Si bien la enseñanza superior universitaria y la Formación Profesional siempre han sido mundos separados, cada vez son más los casos de conexión entre una y otra y las oportunidades que se abren en esa colaboración con los nuevos escenarios normativos. Este ha sido el punto de arranque de las jornadas que protagoniza el Consejo Social hoy lunes 22 y mañana martes 23 de mayo en la Universidad de La Laguna.
La propia presidenta de este órgano de gobierno, Dolores Pelayo, recalcó en el acto de inauguración la oportunidad de poner en marcha nueva iniciativas que propicien el diálogo, en este caso entre diferentes niveles educativos. “Se trata de averiguar hasta dónde podemos llegar para lograr un sistema educativo más competitivo, facilitando a estudiantes y profesorado nuevas vías de colaboración”.
En el mismo sentido se pronunció Gustavo Santana, viceconsejero de Empleo, quien enfatizó la idea de que es necesario cubrir los desajustes que se están dando una vez puesto en marcha el proceso de recuperación económica. “Tanto los agentes sociales como los económicos deben trabajar juntos en acciones en las que el empleo está en el centro de las políticas”, señaló.
Santana se mostró muy a favor de la FP dual (alternando formación en un centro educativo con la actividad productiva en una empresa) como mecanismo destacado para transitar desde un modelo tradicional de becas a otro de estancias de prácticas mediante contratos de trabajo. El viceconsejero añadió además que muchas empresas están viendo en la FP dual un mecanismo para dar salida a nuevas cualificaciones, y explicó que en Canarias ha sido sencillo llegar al consenso ante una herramienta dinámica aprobada en el seno de la concertación social.
Un momento de la inauguración.
Hoy se habla de formación a lo largo de toda la vida, apuntó, en el entendido de que el modelo de un único empleo en toda la etapa profesional es hoy prácticamente inviable, y que ha sido sustituido por múltiples empleos en diferentes momentos vitales. “Con la recuperación económica, tenemos una demanda muy importante de profesionales para los que hay dificultades de encontrar mano de obra, como es por ejemplo el sector audiovisual”.
Santana sostuvo que las cátedras institucionales de las universidades (este evento está patrocinado por la Cátedra CEOE) pueden ayudar a buscar soluciones a la adaptación a los nuevos tiempos. “En la negociación colectiva hay que buscar los mecanismos correctos para dar salida a las demandas formativas de las propias empresas. El tejido canario, formado mayoritariamente por pymes, necesita un acompañamiento en este camino”, afirmó.
Por su parte, el vicerrector de Docencia, José Manuel García Fraga, señaló que la universidad tiene que acercarse más a la Formación Profesional y añadió que debemos abrirnos en dos campos: la admisión a grados y la formación. Recordó que buena parte de los estudiantes de las titulaciones de Náutica, Enfermería o de los títulos de Maestro proceden de la FP, una cuestión que podrá verse ampliada al aumentarse el reconocimiento de créditos entre ambos niveles educativos, dijo.
Las jornadas han sido organizadas por dos miembros del Consejo Social, Francisco Almeida y Manuel Navarro, el primero de los cuales también señaló la oportunidad de mayor complementariedad. “Nuestra labor es facilitar este espacio de encuentro”.
La primera ponencia estuvo a cargo de José Saturnino Martínez, director de la Agencia Canaria de Calidad Universitaria y Evaluación Educativa, quien evidenció algunos de los elementos de tensión en los que se mueve la educación universitaria. Así, dijo, la universidad se balancea entre el conocimiento útil o la formación para la virtud, que decía Aristóteles, es decir, entre la ciencia y la innovación o la formación para los valores y el crecimiento cívico. Señaló en este punto que en los centros de FP también puede darse innovación y puede haber igualmente crecimiento humanístico.
También se da una tensión aprendiz versus estudiante, que ya está siendo superada por las prácticas laborales y también por el modelo dual, que de hecho ya se estaba dando en España. Igualmente hay una tensión en la selección del alumnado, que ha quedado desbordada por la realidad y la excesiva demanda de algunas titulaciones.
Otra tensión viene producida por la oferta y demanda entre estudiantes, sistema educativo y mercado de trabajo. La educación tiene un ritmo mucho más lento que el mercado de trabajo, lo que siempre produce desajustes, señaló. Igualmente se da tensión en el cierre social, es decir, el corporativismo, con la regulación de las ocupaciones y el acceso a la administración pública. Martínez añadió que el prestigio de las profesiones está vinculado a las características de las ocupaciones, lo que se mide por elementos como los años de estudio, salarios, autonomía, condiciones de seguridad e higiene o posición de jerarquía.
Más universitarios que nunca
El director de la agencia señaló que, estudiando la tasa neta de educación superior, ya puede observarse la primera generación canaria con un incremento intenso de universitarios, una cuestión que siempre había sido deficitaria. “Estamos empezando a exportar universitarios y universitarias por primera vez. De hecho, nunca habíamos tenido el ‘stock’ de cualificación tan alto”.
Como posibilidades de integración, el ponente habló de pensar más en carrera profesional y menos en universidad versus centros de Formación Profesional. También apuntó la idea de crear un diseño más integrado de títulos de formación superior y universitarios, con trayectorias más porosas entre uno y otro. Martínez se mostró a favor de estudiar la posibilidad de integrar ciclos de FP superior en los campus universitarios, como ya de hecho está sucediendo en algunas comunidades. Aunque desde el punto de vista estructural son niveles educativos diferentes, desde un punto de vista simbólico es un mensaje muy interesante, alegó.
