Los 35 estudiantes becados de la Escuela de la Macaronesia han disfrutado hoy, jueves 13 de julio, de una jornada de trabajo académico diferente en la sede de la Fundación Loro Parque, donde se ha llevado a cabo la exposición del proyecto ‘Implamac: evaluación del impacto de microplásticos y contaminantes emergentes en la Macaronesia’ de la mano de Javier Hernández Borges, del Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias.
El también catedrático de Química Analítica empezó su ponencia valorando el problema de los microplásticos en los océanos, y explicó que miden entre 5mm y una micra y sólo una parte de ellos se distingue a ojo humano. De hecho relató que se encuentran en todos los compartimentos ambientales; incluso en el aire.
Los mircroplásticos secundarios se dan por la fragmentación de plásticos de gran tamaño, añadió Hernández Borges, sobre todo por el efecto de la luz sobre el elemento original y por su rotura. Los tipos de microplásticos son espumas, films, fibras, pellets y fragmentos.
El investigador de la ULL señaló que en los años 50 empezó la producción masiva de plástico y en los 60 ya se dieron los primeros casos importantes de contaminación. Así, en los 70 ya aparecen las primeras publicaciones científicas alertando de los peligros de su masiva producción, pero no fue hasta 2004 cuando en la comunidad científica saltan las alarmas por los riesgos reales.
No todos los plásticos son iguales desde el punto de vista químico, aseveró. Hay plásticos que resisten más, como el polipropileno. Se calcula que el 90% de la basura que flota en el mar son plásticos de origen antropogénico. El 80% de la basura que flota en los océanos proviene de actividad que se genera en tierra y se cree que el plástico que se ve en la superficie del mar representa sólo el 1% del material que contamina los océanos; el resto están en columnas de aguas o en el fondo de los mares.
Los plásticos son transportados largas distancias por los giros oceánicos, que a su vez aceleran su fragmentación. De hecho, el científico expuso que la zona de la Macaronesia es muy susceptible ae recibir mucha de esta contaminación. Recordó que Implamac es un observatorio creado para estudiar el tipo y la cantidad de plástico que llega a la Macaronesia, y que se relaiza un estudio detallado de campo recogiendo muestras en las diferentes costas, lo que se ha hecho en un total en 46 playas donde se han llegado a encontrar 700 partículas por metro cuadrado. El 53% de los peces analizados tiene restos de fibras de tejidos de ropa.
Posteriormente se llevó a cabo la presentación del proyecto ‘Can BIO: cambio climático y protección de especies marinas en la región macaronésica’, a cargo de Javier Almunia Portolés, director de Loro Parque Fundación. Almunia presentó la actividad de la Fundación que trabaja en 233 proyectos de conservación en 42 países. Financia proyectos en cualquier país del mundo siempre que haya especies amenazadas. En la Macaronesia financia proyectos de conservación marina.
