El Aulario César Manrique del Campus de Guajara de la Universidad de La Laguna acoge estos días un congreso sobre adicciones que pretende visibilizar realidades que no forman parte del debate social. El evento, denominado Sinapsis, con más de 300 inscritos, congrega a profesionales, investigadores y alumnado y pone blanco sobre negro los principales problemas de salud mental que aquejan a la población, al tiempo que reivindica los derechos de las personas consumidoras a formar parte de la sociedad para mejorar así su situación.
Organizado por San Miguel Adicciones, la institución académica y la Dirección General de Salud Mental y Adicciones, la cita tiene lugar en la Universidad de la Laguna, como viene siendo habitual todos los años, dada la estrecha conexión de los investigadores de Psicología Clínica con San Miguel. De hecho, el rector del centro anfitrión, Francisco García, dijo hoy 9 de noviembre en el acto de apertura sentirse” muy cómodo con esta cita científica, que demuestra, una vez más, la utilidad del conocimiento científico y su aportación a la sociedad”.
“El problema de las adicciones hunde sus raíces en la crisis social que vivimos, en una sociedad sobre informada pero que también experimenta grandes dosis de soledad”, señaló el rector, para quien el fenómeno de las adicciones, como otros problemas de profundo calado, “se suelen guardar en el cuarto trastero, se esconden. Aquí no, porque este foro persigue justo lo contrario, dijo, quiere divulgar, informar, debatir”. Francisco García agregó que, según un reciente estudio de la CRUE, un 20% de la población universitaria ha considerado el momento del suicidio, un dato que resulta alarmante y que es síntoma de la grave crisis social que atravesamos.
San Miguel cuenta con 47 años de experiencia trabajando en conductas adictivas. “Los proyectos nunca se han paralizado, hemos acompañado a los pacientes en su proceso terapéutico sin dejar de ilusionarnos”, expresó su directora, Teresa de la Rosa, quien en una intervención con los medios de comunicación señaló que la pandemia evidenció la carestía de medios y recursos dedicados a la salud mental. Igualmente señaló que el abordaje de personas consumidoras de sustancias y de aquellas otras con adicciones sin sustancias es prácticamente el mismo, dado que el proceso de abstinencia han de superarlo igualmente.
Por su parte, el presidente de la Red nacional de atención a las adicciones (UNAD), Luciano Poyato, fue contundente al señalar que su misión es defender los derechos de las personas más vulnerables. “En este país se siguen invisibilizando muchas realidades de exclusión y a nadie le importa”. Así, se preguntó en qué programa político se habla de los reclusos, para contestarse él mismo que en ninguno. “Tenemos que defender los derechos de las personas que consumen drogas, pero no para protegerlos, sino para que tengan oportunidades en la vida”.
El presidente de UNAD recordó que las adicciones, décadas atrás, era un problema de seguridad ciudadana y de salud pública, mientras que ahora el escenario ha cambiado: ya no está la pandemia de heroína y a su vez han aparecido nuevas sustancias. “No podemos bajar la guardia en ningún ámbito”.
Poyato agregó que no solo se trata de dignificar la vida de las personas que consumen. Así, declaró que el tercer sector debe generar interlocución con el gobierno, con la clase empresarial y con la universidad. “No podemos prescindir de la universidad, necesitamos análisis y estudios objetivos que nos abran el camino”, dijo, porque el problema de las adicciones, como tantos otros, no se puede solucionar de forma aislada. “Ayudemos a que este colectivo se enfrente a sus problemáticas. Hay que transmitir alegría a la desesperanza que nos encontramos en el trabajo cuando tratamos adicciones”.
Sinapsis se centra estos días asuntos como el abordaje de la conducta suicida, el uso del cannabis en la medicina, el dolor crónico y el abuso de opioides, los trastornos de conducta alimentaria o el juego patológico, entre otras materias.
La primera conferencia ha abordado el controvertido tema del uso de drogas psicodélicas como medicamentos, a manos del catedrático de Farmacología de la Universidad de Alcalá de Henares, Cecilio Álamo, quien se mostró partidario de ello, pero con las debidas cautelas y restricciones, si bien admitió que existen muchas opiniones en contra igualmente válidas.
El ponente explicó que la heroína o la cocaína comenzaron siendo medicamentos saludables y que incluso hasta los años 60 había siropes para dolores de muelas en las consultas de odontología. También agregó que drogas psicodélicas que se han convertido en medicamentos siempre ha habido, y lo contrario. Explicó además que los problemas de ansiedad y de comportamientos adaptativos se ven agravados por una atención primaria sobrecargada, que impide un adecuado tratamiento, sin necesidad en muchos casos de usar sustancias de ningún tipo.
En la última década hay sustancias que pueden ser alternativas a los psicofármacos, y de hecho ha habido ensayos clínicos sobre ello, así como para el tratamiento de todo el espectro de salud mental. Hay pacientes que no están recibiendo la respuesta adecuada con los fármacos que tenemos en la actualidad, por lo tanto, se mostró partidario de la experimentación con otras técnicas o sustancias.