El rector de la Universidad de La Laguna, Francisco García, ha recibido esta semana al presidente de la Confederación de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife (CEOE) Pedro Alfonso, acompañado de su secretario general, Eduardo Bezares, y otros miembros de la entidad. Este primer encuentro ha servido como marco general de una relación que pretende ser fluida y estrecha entre las dos partes, en la idea de reforzar la empleabilidad de los estudiantes atendiendo a las sugerencias del sector productivo y, también, de lograr mayor transferencia de conocimiento generado en la universidad a la sociedad.
El rector, que presidió la reunión junto a la vicerrectora de Estudiantes, Rosario Hernández, y el vicerrector de Docencia, José Manuel García Fraga, sostuvo que está en la hoja de ruta de la institución desarrollar un proceso de consultas a diferentes agentes sociales y económicos para intensificar la conexión entre la cualificación de nuestro alumnado y el tejido productivo, si bien destacó que son precisamente los universitarios los que menor tasa de desempleo presentan gracias a su nivel formativo.
Pedro Alfonso (CEOE) y Francisco García (ULL).
Francisco García destacó igualmente que uno de los retos de Canarias es la mejora de la productividad, un factor que no está relacionado necesariamente con el número de horas trabajadas, sino también con el talento de la mano de obra y del empresariado. “Precisamente la universidad es una factoría de talento, por lo que tenemos mucho que aportar en este ámbito”, sostuvo.
El rector agregó que la institución académica está trabajando en el desarrollo de iniciativas que permitan fortalecer la conexión de parte de los resultados de la investigación con posibles necesidades productivas y fuentes de inversión. Asimismo, también se apuntó la oportunidad que supone la próxima puesta en marcha de microcredenciales desde las universidades públicas, promovidas por el Ministerio de Universidades, para fortalecer la capacitación del sector productivo.
También se están dando pasos en la constitución de un observatorio de empleo y en la mejora del sistema de prácticas en empresas, así como en el análisis de oportunidades para ofertar nuevas titulaciones. En todos estos proyectos, la CEOE expresó su disponibilidad para colaborar en lo que sea necesario.
Por su parte, Pedro Alfonso resaltó la capacidad de la universidad para transferir a la sociedad su conocimiento científico y también en la generación de las ya citadas microcredenciales como una formación complementaria a la que ya ofrece la institución académica. “La universidad nos puede dar solvencia técnica y reputacional”, afirmó.
Alfonso añadió que no todos los títulos universitarios han de estar adaptados a la empresa, pero sí tuvo palabras para alabar la oportunidad de crear un equilibrio entre ambos mundos. García Fraga añadió que, de hecho, para que la propia universidad avance en ofrecer a la sociedad sus demandas de formación resulta más que pertinente preguntar a agentes sociales tan relevantes como la CEOE, entre otros.
