La Universidad de La Laguna ha recuperado su ciclo de debates para tratar temas de actualidad social, aunando el conocimiento científico con las opiniones de responsables de la administración pública y del sector productivo. La emergencia energética y la transición sostenible ha sido el tema escogido hoy 14 de diciembre en una jornada desarrollada durante toda la mañana en la Facultad de Ciencias. La necesidad de acelerar el cambio a renovables, la urgencia de contar con sistemas de almacenamiento adecuados para descarbonizar la economía canaria y contar con combustibles de transición fueron las tres ideas más repetidas por todos los participantes en este foro.
Así, ULL Debates estuvo organizado por las cátedras universitarias de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife y Universidad de La Laguna y de la Cátedra de DISA-OW de Energías Renovables también del centro académico. El objetivo de descarbonización en 2040, diez años antes que el escenario europeo, fue cuestionado por algunos ponentes, vistas las especiales condiciones energéticas de las islas, en un sistema aislado y poco interconectado, muy dependiente todavía de los combustibles fósiles y falto de infraestructuras necesarias para dar un salto cualitativo en esta materia.
Tanto el rector, Francisco García, como la vicerrectora de Cultura y Extensión Universitaria, Isabel Karely León, sostuvieron la importancia de contar con el mundo científico para aportar datos en la toma de decisiones de un asunto de tanta trascendencia. Mariano Hernández Zapata, consejero de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, que intervino online desde La Palma, recordó la reciente aprobación de declaración de emergencia energética. “Se trata de salir a la superficie, intentando ser eficaces en la puesta en marcha de decisiones a corto y largo plazo”. Citó el concurso convocado de emergencia para cubrir la instalación de potencia adicional y al que se han presentado una quincena de empresas. En paralelo, se persigue la búsqueda de un modelo más sostenible, con proyecto de instalación fotovoltaica en muchos espacios, así como adaptación de territorios deteriorados para darles una segunda vida, a la vez que quiere potenciar la instalación de energía eólica marina. Al igual que señalaron otros ponentes, el consejero indicó que sin infraestructuras de almacenamiento será más difícil la penetración de las renovables.
El primero en intervenir en la sesión de debate fue Alejandro Molowny, director general de Residuos del Cabildo de Tenerife, que reconoció que la producción de energía en Canarias se ha convertido en un problema crónico. Recordó que las islas han padecido 14 ceros energéticos en los últimos años, y que Tenerife es la isla más vulnerable. Señaló que nos encontramos en un momento de urgencia de cambio de modelo y de transición de energía fósil a otras alternativas y sostenibles. “Necesitamos impulsar sistemas de almacenamiento porque hay momentos del día en los que se genera más energía sostenible de la que se puede consumir”.
Pedro Millán, director insular del Medio Natural del Cabildo de Tenerife, señaló que llevamos cuatro años de declaración de emergencia climática en muchas instituciones pero desgraciadamente no se ve confirmada por una apuesta real. “No hemos logrado tener en el Cabildo una foto completa de lo que se está haciendo, con áreas descoordinadas y proyectos inabordables”.
José Manuel Valle Feijoó, de ENDESA, apuntó que la reposición de nuevos equipos es fundamental y ya se ha llegado tarde. Destacó que es la primera eléctrica española en número de clientes, el segundo actor en generación de energía generada libre de emisiones (un 73%), cifra que podría haberse aumentado, pero en la que ha influido el conflicto bélico de Ucrania. Explicó que no se puede hacer renovables sin causar algún impacto ambiental, pero es mejor hacerla que dejarlo sin hacer. En sostenibilidad ambiental, la reducción de emisiones ha sido 80% desde 2005, con el compromiso de llegar al 0% en 2040.
En cuanto a Canarias, varios operadores han intentado invertir en el territorio, pero ninguno salvo ENDESA lo ha conseguido, debido a severas restricciones legales. El archipiélago solo cuenta con un 20% de renovables, lo que se traduce en una elevada dependencia de combustibles fósiles. Por tanto, para conseguir la descarbonización total en 2040 hay que ir mucho más rápido, es necesario instalar 530 mw al año de nueva capacidad, manteniendo a la vez la energía térmica mientras que se construyen las renovables y los almacenamientos necesarios. Con todo, hay avances en distintas islas, destacando El Hierro, con una penetración del 50%. Los principales obstáculos que hay que remover son el aceleramiento de trabas administrativas, señalar cuáles son los suelos adecuados para ello, mejorar la falta de capacidad en las redes y renovar el almacenamiento. Para todo ello solo es necesario utilizar el 1,9% del suelo de Canarias, “por tanto es viable, económico y es urgente hacerlo”.
Pablo Santos, de REDEIA, señaló que los sistemas eléctricos insulares se caracterizan por su poco tamaño, con una red débil y poco mallada, sin posibilidad de conexión continental, con una generación basada en combustibles fósiles y gran potencial de cambio. Ensalzó que desde los últimos 6 años la potencia de renovables se ha triplicado y que ha alcanzado el ya citado 20%, “que, en un contexto insular, sin ser lo que se ambiciona, es una cifra muy respetable”, dijo.
Se pretende cuadruplicar la potencia actual. Al igual que el ponente anterior habló de la necesidad de contar con sistemas de almacenamiento para dar cabida a las nuevas energías, añadiendo además recursos de flexibilidad. La solución es por tanto disponer de sistemas de almacenamiento a gran escala, y también las interconexiones aportarían soluciones para no perder energía que no puede ser absorbida. Desde el punto de vista de la flexibilidad hay que actualizar el parque eólico, que está obsoleto y es necesario modificarlo, sostuvo el ponente.
Seguidamente fue presentado un estudio liderado por los catedráticos Ernesto Pereda y Francisco Ramos, en el que han participado numerosos ingenieros y economistas del centro académico y financiado por el Cabildo de Tenerife. Los investigadores señalaron que la transición energética es un cambio institucional y cultural que no puede darse de un día para otro, y de hecho indicaron que la intensidad de emisiones en Canarias es cuatro veces superior a la peninsular, según datos de 2022, por las dificultades de penetración de las renovables antes mencionadas, asunto por el cual pusieron en duda el objetivo de descarbonización diez años antes que el reto general. “Me daría por satisfecho si llegáramos al 80% y siempre que el resto haga lo propio, porque esto es un reto global”, afirmó Francisco Ramos.
El estudio arroja un modelo de simulación de la situación de las islas en tres escenarios. Uno es el actual, sin tomar ninguna medida en especial, otro es avanzada la implantación del PTECan y uno tercero que abundaría en qué pasaría si se reduce la carga mínima convencional, y añadiendo elementos como el más que previsible aumento de demanda del vehículo eléctrico o los excedentes de energía ante la falta de almacenamiento, incluyendo otros combustibles de transición como puede ser el gas natural.