El XXX Congreso Internacional de Lingüística y Filología Románicas lleva celebrándose desde ayer, lunes 4 de julio, en la Universidad de Laguna, pero fue formalmente inaugurado hoy, martes día 6, en un acto celebrado en el Aulario General del Campus de Guajara presidido por la rectora de la institución académica, Rosa Aguilar Chinea. Durante cinco días, un total de 475 personas procedentes de más de 250 centros académicos de 27 países diferentes presentarán las principales novedades de la investigación sobre lenguas romances a través de quince mesas temáticas diferentes que abarcan toda la complejidad de esta materia.
En sus palabras de bienvenida, la rectora señaló el honor que supone para la Universidad de La Laguna acoger esta reunión científica que, auspiciada por la Société de Linguistique Romane, extraordinaria tanto por su frecuencia trienal como por ser el congreso filológico más antiguo que se celebra en Europa. Además, destacó que en esta edición se abordarán dos asuntos de especial relevancia para el mentor tinerfeño: las variantes del español de América, por lo que se ha dicho que el encuentro posee una “dimensión atlántica”; y las humanidades digitales, una línea de investigación que se está desarrollando en la institución anfitriona y sobre la que Aguilar se congratuló por ser un punto de encuentro entre la filología y su propia disciplina, la ingeniería informática.
La Société de Linguistique Romane estuvo representada por su presidente, Fernando Sánchez, y su secretario, Martin Glessgen. El primero de ellos reflexionó que este congreso no debería ser un pretexto para añadir una línea más a los currículos de los investigadores; parafraseando a Kant, recordó que, más que leer mucho, hay que leer bien y, en ese punto, lamentó que el actual sistema académico obligue a publicar infinidad de artículos de investigación que fomentan lecturas apresuradas para poder estar al día, de tal modo que trabajos realmente revolucionarios podrían perderse en esa sobreabundancia de literatura científica. “Aquí hemos venido a presentar lo mejor de nuestra investigación y someterla al juicio de los colegas para que surjan nuevas ideas”. También se refirió a la longevidad de la sociedad que preside, la cual cumplirá su primer centenario en 2024.
La presidenta del comité organizador, la catedrática de Filología Románica Dolores Corbella, recordó que las anteriores ediciones del congreso se habían celebrado en Roma y Copenague, y el vértigo que supuso aceptar el reto de organizarlo en la Universidad de La Laguna. Agradeció el esfuerzo al “pequeño pero resolutivo” equipo de docentes y estudiantes que ha trabajado para organizar el encuentro, así como a las diferentes instituciones y entidades que han colaborado de alguna u otra forma. Recordó que han querido “dar otra dimensión a los estudios filológicos”, en referencia al a ya citada dimensión atlántica del encuentro y el área temática sobre humanidades digitales.
Por su parte, la co-presidenta del congreso, la catedrática de Lingüística General Josefa Dorta Luis, repasó los números que hablan de la magnitud el congreso: tres conferencias plenarias; quince secciones temáticas, algunas de las cuales poseen tal cantidad de presentaciones que son congresos en sí mismas; plenarias; 331 comunicaciones orales en total; 26 pósteres; representantes de más de 250 centros de 27 países, 18 de ellos de la UE y entre los restantes, algunos tan lejanos como China, Japón, EE.U y Canadá.
En cuanto a la representación institucional presente en el acto, la viceconsejera de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, María Dolores Rodríguez, citó a la escritora Irene Vallejo para reivindicar el poder de las palabras para multiplicar las posibilidades de cooperación entre las personas y ser herramientas de progreso; el director insular de Cultura del Cabildo de Tenerife, Alejandro Krawietz, señaló la importancia que la filología cobra en estos tiempos en los cuales el poder se ha apoderado de las palabras para transformar la realidad a su antojo, por lo que habló de tender hacia un “lenguaje sostenible” que permita frenar esos abusos; y el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de La Laguna, José Luis Hernández, dio la bienvenida a su ciudad, patrimonio de la humanidad por su diseño abierto y acogedor, en contrapartida a las viejas ciudades europeas que se erigieron “cerradas, para la guerra”.
Diccionarios de frecuencia
Tras la inauguración, Guillermo Rojo, de la Real Academia Española, dictó la conferencia de apertura. El académico es artífice de alguno de los corpus de referencia del Español, como son el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA), el Corpus Diacrónico del Español (CORDE), el Corpus de Referencia do Galego Actual (CORGA) y el Corpus del Español del Siglo XXI (CORPES). Su intervención versó sobre la historia, vigencia y posibles mejoras de los diccionarios de frecuencia, tomando como referencia la labor desarrollada en ese ámbito en los años 60 del siglo pasado por Jullinad, acompañado por otros colaboradores.
Este tipo de diccionario estudia la frecuencia con la que aparecen las palabras de un idioma, lo cual puede tener utilidad, por ejemplo, en la enseñanza de ese idioma para estudiantes extranjeros, pues ayuda a determinar cuáles serían las palabras más habitiuales y, por tanto, cuyo aprendizaje es prioritario. Son útiles en la media que miden qué porcentaje del contenido de un texto puede ser reconocido por una persona que haya aprendido el significado de los lemas más frecuentes.
Así, se puede intentar medir cuántos miles de lemas es necesario aprender para comprender cierto porcentaje del contenido de un texto. En español, se da una progresión cada vez más lenta: así, sabiendo los diez lemas más frecuentes se podrá reconocer el 34,80% de un texto; con 25 lemas, el 45,37%; y con 50, el 51,46%. Sin embargo, a partir de ahí, el aumento de porcentaje es cada vez más lento a medida que el número de palabras aumenta: con 4.000 lemas se comprendería el 91,75% de un texto, pero con 8.000, el 95,95%, es decir, sería necesario el doble de esfuerzo de estudio de palabras para subir solo cuatro puntos porcentuales en la comprensión.