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Detectados microplásticos en nieve del Parque Nacional de Las Cañadas del Teide

jueves 23 de febrero de 2023 - 11:41 GMT+0000

Hoy en día es más que evidente que la contaminación por plástico es uno de los problemas medioambientales más importantes a los que el ser humano se debe enfrentar en los próximos años, hasta tal punto que ya se han encontrado plásticos, en particular, microplásticos, en todos los compartimentos ambientales: en el agua de ríos, lagos, mares y océanos, en suelo, en el aire e incluso en la biota. En el caso particular del ser humano, estudios relativamente recientes han demostrado la existencia de estos elementos en las heces, orina, sangre e incluso placenta humana, lo que demuestra que los microplásticos han entrado en la cadena alimentaria y que podrían tener un cierto efecto sobre la salud, efecto que todavía está siendo estudiado en la actualidad.

Entender el grado de contaminación de los distintos compartimentos ambientales y, por extensión, su posible efecto en la salud, es lo que persiguen muchos de los estudios actuales en esta materia, que han puesto de manifiesto que a nivel mundial se está produciendo un transporte de microplásticos a larga distancia, de incluso miles de kilómetros, y que se están transfiriendo de un compartimento ambiental a otro, produciendo efectos a escala global.

Cristina Villanova Solano, primera autora del trabajo, visualizando los microplásticos encontrados bajo una lupa binocular. Imagen cedida.

Estudios recientes llevados a cabo por el grupo de investigación en Química Analítica Aplicada de la Universidad de La Laguna, dirigido por el catedrático de Química Analítica Javier Hernández Borges, han puesto de manifiesto la existencia de microplásticos en sedimentos marinos, también en el tracto digestivo y en las gónadas de erizos, en el tracto digestivo de peces, así como en suelos y aguas depuradas y desaladas utilizadas para el riego. Y todo ello en Canarias. Pero un estudio suyo recientemente publicado en la revista Science of the Total Environment ha ido todavía más allá y ha tratado de determinar si en las islas, a pesar de tratarse de territorios relativamente aislados en medio del océano, se estaba produciendo una deposición atmosférica de microplásticos, estudiando la presencia de estas partículas en nieve caída en el Parque Nacional de Las Cañadas del Teide. Diversos estudios previos (aunque escasos) llevados a cabo en otras partes del mundo, sugerían ya que este fenómeno podría estar ocurriendo en las islas.

Para ello, después de dos episodios de tormentas acaecidos en enero y febrero de 2021 (el primero de ellos la famosa tormenta Filomena) los investigadores tomaron un total de 63 muestras de nieve que fueron recolectadas y procesadas en los laboratorios de la Universidad de La Laguna. Las correspondientes al primer muestreo fueron recogidas en zonas muy próximas a la carretera, tras unos días de actividad posterior a la nevada del parque, mientras que las recogidas durante la segunda nevada fueron muestras recolectadas en zonas prístinas, a las que todavía no había llegado nadie, dado que el muestreo se realizó justo el día de apertura de los accesos al Parque Nacional. En este último caso, varios días después se recolectaron 3 muestras en la ladera del Teide.

Los resultados encontrados muestran que más del 99% de las partículas encontradas eran en realidad microfibras de color azul, negro, transparente y rojo, con un tamaño predominante de 250 micras a 1 mm, y que el mismo perfil se repetía en ambas nevadas, siendo las concentraciones encontradas entre 6 y 502 partículas por litro. El análisis por espectroscopía de infrarrojos mostró que casi un 63% de esas fibras eran de naturaleza celulósica, tanto naturales, como el algodón y el lino, como semisintéticas, es el caso del rayón y la viscosa. En el primer caso estas no planten un problema ambiental ya que la celulosa es un polímero natural que se degrada fácilmente en el medio ambiente, pero en lo que respecta a las fibras semisintéticas, estas están consideradas como microplásticos, dado que han sido modificadas y tardan mucho más en degradarse. Además de las fibras celulósicas se encontró un 20,9% de microfibras de poliéster, un 6,3% de microfibras acrílicas e incluso un 1,1% de nylon, todos ellos polímeros 100% sintéticos (microplásticos) que provienen en su mayoría de los tejidos.

El hecho de que se hayan encontrado microplásticos en la nieve demuestra que este tipo de partículas se están depositando cada vez que tiene lugar un episodio de estas características, incluso también con la lluvia, con los consecuentes efectos que podrían tener sobre la fauna y flora del Parque Nacional. De hecho, los investigadores están llevando a cabo estudios en suelos y excrementos de conejo del parque donde están pudiendo constatar la presencia de estas microfibras, quedando pendiente establecer si están relacionadas con la deposición húmeda, producida por la nieve o la lluvia, o no.

Por otro lado, en aquellas muestras recogidas en zonas próximas a la carretera, la concentración era significativamente mayor, lo que sugiere que se está produciendo un incremento de dichas concentraciones como consecuencia de la intensa actividad humana durante esos días, algo que ya han puesto de manifiesto otros estudios como los llevados a cabo en nieve del Everest. Con respecto a las muestras recogidas cerca del pico, si bien el número de muestras fue también reducido (solo 3), también se encontraron concentraciones importantes en la zona.

Este estudio es el primero de estas características que se ha llevado a cabo en España, siendo también el primero de nuestro país en realizarse en un Parque Nacional, un entorno protegido pero

Fotografía de una microfibra de color rojo encontrada en la nieve.

que puede verse afectado también por la contaminación por microplásticos.

En lo que respecta a otros estudios llevados a cabo hasta la fecha, estos son todavía escasos, destacando alguno llevado a cabo en los Alpes Suizos, la cordillera de Los Andes, el Ártico o incluso el Everest, entre otros, siendo las concentraciones encontradas en algunos casos algo superiores a las de dichos estudios, en los que también se han encontrado mayoritariamente microfibras. Es de destacar que el trabajo llevado a cabo en Tenerife es el que mayor número de muestras ha recogido hasta la fecha. Como curiosidad, cabe destacar, que en lo que respecta a la composición de las microfibras, dejando a un lado las fibras celulósicas, esta es muy parecida a la encontrada en El Everest en 2019, en donde también prevalecieron las fibras de poliéster, acrílicas y de nylon, muy utilizados en los tejidos utilizados en la ropa para la nieve.

Los autores señalan que es importante tratar de determinar la procedencia real de esas microfibras puesto que pueden estar teniendo lugar dos fenómenos importantes: un transporte a larga distancia, de cientos o miles de kilómetros, lo que ya está reportado en la bibliografía, y también un transporte a corta distancia, de poblaciones cercanas en las que existan también concentraciones importantes de microplásticos, lo que suele suceder en las ciudades muy pobladas.

Nota: Para la realización de este estudio, los investigadores agradecen la ayuda desinteresada de Pedro Millán y Giancarlo Callissardi, quienes recogieron las muestras cerca del pico durante una de sus ascensiones al Teide.


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