Campus América ha dedicado hoy jueves 13 de octubre una extensa sesión a la enseñanza compartida, y concretamente a la construcción del espacio iberoamericano de educación, centrada sobre todo en el posgrado. Tanto la directora general de la Asociación Iberoamericana de Posgrado (AUIP), Chantal Pérez, como la directora de Educación Superior y Ciencia de la Organización de Estados Iberoamericanos (EOI), Capilla Casco, urgieron a las universidades a hacer de este proyecto una realidad concreta, dando pasos definitivos para compartir titulaciones.
La propia rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa Aguilar, sostuvo al inicio de la sesión que las universidades tienen un gran poder de transformación, “somos organizaciones internacionalizadas y es hora de trabajar en alianza”, en el sentido de que ya no basta la cotutela de tesis doctorales, “como venimos haciendo, sino que hay que dar un paso más y crear un verdadero espacio iberoamericano de educación superior”.
La directora general de la AUIP presentó su organización explicando que se trata de un organismo sin ánimo de lucro que lleva treinta años impulsando la colaboración académica. Formado por 270 instituciones de los 22 países de Iberoamérica, cuenta en su haber con 130 redes de investigación consolidadas, lleva a cabo protocolos de evaluación de titulaciones y gestiona alrededor de un millar de becas anuales. “Necesitamos mayor colaboración, tejiendo alianzas que sean duraderas en el tiempo, que sean significativas y organizadas. Es preciso impulsar los procesos de reconocimiento de los títulos, de tal forma que haya una confianza y un alineamiento conjunto”, sostuvo.
La ejecutiva de la AUIP hizo referencia a procesos transparentes, de hecho, le acaban de conceder a la organización un estándar ISO 9001 muy exigente en esta materia, al tiempo que siguen trabajando en la captación de nuevos fondos y de los recursos disponibles. “La mirada internacional sobre la formación de posgrado es clave”, señaló Pérez, siempre con niveles óptimos de calidad. “En el ámbito iberoamericano hablamos en este campo de situaciones muy desiguales, por lo cual la unión para pedir una financiación adecuada resulta crucial”, señaló.
La formación de posgrado es un eje importante para que la consecución d de los ODS pueda ser una realidad, añadió la ponente de campus América. La apuesta por la sostenibilidad y la transformación de las sociedades y de los países debe ir más allá, pero desde las universidades. Como bases del futuro del posgrado, hay que ir a acciones concretas fuera de la retórica, dijo, con formación orientada a los ODS y la Agenda 2030, con mayor movilidad internacional, reconocimiento mutuo y apoyo gubernamental. “El espacio iberoamericano de conocimiento es una oportunidad única, porque las instituciones que estemos en esos espacios nos haremos mejores. No tenemos tiempo para seguir como hasta ahora. Hemos de pasar ya a la acción”, concluyó.
Más enseñanza virtual
Por su parte, Ana Capilla, secretaria de Educación Superior y Ciencia de la OEI, apuntó que forma parte de una organización muy veterana, con más de 70 años de vida, y que tiene claro que debe apostarse por un espacio iberoamericano de educación superior. Se trata de una región de países de renta media, que necesita cooperación avanzada para aumentar su productividad, con mayor innovación, valor añadido y cooperación.
La OEI tiene 19 oficinas en América Latina más Portugal y es una profunda conocedora de la realidad de estos países. Capilla relató que antes de la pandemia había 32 millones de estudiantes universitarios, con un gran incremento en los últimos años sobre todo por el acceso a la educación universitaria de estudiantes de primera generación, es decir, del primer miembro de la familia que entra en la educación superior, un sector en el que la iniciativa privada ha llegado a ocupar el 50% en algunos países.
Existe un creciente interés por titulaciones virtuales, aunque la oferta ha sido siempre muy reducida. De hecho, con la pandemia todas las universidades tuvieron que pasar al modo virtual, pero en realidad muy pocas tenían experiencia previa en esta materia, lo que ha provocado un cierre de casi dos años por la Covid-19. “Lo que ha habido en realidad es educación en remoto y de emergencia, no puramente virtual, y ello ha significado una pérdida de conocimiento, aunque falta contabilizarlo”.
La deserción del alumnado por esta crisis ha afectado entre un 20 o 25%, especialmente a los estudiantes de primera generación, que tuvieron que abandonar para ayudar a sus familias. Toto ello se produce en un marco de restricciones presupuestarias en las propias universidades, con caídas en torno a un 20% en la lectura de tesis, pese a que se haya producido una revalorización social de la labor investigadora.
Con todo, la madurez digital de las instituciones ha tenido que acelerarse, destacó la experta. De hecho, la OEI ha desarrollado un sello de calidad de titulaciones en línea al que pueden concurrir las universidades, que ha servido para generar además una dinámica de trabajo con las agencias iberoamericanas de calidad.
La modalidad virtual híbrida está avanzando en la región, dado que las movilidades son muy pocas y costosas, por lo que según la experta está empezando a dar buenos resultados y ese es el camino que en su opinión hay que seguir, especialmente en posgrado, con titulaciones dobles y conjuntas.