La Universidad de La Laguna ha presentado esta semana uno de sus proyectos más ansiados: el Curriculum Vitae Social Universitario. Se trata de una plataforma donde quedan registradas y certificadas todas las acciones de voluntariado y activismo social que realizan los estudiantes, aunque también pueden participar el profesorado y el personal de administración y servicios. Con ello, además del curriculum académico, el alumnado puede demostrar su perfil solidario y comprometido, valores que cada vez son más demandados por los empleadores que, ante trayectorias
universitarias similares, se decantan por las personas con valores que luego irradian en sus organizaciones.
Este proyecto está auspiciado por el Vicerrectorado de Cultura y Participación Social y cuenta con el patrocinio de la Fundación CajaCanarias. La dirección académica ha recaído en el director de secretariado del vicerrectorado, Manuel González de la Rosa, y en la profesora de la Facultad de Educación Itahisa Pérez, quien exhortó a los estudiantes para que dieran un paso adelante y se convirtieran en agentes del cambio. “Vivimos en un cambio constante, y somos más conscientes de ello desde la pandemia. La Agenda 2030 es un pacto global pero que requiere un compromiso individual, porque si no el papel lo aguanta todo”, puntualizó.
“Se trata de liderar el cambio, de coger las riendas de mi vida para mejorar el Plantea, tomar conciencia y actuar. Es necesario fomentar el sentimiento de pertenencia, trabajar la conciencia de las personas, y todo ello supone un cambio cultural. El CV Social invita a las personas tanto a formar parte de una comunidad como a ser protagonistas del cambio”, uniéndose a iniciativas publicadas en la plataforma en el primer caso y proponiendo otras, en el segundo.
La profesora recalcó que se necesita personas con una visión holística de compromiso. “La sociedad demanda personas proactivas, y la universidad puede proponer la herramienta, como es el caso, pero se trata de un compromiso individual”, sostuvo.
La rectora Rosa Aguilar
Tanto la rectora, Rosa Aguilar, como el vicerrector de Cultura y Participación Social, Juan Albino Méndez, señalaron además que la plataforma servirá para crear una red académica solidaria dentro de la universidad, y que se trata de una iniciativa única en el entorno universitario español, completamente alineado con los objetivos de los ODS.
Los ODS son responsabilidad de los gobiernos y de las instituciones, pero también de las personas, señaló el vicerrector. “Solo queda que todos difundamos el proyecto y contribuyamos a la sostenibilidad del Planeta”. La plataforma servirá para conocer proyectos en marcha y sumarse a ellos, pero también para registrar el compromiso personal. “Cada vez se valora más que la formación universitaria contemple valores ciudadanos y formación comprometida. Nuestra obligación es responder a las demandas de la sociedad: desigualdad, economía sostenible, pobreza o clima son algunos de los retos sobre los que se nos exigen soluciones”.
El vicerrector añadió que la Universidad de La Laguna está impartiendo formación específica en sostenibilidad, cuenta con un plan de acción a raíz de la declaración institucional de emergencia climática, ha elaborado un libro sobre la contribución del centro universitario con los ODS y dispone de un amplio catálogo de actividades de las cátedras institucionales sobre la misma materia. “El CV Social servirá para aportar nuestro grano de arena mediante una plataforma donde podremos consultar oportunidades de colaboración que están abiertas. También servirá para medir lo que estamos haciendo y si los proyectos se están cumpliendo o no, al tiempo que supone un escaparate para crear conciencia y, como ya se dijo, para que quede registrada la aportación individual de cada uno”, explicó la rectora.
‘Influencers for Good’ (influenciar para el bien) es una invitación a activar positivamente en los demás para mejorar la sostenibilidad. “Queremos estudiantes que aporten un verdadero cambio, que pongan en práctica la Agenda 2030, que inspiren a las nuevas generaciones a ser las mejores personas”, indicó Enrico Mattia, CEO de la empresa contratada por la universidad para tener
acceso a la citada plataforma.
La plataforma funciona como una red social, se puede ver cuánta gente está conectada y compartir a su vez en redes y otros chats. Todo se mide: cuánto tiempo se ha participado en una actividad,
El vicerrector Juan Albino Méndez
se guarda el histórico, en qué organizaciones se ha colaborado, en qué ODS se ha impactado, qué actividades se han propuesto y cuáles han sido aceptadas.
Mattia señaló que las empresas valoran cada vez más las llamadas ‘habilidades blandas’ (soft skills) de los aspirantes, por cuanto suponen un plus de diferenciación frente a otras candidaturas. Además, se crean redes, se conecta con más gente y con empresas vinculadas a nuestros valores. “Ya hay compañías que están ofreciendo descuentos a los clientes que tienen CV social”, dijo. El ponente solicitó a los estudiantes que aprovecharan esta oportunidad para ser mejores.
El bien y el mal
El acto contó la participación con el escritor y activista Roy Galán, quien recordó que estudió Derecho hace veinte años en la ULL. “Lo pasé fatal, porque yo no sabía quién era. Pasé por la universidad de puntillas, con miedo al fracaso, a buscarme problemas. Me hubiese gustado no estar tan agobiado por la beca que me habían concedido y tener más espacio para la reflexión”.
El escritor Roy Galán.
Relató que después de trabajar diez años cómodamente en una empresa hubo un despido masivo, momento que le permitió averiguar quién era. “Recordé entonces que me gustaba escribir, y ahí empecé a hacer lo que hago ahora. Las palabras son capaces de transformar la realidad. Configuramos una forma de relacionarnos en la que el mal está unido a la inteligencia”. Galán explicó que aplaudimos en las redes comportamientos muy patriarcales cuando hundimos al otro, cuando se producen casos de acoso selectivo y a veces hasta camuflados de humor.
“El mal ofrece capital social, es más barato y parece que se es más inteligente por ello; hay que cambiar el paradigma, hay que lograr un cambio estructural”, y por eso, dijo, no dudó en participar en la presentación de esta iniciativa universitaria. De hecho, agregó, a las personas bien intencionadas siempre se las cuestiona, “por qué hará esto o aquello, qué interés esconde”, frente a los que actúan por rabia, venganza o simple vileza, actitudes que tenemos muy normalizadas, señaló.
