El Consejo Social de la Universidad de La Laguna entregó la tarde de ayer, jueves 22 de junio, los galardones correspondientes a la tercera edición de sus premios honoríficos anuales. En la categoría a Mejor Práctica de Internacionalización resultó ganador el Máster Internacional Universitario en Descarbonización Energética en Países Emergentes; en Transferencia de conocimiento de Grupos de Investigación el galardonado fue el Grupo en Diversidad, Salud y Educación (DISAE); y en Excelencia Docente, recibió la distinción el catedrático de Farmacología Emilio Sanz, mientras que el profesor del Departamento de Didáctica e Investigación Educativa David López Aguilar, que no pudo acudir al acto, recibió un accésit.
El acto estuvo presidido por la presidenta del Consejo Social, Dolores Pelayo, quien destacó la alta calidad de las candidaturas presentadas, que supusieron un auténtico desafío para los jurados y también vinieron a demostrar el alto nivel existente entre el personal docente e investigador de la Universidad de La Laguna. También recordó que el trofeo ha sido diseñado por el prestigioso escultor tinerfeño José Abad.
El rector de la institución, Francisco García, señaló que los galardones ponen en valor tres elementos fundamentales de la institución: la excelencia docente, premio que comunica el compromiso con la enseñanza de calidad en una institución pública que favorece los estudios en igualdad de oportunidades; la transferencia de conocimiento, en una región en la que no abunda la inversión en I+D+i, con lo cual es necesario poner en valor esta actividad; y la internacionalización, un elemento fundamental para que Canarias pueda conectarse con el conjunto del escenario socioeconómico global.
Premiados
Benjamín González, codirector del Máster Internacional Universitario en Descarbonización Energética en Países Emergentes, recogió el premio de internacionalización explicando que este posgrado supone el primer título internacional de la Universidad de La Laguna, impartido conjuntamente con la Universidad de Cabo Verde en modalidad online, con prácticas presenciales en centros como el Instituto Tecnológico de energías Renovables y el Instituto Volcanológico de Canarias.
Señaló la actualidad y oportunidad de este título dada la importancia que la transición energética ha cobrado en la agenda política, lo cual está acelerando la creación de infraestructuras para cuyo diseño y mantenimiento es necesario contar con profesionales formados, una demanda a la que responde este título. Recordó que este máster inicialmente dirigido por Ricardo Guerrero ha sido posible gracias a la asociación de la institución académica con el área de Acción Exterior del Cabildo de Tenerife y que está prevista su continuidad.
David Pérez Jorge, coordinador del Grupo en Diversidad, Salud y Educación, recibió el trofeo correspondiente a Investigación y explicó las líneas de trabajo que han desarrollado hasta el momento. La primera de ellas se centra en la atención a las necesidades educativas especiales, con hitos como el trabajo con el colectivo con personas sordociegas que ha desembocado en el primer manual de diagnóstico e intervención para este colectivo. También se ha establecido un convenio de formación postdoctoral con el Instituto Europeo de Investigación, logrado así que la Universidad de La Laguna se la única institución española que cuenta con un acuerdo similar con dicho organismo.
La segunda línea de trabajo, más reciente, se refiere a la salud y educación, dentro de la cual se han centrado en un aspecto poco abordado desde la perspectiva multidisciplinar: la salud mental de los jóvenes, poniendo como contexto que el 50% de los casos de enfermedades mentales comienza en los 14 años y que Canarias es la comunidad que más incidencia presenta en este tipo de dolencias. Señaló que ambas líneas son herramientas para favorecen la plena inclusión de todo el alumnado.
Finalmente, Emilio Sanz recogió el reconocimiento a su tarea docente, recordando que lleva como profesor en la institución desde 1982 y ha constatado los grades cambios experimentados en el proceso de enseñanza aprendizaje. Así, en su época de estudiante el conocimiento era difícil de lograr, pues los libros y revistas eran poco abundantes o muy caros, de tal modo que las clases magistrales impartidas por el profesorado que sí tenía acceso a los materiales eran verdaderamente valiosas y sus apuntes se atesoraban durante años.
En la actualidad, con la explosión de Internet, el conocimiento es ubicuo y la dificultad radica en distinguir aquello que es relevante de aquello que no lo es o, incluso, incurre en la falsedad. Por tanto, si bien Sanz valoró que una clase auténticamente magistral sigue teniendo valor, cree que hay que optar por metodologías docentes en las que el alumnado sea más activo: poner el énfasis no en la transmisión de conocimientos, sino de conceptos y criterios para enseñar a aprender.