Recientemente se ha publicado la monografía ‘De Numidia a Canarias: el viaje de la escritura líbico-bereber’ en la editorial alemana Peter Lang. Su autora es la doctora Irma Mora Aguiar, coordinadora de la Cátedra Cultural de Estudios Bereberes de la Universidad de La Laguna, adscrita al Vicerrectorado de Cultura y Participación Social.
Se trata de una versión revisada y aumentada de su tesis doctoral ‘Contextualización arqueológica y epigráfica de las inscripciones líbico-bereberes de El Hierro’, defendida en abril de 2021 y galardonada en septiembre de 2022 con el Premio Extraordinario de Doctorado en el área de Artes y Humanidades.
La monografía, coordinada por Gerd Wottjak y los profesores de la Universidad de La Laguna José Juan Batista Rodríguez y Dolores García-Padrón, consta de 350 páginas más un compendio de anexos en formato digital, que incluye mapas, tablas y fichas. En este estudio se analizaron más de 1.500 inscripciones líbico-bereberes norteafricanas y canarias, atendiendo a sus rasgos epigráficos y a su contexto histórico y arqueológico, lo cual permitió ofrecer, en primer lugar, una nueva clasificación global de sus variedades alfabéticas basada en factores geográficos, históricos, sociales y situacionales.
Con ello se logró determinar por primera vez la variedad concreta que arribó a todas y cada una de las islas: el líbico meridional. En segundo lugar, el análisis epigráfico y lingüístico posibilitó la transcripción completa de este alfabeto, así como la traducción de los morfemas gramaticales (género, número, persona, etc.), las palabras pertenecientes al campo mostrativo (pronombres, preposiciones, adverbios, conjunciones, etc.) y los nombres propios (principalmente, antropónimos y etnónimos) contenidos en las inscripciones herreñas, que constituyen más de la mitad del corpus canario.
Posteriormente, se observaron lapsus ortográficos que revelaron rasgos fonéticos propios de las hablas bereberes meridionales, lo cual, junto a la identificación de la variedad alfabética antedicha, permitió situar el origen geográfico de las primeras poblaciones del Archipiélago en las costas vecinas del sur de Marruecos y el Sáhara occidental.
Por último, la difusión de esta escritura posibilitó asociar el poblamiento de Canarias a la intensificación de la romanización que tuvo lugar entre los siglos I y III d. C., la cual desplazó a estos nómadas desde la franja mediterránea norteafricana hacia la esteparia y desértica.