La Universidad de La Laguna ha clausurado recientemente un proyecto de intercooperación internacional en el municipio cubano de Santo Domingo, en la provincia de Villa Clara. Esta acción, en la que la institución académica ha estado trabajando durante todo el año, contó con la presencia y participación de Lidia Cabrera, vicerrectora de Proyección, Internacionalización y Cooperación, así como de Francisco García, catedrático de organización de empresas, director del Instituto Universitario de la Empresa y coordinador del proyecto.
El objetivo de la visita, además, incluyó la firma de un convenio de colaboración con el Instituto Nacional de Investigación en Viandas Tropicales INIVIT, que permitirá desarrollar otros proyectos en la misma línea y que investigadores de ambas instituciones colaboren en otros ámbitos de interés, como la codirección de tesis doctorales, y de un protocolo para la realización de prácticas del alumnado de la Universidad de La Laguna. De este modo, este centro se suma a la Red de Centros que el vicerrectorado ha ido configurando para la realización de prácticas internacionales, curriculares y extracurriculares.
El proyecto, desarrollado en la práctica por un equipo del Instituto Universitario de la Empresa del centro docente, consistió en un plan de formación y empoderamiento para la creación de pequeños emprendimientos, cuyos resultados ya se han evidenciado en algunos negocios innovadores de alto interés, como una iniciativa de exportación de ají a Canadá o de comercialización de producciones locales en zonas turísticas como Varadero. Junto a ello, se han identificado también iniciativas de interés con potencial para ser desarrolladas conjuntamente por instituciones cubanas y canarias en futuros proyectos. Entre ellas, destaca el posible desarrollo de fitosanitarios naturales y potenciadores de crecimiento, así como la investigación y explotación de la harina de una variedad de Yuca, desarrollada por el INIVIT, que podría constituir un sustitutivo de los cereales para la fabricación del pienso animal. Ambas líneas podrían resultar estratégicas también para Canarias.
La provincia de Villa Clara constituye la región central de Cuba y presenta una estructura económica fuertemente vinculada a la actividad del sector primario, con un importante medio rural que se extiende por el conjunto de su territorio, con la excepción de Santa Clara, capital de la provincia.
Ello hace que en la región se constate una fuerte presencia no sólo de cooperativas agrarias, propiedad del estado, sino de otras formas de actividad productiva, como las denominadas Cooperativas de Crédito y Servicio (CCS) que en este momento tienen la posibilidad de actuar de manera más autónoma. En ellas, trabajadores por cuenta propia (cuentapropistas) tienen autonomía para desplegar la estrategia comercial de sus productos, de manera independiente y a los precios que puedan negociar, fundamentalmente con grupos hoteleros o incluso dirigiéndose al mercado internacional a través de la actividad exportadora.
Partiendo de este contexto, en el marco del proyecto se han llevado a cabo un conjunto de acciones formativas en las que han participado un total de 150 personas beneficiarias, destacando el amplio número de mujeres, que han recibido formación en aspectos como detección de ideas empresariales innovadoras, habilidades comerciales, logística, gestión financiera o estrategias de gestión de recursos humanos, entre otras. Como paso previo, se realizó un trabajo de diagnostico de necesidades entre el campesinado de la región a través de la aplicación de una encuesta que permitió precisar los contenidos específicos más idóneos en cada uno de los ámbitos mencionados, así como conocer las expectativas de las potenciales personas beneficiarias.
La metodología ha sido eminentemente práctica, intensiva en trabajo en grupo y con un enfoque colaborativo, desarrollándose las sesiones formativas tanto en la sede de la institución contraparte como en las propias organizaciones de productores participantes. Todas las personas participantes han destacado la calidad y utilidad de la formación recibida, destacando la necesidad de formación adicional en toma de decisiones y trabajo en equipo.
Para el éxito del proyecto ha sido clave la contraparte cubana, el Instituto de Investigación de Viandas y Frutas Tropicales de Cuba (INIVIT), ya que mantiene fuertes vínculos con el conjunto de las unidades productivas en todo el país, ofreciendo asesoramiento y apoyo en cuestiones tales como manejo de explotaciones, lucha integrada así como la dirección de estrategias de siembra, aportando variedades mejoradas de semillas que la propia institución desarrolla. Ello le ha permitido tejer relaciones de cercanía con las personas beneficiarias, así como acumular conocimiento en torno a los distintos factores sociofamiliares y económicos del campesinado, por lo que su papel ha sido fundamental, tanto en la fase de identificación de la problemática a abordar con el proyecto, como en la fase de ejecución del mismo. A partir de este contacto y conocimiento directo, es cómo precisamente se detectó la necesidad de promover la actitud emprendedora del campesinado, así como el apoyo a la gestión e innovación en estas nuevas actividades, por su impacto potencial en la economía y bienestar del pueblo cubano.
