La doctorada por la Universidad de La Laguna Daida Alberto ha resultado ganadora del segundo premio Francisco Martínez Romero de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria. El premio le fue entregado a comienzos de mayo en Madrid, en el transcurso del X Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios. Su tesis, titulada “Atención Farmacéutica integral para la optimización de los resultados terapéuticos y mejora de uso de Benzodiacepinas”, ha sido tutorizada por la profesora titular del Área de Toxicología Carmen Rubio Armendáriz, dentro del Programa de Doctorado de Ciencias Médicas y Farmacéuticas, Desarrollo y Calidad de Vida.
La tesis se ha centrado en la problemática del exceso de uso de las benzodiacepinas, un grupo de psicofármacos muy consumidos en todo el mundo que se utilizan para patologías como el insomnio y la ansiedad. Como explica la propia Alberto, España ha incrementado desde 2019 a 2021 hasta 7 puntos las dosis diarias, definidas por 100,000 habitante/día según los últimos datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Gracias a esta investigación, su autora ha diseñado un protocolo de dispensación integral en farmacia comunitaria que va a permitir un uso más seguro de ese grupo farmacológico y que se optimicen los resultados terapéuticos. También se ha caracterizado tres perfiles de pacientes usuarios que tienen un riesgo especial: dependientes (porque el consumo de estos fármacos a largo plazo, mas allá de las recomendaciones de guías clínicas, primero genera tolerancia y luego, dependencia); pacientes mayores de 65 años y mujeres. “Esto significa empoderar a los pacientes, porque no todos son iguales. Por eso la tesis trata de caracterizarlos para que la atención sea personalizada y adaptada a sus características”.
Este protocolo está acompañado por un algoritmo de dispensación, un árbol de decisión que facilita la rapidez en la atención dispensada en el mostrador de las farmacia. “Como el personal solo tiene unos minutos con cada paciente, debe haber un método claro para determinar su perfil y realizar una toma de decisiones rápida que finalice con la intervención farmacéutica apropiada, que puede ser la dispensación del fármaco pero también derivar al paciente al médico si se ha detectado que tiene un problema de interacción con otros medicamentos, o porque l manifieste que desea una reducción de la dosis. El algoritmo facilita ese proceso en el momento de la atención”, explica la autora de la tesis.
Por su parte, la profesora Rubio explica que este estudio pone en valor la figura del personal farmacéutico comunitario en el uso seguro y eficaz de los fármacos. “Las benzodiacepinas son fármacos de alta prescripción y consumo – no nos metemos en cuestionar esa prescripción- y
buscamos cómo optimizar su seguridad. Hemos detectado que a veces las duraciones de los tratamientos superan lo recomendado por las guías clínicas. Eso es una de las conclusiones de la tesis de Daida: los planes de tratamiento de esos pacientes deben ser revisados con mayor frecuencia, así que hay una llamada la sistema sanitario”.
Para elaborar la tesis, se han realizado 127 entrevistas y un estudio estadístico muy concienzudo, con 46 variables por paciente, como riesgo de dependencia, deterioro cognitivo, calidad de vida, adherencia, tiempo de duración del tratamiento, qué médico lo prescribe, efectos secundarios, si ha habido cambios en el tratamiento y si el paciente conoce para qué lo utilizó, entre otros parámetros. Entre sus principales resultados de ese estudio destacan que el consumo medio de estos fármacos por parte de los pacientes es de 6,5 años; se producen caídas en el 17,6%; el 18,90% supera la dosis diaria definida; el 20% muestra dependencia y el 60% manifiesta encontrarse moderadamente o muy ansioso, a pesar de su tratamiento.
Dado que se trataban datos de salud personal, el estudio ha tenido que pasar por una clasificación de la Agencia Española del Medicamento, la autorización del Comité de Ética del Hospital Universitario de Canarias y una aprobación final por parte de la comunidad autónoma a través del Servicio de Ordenación Farmacéutica. “El jurado del premio ha considerado todos esas autorizaciones como indicios de calidad, pues son muy pocas las tesis en farmacia comunitaria que cuentan con estos avales”, explica la tutora.
Otro parámetro que ha sido crucial para la buena consideración de este trabajo el propio currículo de su autora, pues la tesis fue realizada al mismo tiempo que Daida Alberto compaginaba su trabajo diario en una farmacia. Además, posee la Venia Docendi con el área de Toxicología de la Universidad de La Laguna, colaborando como docente en asignaturas del Grado en Farmacia y también en cursos de extensión universitaria.
La tesis se enmarca en una línea de investigación que la profesora Rubio ha mantenido en otras tesis que ha dirigido anteriormente, sobre seguridad del medicamento y atención farmacéutica, la cual ofrece muchas posibilidades de trasferencia al sector farmacéutico. De hecho, el siguiente paso que se plantea la nueva doctora es lograr implantar el protocolo de manera efectiva, para lo cual buscará la colaboración con entidades como colegios profesionales, otras instituciones públicas e incluso la propia industria farmacéutica.
Por lo pronto, la propiedad intelectual del protocolo ya ha sido registrada y dicha metodología será difundida próximamente en un artículo de investigación que ya ha sido aprobado, el cual se unirá a otros artículos científicos anteriores surgidos a partir de esta tesis ya publicados. También se está planteando la posibilidad de solicitar un proyecto nacional de investigación para ahondar en esta vía de investigación.
