Economía en Comunidad de Madrid es profesor titular de Estadística e Investigación Operativa, impartió la conferencia “Ciencia de datos, la alquimia moderna. Hacia el Data Driven Decision Making”.
En su intervención, desgranó cómo la toma de decisiones en numerosos ámbitos ya se está produciendo basándose en el análisis de datos. Se ha pasado de decisiones basadas en inputs totalmente psicológicos como la experiencia, la intuición o las creencias, a unas basadas en datos objetivos. “Nos podemos equivocar igual, pero al menos tenemos un sustento en el que poder apoyar la decisión de forma clara”.
Explica que el análisis de datos ya es relevante en todas las disciplinas y áreas, desde la administración y las empresas, pasando por la moda, el deporte, el ocio o los procesos industriales, porque cualquier actividad humana, tanto profesional como personal, es susceptible de ser registrada y, a partir de ahí, tomar decisiones.
La digitalización aumentada de la actualidad comporta desafíos no solo legales, sino éticos, que tienen que ver con la pérdida y protección de la privacidad. “Hay determinadas actuaciones de nuestra vida que queremos mantener en la esfera de lo privado y eso resulta complicado si llevamos móviles con geolocalización o estamos en ciudades con cámaras que lo graban todo. Eso tiene consecuencias positivas para la seguridad, pero al mismo tiempo es delicado desde el punto de vista de la privacidad: yo no tengo porqué ser registrado constantemente, no soy un delincuente en potencia”.
López Zafra reflexiona que durante años las personas han transmitido sus datos en Facebook, Twitter o Whatsapp, pero eso siempre ha tenido un coste que mucha gente no supo ver: “Cuando el dato es gratis, es que el precio somos nosotros”. La ciudadanía ha reaccionado algo tarde ante esos posibles peligros, pero el experto cree que todavía hay tiempo de reaccionar. “Es bueno que dudemos, que nos planteemos si estamos bien cubiertos ante la voracidad comercial que, aunque te facilite mucho la vida, tiene un coste”.
Sobre la digitalización de la administración pública, explica que va más lenta porque son entidades que, para proteger el interés general, tiene una serie mecanismos de control, fiscalización e intervención que necesariamente ralentizan el proceso. Aun así, el experto invita a reflexionar si se va a poder asumir siempre esta falta de agilidad, habida cuenta de que “perder ahora un año debido a la lentitud equivale a perder seis años de hace veinte”. A su juicio, la administración tiene que cambiar la forma de relacionarse con el entorno y también internamente.