La Universidad de La Laguna es una de las instituciones europeas de educación superior seleccionadas para participar en el proyecto financiado por el programa Erasmus + titulado «Liderazgo y organización para la enseñanza y el aprendizaje en las universidades europeas – LOTUS (2020-2022)». Se trata de una iniciativa patrocinada por la Asociación de Universidades Irlandesas, el Ministerio de Educación Superior de Finlandia, la Universidad de Economía y Negocios de Viena, la Unión Europea de Estudiantes y la Asociación Europea de Instituciones de Educación Superior, en estrecha colaboración con la Asociación Europea de Universidades (EUA).
Este proyecto busca fórmulas para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje universitario y adaptarlo a las necesidades de la sociedad y el alumnado actuales. Para ello se ha marcado tres grandes objetivos: fomentar la capacidad de las instituciones de educación superior para desarrollar estructuras y enfoques sistemáticos de mejora del aprendizaje y la enseñanza; intercambiar experiencias y discutir el desarrollo, construcción y gestión de este cambio de paradigma; y ayudar a las instituciones seleccionadas en la implementación de sus propias prioridades estratégicas.
Para realizar este estudio, es necesario contar con universidades de diferente perfil que permitan analizar diferentes situaciones. Por ello, los promotores del proyecto invitaron a varias instituciones a colaborar y la Universidad de La Laguna, a través del Vicerrectorado de Innovación Docente y Calidad que coordina Néstor Torres, presentó su candidatura y fue finalmente seleccionada. En opinión del vicerrector, el centro tinerfeño puede ofrecer una visión muy particular dada su singularidad en el contexto europeo, tanto por su condición insular como su pertenencia a una de las regiones ultraperiféricas de UE.
Torres señala que la Universidad de La Laguna ha estado muy interesada en participar en LOTUS porque sus objetivos entroncan con el proceso que la institución está abordando internamente para incorporar prácticas innovadoras en docencia que, a medio plazo, desemboquen en un cambio de modelo educativo mucho más centrado en el alumnado, colocándolo en el centro del proceso.
Para representar a la Universidad de La Laguna, el vicerrectorado ha designado a un equipo de docentes que comparten el interés por las acciones de innovación y son de perfil diverso. Así, dos son profesores titulares con larga experiencia en el centro, como Rodrigo Trujillo, del Departamento de Análisis Matemático, y Pedro Álvarez, de Didáctica e Investigación Educativa; y los tres restantes son profesores ayudantes doctor que están comenzado su andadura académica: Guido Santos, de Bioquímica, Microbiología, Biología Celular y Genética, y David López y Yaritza Garcés, ambos también de Didáctica e Investigación Educativa.
Para el vicerrector, participar en este proyecto dará mayor visibilidad internacional a la Universidad de La Laguna, al participar en un foro que le permitirá intercambiar experiencias con centros académicos de toda Europa. Supone, además, una oportunidad para mejorar los servicios de una institución ubicada en una región aislada del continente y con problemas estructurales como el alto desempleo juvenil o la escasa diversificación de la economía. En este contexto, la educación superior se convierte en un instrumento esencial para fomentar ese cambio social a través de la formación
El proyecto arrancará en octubre con un taller internacional de lanzamiento en el que está previsto que participen en torno a la treintena de instituciones. Los centros participantes han tenido que elaborar un autodiagnóstico de sus objetivos estratégicos en enseñanza-aprendizaje y, en el suyo, la Universidad de La Laguna resumió su interés por crear condiciones óptimas para que el alumnado participe activamente en su aprendizaje.
Para lograrlo, ha trazado tres objetivos estratégicos: abordar la tasa de deserción, uno de los graves problemas que afectan a la educación superior; fomentar un rendimiento académico autorregulado que posibilita trayectorias académicas exitosas; y desarrollar competencias para la transición sociolaboral y el desempeño profesional.
Aunque esos objetivos están centrados en el estudiantado, conseguirlos exige actuar también en áreas como la formación continua del profesorado, especialmente el más novel. Así se garantizará la transición generacional que afronta la universidad y, además, se contará con una plantilla que, desde sus inicios, esté comprometida con este nuevo modelo de formación centrado en el estudiante.