La Universidad de La Laguna ha organizado hoy, 27 de junio, un acto para conmemorar el Día Internacional del Orgullo LGBTIQA+, en el que se recordó que la lucha por los derechos de este colectivo aún no ha acabado. La vicerrectora de Estudiantes, Rosario Hernández, afirmó que la universidad es un espacio seguro. “Estamos en un lugar de diálogo, de conocimiento, de racionalidad, pero para que esto se dé, la gente que estudia aquí tiene que sentir que es el lugar donde pueden ser lo que son”.
El acto estuvo organizado por el Aula Cultural de Diversidad LGBTIQ+, cuya codirectora, María Dolores Morera, y dos miembros del aula cultural, Lola Márquez y Elena Crespo, leyeron un manifiesto de la Red de Universidades por la Diversidad, redactado de forma consensuada en el II Encuentro de esta red, celebrado este fin de semana. Antonio Adelfo Delgado Núñez, primer director del aula, fue el encargado de conducir el evento, al que también acudieron varios vicerrectores.
Dolores Morera, codirectora del aula cultural.
En la lectura del manifiesto se denunciaron las desigualdades sociales que aún existen en nuestro país por razón de orientación sexual, identidad o expresión de género y se reivindicó la equidad para todas las personas.
Además, se resaltó que la Ley Orgánica del Sistema Universitario recoge la obligación de las universidades de contar en sus estructuras con Unidades de Diversidad y emplaza a los centros superiores a dotarlas de los recursos necesarios para el desarrollo de sus funciones. “El Aula Cultural de Diversidad será la unidad que atienda desde la igualdad y la diversidad, con una perspectiva interseccional, a todos sus integrantes”, comentó Dolores Morera.
Durante el acto, se izó la bandera del Orgullo LGBTIQA+ que se mantendrá durante toda esta semana. El profesor de Filología Hispánica José Ramos Arteaga fue el encargado de dar paso a la representación de la Agrupación de Teatro de Filología, cuya pieza versó acerca de la memoria histórica de las disidencias sexuales y de género. El profesor apuntó que en las últimas semanas se está viviendo una regresión histórica que puede llevar a la pérdida de derechos. “Estamos en un momento peligroso y no se puede permitir un retroceso en los derechos conseguidos. Vienen tiempos complicados para las personas que creemos en la libertad y la diversidad”, comentó.
Un momento de la representación teatral.
El monólogo, interpretado por Adán Rocío Palmero, surgió del trabajo de memoria histórica realizado por Víctor Ramírez sobre la condena que recibió Octavio García por su condición de homosexual durante la dictadura franquista. Debido a la Ley de Vagos y Maleantes estuvo 13 meses encarcelado en la Colonia Penitenciaria de Tefía (Fuerteventura) y su testimonio fue recogido ficcionalmente en la novela “Viaje al centro de la infamia” de Miguel Ángel Sosa. El monólogo recreó tres momentos de su vida: su infancia en condiciones de pobreza, su estancia en Tefía y, finalmente, su madurez y concienciación como víctima de la homofobia.
