No es habitual que el público del Paraninfo de la Universidad de La Laguna se levante de las butacas para brincar al son de la música, ni tampoco que el artista sobre el escenario lance cruasanes de chocolate a los espectadores o rapee mientras dibuja en un caballete. Todo eso ocurrió anoche, jueves 3 de marzo, en el ‘showcase’ que Bejo ofreció en el recinto universitario como parte del LL Urban Fest Ciudad de La Laguna.
La velada constó de un concierto corto con algunos de sus temas más conocidos y un diálogo con el público en el que desgranó su proceso creativo. “El talento se hace a base de constancia y de esfuerzo: Nadal tenía muchas aptitudes, pero si no se hubiera pegado horas con la raqueta, no habría llegado a nada. Eso es lo que hago yo, cada paso me lleva al otro”.
La rectora de la ULL y el vicerrector de Cultura y Participación Social.
El concierto fue inaugurado por la rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa Aguilar, y el vicerrector de Cultura y Participación Social, Juan Albino Méndez, quienes señalaron que el festival pretendía “reconocer el valor del arte urbano y la música en el momento actual, especialmente en Canarias. La universidad debe mirar a la sociedad y esto es lo que está ocurriendo”. El show de Bejo contó con DJ Pimp como apoyo musical y el diálogo posterior fue moderado por Gabriela Duque, integrante del Aula Cultural de Participación Ciudadana.
Durante su diálogo, Bejo explicó que, aunque muchas personas creen que él es de El Hierro, realmente nació en Santa Cruz de Tenerife y vivó durante la adolescencia en La Laguna. Ya a los 12 años es cuando comenzó a interesarse tanto por la música como por el video y la pintura, que empezó a cultivar como afición con los métodos rudimentarios que tenía entonces a su alcance: reproductores de mp3, cámaras amateur y tablas que utilizaba como soporte para su obra pictórica.
Fue en esa época donde surgió, como una simple travesura escolar, el logotipo que identifica su marca: el pene que ahora es su omnipresente logo e, incluso, el puntero de su página web. Preguntado sobre ese elemento gráfico, explicó que era un garabato que dibujaba de broma en el cuaderno de un compañero de instituto. Años después, cuando el video inicialmente creado para una de sus canciones no le convenció, utilizó de nuevo esa imagen y se dio cuenta de lo llamativa que era: “Al fin y al cabo, un logo tiene que impactar, ser reconocible. Pero nunca ha dejado de ser un juego”.
Además, con este irreverente icono, Bejo también bromea sobre el culto a la marca, hasta el punto de que muchas personas se identifican con una compañía u otra mostrando orgullosas sus
logotipos de manera ostensible. De hecho, en la proyección de video que acompañó una de sus canciones aparecieron versiones de marcas muy conocidas modificadas para incorporar el fálico emblema del artista.
Bejo continuó explicando su periplo personal, que tras el Bachillerato le llevó a estudiar en Madrid Comunicación Audiovisual, un momento importante en su vida tanto porque la formación recibida le fue de ayuda para su proceso creativo, como por conocer a otras personas que se convertirían en amigos y colaboradores.
Fue en ese momento cuando empezó a tomarse más en serio la difusión de su música, primero en Myspace y luego en YouTube. “Al acabar la carrera, con 22 años, es cuando la gente comenzó a seguirme. Primero 1.000 reproducciones, luego 10.000, luego más… Me empezaron a llamar para festivales, un día sales a la calle y te piden una foto. Fue un proceso poco a poco, pero en ese momento cuando me di cuenta de que me podría dedicar a esto”.
Interrogado sobre si el hecho de ser un canario en Madrid le llevó a considerar ocultar o modificar su acento y modismos, Bejo señaló que, más bien lo contrario: “Cuando estaba aquí, realmente no era tan consciente de nuestra manera de hablar. Al llegar allá me di cuenta y, en lugar de esconderme, decidí fardar un poco de ello”. Además, cree que la sonoridad del acento canario es 
especialmente apta el tipo de música que realiza. Sobre ello bromeó: “Los reguetones con acento de Bilbao están muy bien, pero creo que nuestra manera de hablar se parece más al sonido latino”.
Explicó que tanto la pintura como la creación de videos y el diseño de merchandising le resultan actividades más cómodas porque sabe que va a lograr un resultado tras unas horas de trabajo. En cambio, crear una canción le lleva más tiempo porque es un proceso en el que hay mucha incertidumbre: “Te sientas a escribir y a veces salen cosas y a veces no, y puede ser muy frustrante”.
La pintura, de hecho, protagonizó uno de los episodios más insólitos de su carrea: puso un dibujo suyo en la plataforma de subastas eBay con un precio de salida de un céntimo, y acabó llegando a mas de 100.000. Eso le sorprendió mucho, porque nunca se había planteado cuánto costaban sus cuadros, y el suceso le dio algo de vértigo y, también, le granjeó acusaciones de que todo había sido un montaje, algo que siempre ha negado: “Ni yo ni mis conocidos pujamos, fue todo real”.
Sobre su figura pública, explicó que no intenta ser un ejemplo de nada. “El factor principal es divertirse, animar a la gente a que sea activa. Sobre Canarias, pues que ayudemos a cuidar nuestros sitios, que no dejemos la playa llena de mierda cuando nos vamos. Y en el trabajo, no mirar a los otros con recelo: hacerte respetar y valer, pero sin menospreciar”.
Para lo creativo, su consejo es disfrutar el proceso, tener constancia e inspirarse en otros artistas, pero aportando una un toque personal. “La música es un camino largo e incierto; tengo muchos
amigos muy buenos rapeando que, no sé por qué, no tiene difusión. Así que supongo que también hay algo de suerte. Lo importante es que lo disfrutes”. Por ello, consciente de esa incertidumbre, no sabe dónde estará dentro de diez años, pero sí que intentará que esté vinculado a algo creativo, ya sea sobre un escenario o entre bambalinas.
