Los investigadores del grupo de Ecología y Biogeografía Insular de la Universidad de La Laguna Rüdiger Otto Dittmann y José María Fernández-Palacios han participado en un estudio internacional liderado por la ecóloga colombiana Martha Paola Barajas Barbosa, de la Universidad de Gotinga (Alemania), recientemente publicado en la revista Nature. Este trabajo ha revelado, por primera vez, los rasgos funcionales (morfológicos y químicos) de las plantas que constituyen el conjunto de la flora vascular nativa de una isla oceánica. Los investigadores se centraron en Tenerife y descubrieron que el medio ambiente insular, junto con procesos biogeográficos y evolutivos, determina las características y estrategias ecológicas únicas de las plantas de esta isla.
Las islas oceánicas son importantes ya que han servido durante siglos como laboratorios naturales para la investigación de la biodiversidad, debido a sus características geológicas, ecológicas y a su aislamiento de los continentes. Sin embargo, la falta de información sobre la morfología de las plantas en islas volcánicas, muchas de ellas únicas en el mundo, había limitado el estudio de la diversidad de formas de vida y funciones de las plantas en dichas islas. Para abordar este vacío, los científicos recopilaron información detallada sobre los rasgos funcionales de las plantas nativas de Tenerife y la compararon con estudios previos sobre la diversidad de plantas a escala global.
El estudio confirmó que las condiciones ambientales influyen en el tamaño y la forma de las plantas en la isla. Las condiciones climáticas, predominantemente semiáridas de Tenerife, favorecen el crecimiento de arbustos, posiblemente debido a un síndrome llamado leñosidad secundaria o insular. La investigación también resaltó el impacto significativo de la capacidad de dispersión de las especies y la colonización de nuevos hábitats en la formación de la diversidad de los rasgos funcionales de las plantas de la isla.
Una alta capacidad de dispersión favorece la diferenciación de los rasgos funcionales de la flora, mientras que la diversificación in-situ, es decir, la evolución de nuevas especies endémicas en una isla a partir de un ancestro, aumenta la similitud de los rasgos. Estos resultados novedosos son contrarios a la teoría clásica de la biogeografía insular, que postula una convergencia de rasgos funcionales por el filtro de la dispersión y una divergencia de rasgos por la adaptación evolutiva de las plantas a nichos ecológicos abiertos en islas oceánicas.
Comprender cómo se adaptan y sobreviven las plantas en entornos aislados y áridos es crucial ante el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Mediante enfoques basados en rasgos morfológicos, los científicos pueden predecir mejor los efectos de los cambios ambientales en la diversidad de plantas y ecosistemas. Estos hallazgos proporcionan una base valiosa para futuras investigaciones y esfuerzos de conservación en los ecosistemas insulares. Los conocimientos obtenidos al estudiar los rasgos funcionales de las plantas pueden contribuir a estrategias de gestión más efectivas y mejorar nuestra comprensión de las respuestas ecológicas a los cambios globales.