Desde hace tiempo se viene insistiendo en la importancia de garantizar que el alumnado universitario desarrolle las competencias necesarias para afrontar la transición y el acceso al mundo laboral. “Aunque se interpreta que acceder a la universidad es abrir una vía para conseguir en un futuro y formar parte del mundo del trabajo, no todos y todas consiguen este objetivo, y entre las razones de ello se encuentra la propia calidad de la formación recibida”, asegura el profesor de la Facultad de Educación Pedro Álvarez, director académico de unas jornadas celebradas esta semana sobre la empleabilidad de los estudiantes del centro anfitrión.
De hecho, abordar estas cuestiones ha sido una de las finalidades de las I Jornadas sobre Desarrollo de la Carrera Profesional y Empleabilidad del alumnado. “La formación universitaria, a pesar de los esfuerzos que se ha realizado en la última década con el desarrollo de un modelo basado en competencias, sigue priorizando la formación académica, frente a la formación profesionalizadora”, prosigue Álvarez. “Estamos viendo que a la hora de afrontar la transición sociolaboral, tan importante como saber conocimientos sobre Química, Derecho, Biología, Medicina, Pedagogía, etc. es dominar otras competencias generales como saber trabajar en equipo, saber tomar decisiones, tener iniciativa o saber expresarse y comunicarse”.
El Laboratorio de Orientación y Tutoría Universitaria, que se preocupa por la orientación y formación integral del alumnado universitario, ha organizado estas jornadas con el objetivo de ayudar a los estudiantes a mejorar sus competencias para el desarrollo profesional. Las actividades desarrolladas comenzaron con una charla sobre qué hacer después de la universidad, diversos talleres impartidos por la Fundación General sobre desarrollo de competencias profesionales y una feria de empleo en la que participaron siete empresas con las que los estudiantes pudieron interactuar sobre su futuro laboral. En la sesión de tarde, se desarrollaron varias charlas sobre emprendimiento y sobre cómo prepararse para las oposiciones. La última actividad fue una mesa redonda con antiguos estudiantes de la Facultad que ahora trabajan y que contaron sus experiencias de desarrollo profesional.
“Los estudiantes han valorado la importancia de esta otra cara de la formación. Hay que trabajar para resolver el desfase entre el perfil académico de los títulos y el perfil profesional que se requiere para la inserción en el sistema productivo y laboral. Y hay que mejorar los sistemas de orientación al estudiante para que la transición de la formación al empleo la puedan afrontar de forma satisfactoria”, explica el pedagogo.
Esta es una necesidad que vienen destacando muchos de los organismos internacionales vinculados al Trabajo (OIT, CEDEFOP), que abogan por mejorar las relaciones entre la educación superior y el mercado de trabajo. “La mejora de la capacidad de empleabilidad de nuestros estudiantes es un objetivo de las políticas europeas de educación y un elemento de calidad del propio sistema formativo. Por eso, aprender el emprendimiento y la empleabilidad deberían figurar en los programas formativos del ámbito universitario”.
