La Cueva del Agua se localiza en el acantilado conocido como El Risco de los Herreños en la comarca de Isora, en el municipio de Valverde, a unos 1080 metros de altitud. Se trata de un tubo volcánico que se divide en dos ramales, de unos 30 metros de eje longitudinal, y que cuenta con cuatro sectores de grabados rupestres. La cueva sufre un proceso de deterioro, principalmente por factores ambientales, que afecta de manera preocupante a los grabados rupestres. El arqueólogo de la Universidad de La Laguna Juan Francisco Navarro Mederos dirige la intervención, auspiciada por la Dirección de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias.
Atendiendo a estos riesgos, que podrían derivar en su paulatina degradación formal y estructural, se aborda un registro, estudio y diagnóstico detallado del estado de conservación, a cargo de la empresa especializada Arqueometra, bajo la dirección del doctor en Arqueología y profesor titular del área de Prehistoria de la Universidad de La Laguna. Constituye una propuesta que además de facilitar posteriores trabajos de monitorización y seguimiento, contempla un análisis tanto de los materiales como de los patógenos externos para determinar el modo en el que interactúan y las posibles alteraciones en las que pueden derivar.
El objetivo principal del proyecto es el registro de la realidad de los elementos culturales, aplicando sensores pasivos de captura y medición de imágenes métricas 3D, para obtener una documentación geométrica que sea fiel copia de la realidad y tener una base gráfica para el control de deterioro y estudio de los grabados rupestres. Esta intervención pretende funcionar como plan director y eje conductor de futuras fases de trabajo. Las labores de consolidación y estabilización de los materiales y la estructura que conforman el yacimiento rupestre, junto aquellas de control y mantenimiento destinadas a corregir hechos sobrevenidos por la materialización de cualquier amenaza, podrán acometerse en dos nuevas fases de trabajo, una enfocada en actuaciones directas de conservación activa y otras indirectas de conservación preventiva, informa la Dirección de Patrimonio Cultural.
En su conjunto, este estudio, informe diagnóstico y propuesta de conservación es muy innovador y sería la primera vez que se abordaría una diagnosis de esta amplitud para los grabados rupestres de Canarias, si bien pueden encontrarse actuaciones dentro de esta misma línea en comunidades como Galicia. “Es una apuesta muy interesante para la investigación que busca soluciones para la conservación de las manifestaciones rupestres, que servirá de ejemplo y como base de un protocolo de actuación frente a los riesgos de desaparición total o parcial de las zonas grabadas de muchas estaciones rupestres de las islas”, puntualiza la directora general de Patrimonio Cultural, Nona Perera.
La titular de área del Gobierno de Canarias añade que “esta intervención supone la garantía de conservación al estar asociada a un plan de estabilización, control y mantenimiento con una serie de actuaciones escalonadas en el tiempo, que equilibre o invierta la balanza de riesgos y fije un mínimo de contención del deterioro”. Se busca frenar su deterioro material, y con ello, la pérdida de sus valores arqueológicos, artísticos e identitarios. Se espera remediar esta situación a través de un estudio geológico que estime el grado de alterabilidad de los materiales, de los procesos condicionantes y la capacidad portante de la bóveda de la cueva con una completa caracterización petrológica de los materiales (composición de roca madre y pátinas), así como de una identificación de sus propiedades petrofísicas (porosidad, humedad, temperatura, residencia, elasticidad) y un análisis estructural del tubo volcánico.
La documentación geométrica elaborada supone un trabajo cuidadoso de topografía arqueológica basado en la reconstrucción volumétrica de la estructura del yacimiento. Esta información permite verificar, mediante simulaciones, los distintos efectos de los agentes a los que se verá sometido a lo largo del tiempo. Pero, a corto plazo, desde el punto de vista de las medidas preventivas, la documentación geométrica abre la posibilidad de observar los procesos que actúan en la superficie del yacimiento a través de registros de estados sucesivos en diferentes controles. Esto no solo sirve para explicar la desigual resistencia mecánica del soporte y su vulnerabilidad a los agentes atmosféricos y antropogénicos presentes en su entorno de seguridad, sino que facilita unos conocimientos precisos para evaluar y formular las medidas más idóneas para su conservación.
Para proporcionar una adecuada difusión de la metodología desarrollada y los resultados obtenidos, se prevé contemplar una publicación científico-técnica firmada por este equipo investigador multidisciplinar liderado por la Universidad de La Laguna y con la participación de especialistas del campo de la geología, la conservación, la geomática y la arqueología.
(Nota de prensa e imágenes cedidas).