El catedrático de Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Santiago de Compostela Senén Barro considera que “la personalización del aprendizaje será la aportación más importante de la Inteligencia Artificial (IA) en la educación”. Según el experto, esta tecnología podría automatizar parte de las tareas más mecánicas del profesorado, permitiéndole así dedicar mayor atención a las facetas “más humanas” de la docencia. Y aunque un mal uso de ella no está exento de peligros, posee un gran potencial para lograr que las personas aprendan de una manera constante, en cualquier momento y a su propio ritmo.
Barro ha sido el ponente inaugural del XI Congreso Iberoamericano de Docencia Universitaria (CIDU), que ha comenzado hoy, miércoles 27 de enero, y ha sido organizado telemáticamente por la Universidad de La Laguna. Esta cita bienal reúne desde hace 22 años a expertos de España, Portugal y todos so países de América Latina para debatir un asunto concreto que, en esta edición, será “La transformación digital en la universidad”.
La rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa Aguilar, fue la encargada de inaugurar este encuentro, recordando que la situación de pandemia que aún está activa obligó a la institución académica a afrontar ese proceso de trasformación digital de manera urgente: “En pocos días pasamos de ser una universidad presencial con apoyo telemático a ser una universidad totalmente digital”. Y aunque la comunidad universitaria espera poder volver a la antigua situación de docencia en vivo, lo cierto es que esta crisis ha servido para sentar las bases de un nuevo modelo en el cual lo telemático tendrá mayor presencia.
Miguel Ángel Zabalza, catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Santiago de Compostela y presiente de la entidad auspiciadora del encuentro, la Asociación Iberoamericana de Didáctica Universitaria, también señaló cómo la crisis sanitaria ha acelerado los procesos de transformación digital universitaria. Alabó igualmente que el encuentro, que debía celebrarse inicialmente en 2020 y ha experimentado sucesivos retrasos, haya podido desarrollarse finalmente, aunque sea en formato virtual.
Por su parte, el presidente del comité organizador de esta edición, el catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de La Laguna Amador Guarro Pallás, recordó las dificultades que ha entrañado la organización de este evento, que comenzó en octubre de 2018 y que inicialmente iba a ser presencial para luego estudiarse la posibilidad de que fuera semipresencial, hasta concluir que lo sensato era optar por el actual modelo telemático. Señaló que la temática del congreso ya había sido elegida desde un inicio, aunque la pandemia la ha puesto más de actualidad, si cabe.
Inteligencia artificial
Tras unas palabas de los copresidentes del comité científico del congreso, los catedráticos de la Universidad de La Laguna Javier Marrero Acosta y Manuel Area Moreira, y una actuación musical a cargo de Benito Cabrera y Tomás Fariña, el catedrático de la institución compostelana Senén Barro dictó la conferencia inaugural, “La educación personalizada a través de la Inteligencia Artificia”,
El ponente comenzó con un análisis no exento de crítica sobre el modelo educativo actualmente vigente: “Me considero un profesor del siglo XX que da clases en un aula del siglo XIX a estudiantes del siglo XXI”. Explicó que la formación se centra en tres tipos de inteligencia: cognitiva, pragmática y ejecutiva y el actual sistema educativo se decanta hacia la primera, dando una especial importancia a lo memorístico, a pesar de que tan en entornos profesionales como educativos se estima que sería más oportuno centrarse en la ejecutiva. “Si las maquinas van a superarnos en ciertos ámbitos, no deberíamos concentrar la educación en esas tareas”.
Barro recordó que el uso de la IA como apoyo a la docencia es ya una realidad, en forma de programas para detectar plagios, correctores automáticos, e incluso generadores de contenidos. Sin embargo, cree que la verdadera aportación que puede lograr en el futuro es lograr un verdadero aprendizaje personalizado.
La presencia de la IA en la educación es algo que se da por hecho y ya aparece en una reciente declaración de la UNESCO, en la que se aconseja preparar a la población para relacionarse con las máquinas tanto en la educación como en el trabajo. En este nuevo contexto, la IA debería asistir más al estudiante que aprende que al docente que enseña, seleccionando qué debe aprender, evaluándole en cada momento y dándole respuestas elaboradas a preguntas complejas.
Especulando sobre un futuro lejano, “pero no tanto”, explicó que existirán Avatares Personales para el Aprendizaje, que se nutrirán de la información personal y sobre hábitos de vida existente en línea y facilitará un aprendizaje más personalizado que reducirá el estrés porque aprovechará los mejores momentos para el proceso. “Estos avatares sabrán qué debemos aprender, de quién, cuándo, cómo…”.
Barro también se refirió a los peligros que puede entrañar un mal uso de la IA, como la generación de desigualdades sociales, el posible control gubernamental de la población o cuestiones relativas a la privacidad. Por todo ello, y pese a las grandes ventajas de la IA, para el ponente, “la mejor educación seguirá estando en manos de los mejores docentes”.