Tras analizar concienzudamente los datos macroeconómicos canarios correspondientes a 2017, de cada euro gastado por la institución académica se genera una producción de bienes y servicios en su entorno de 3,85 euros, es decir, cuatro veces más. Si a esa cantidad se eliminan los gastos, el resultado es un incremento del valor añadido de 2,42 por cada euro, de los cuales 1,59 están dedicados a la retribución de salarios y 0,66, al pago de impuestos y cotizaciones de la Seguridad Social que, por tanto, acaban revirtiendo en lo público. Además, cada millón de euros de gasto público realizado en el centro tinerfeño dio lugar a 53 empleos completos a tiempo completo.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio “Impacto Socioeconómico de la Universidad de La Laguna”, elaborado por actual director del Instituto Universitario de Desarrollo Regional y profesor titular del Departamento de Economía, Contabilidad y Fianzas, Juan José Diaz Hernández, que ha sido presentado hoy, jueves 21 de diciembre, en la Facultad de Economía, Empresa y Turismo.
El acto fue abierto por el rector de la Universidad de La Laguna, Francisco García, quien señaló que la presentación de este estudio suponía un hito muy destacado. “Vamos a conocer datos rigurosos de lo que supone es nuestra actividad en la sociedad; un ejercicio de rigor, compromiso y rendición de cuentas ante la sociedad que nos aporta recursos”.
En similares términos se manifestó el viceconsejero de Universidades y Educación del Gobierno de Canarias, Ciro Gutiérrez, quien destacó la importancia para el ejecutivo de conocer el impacto de las universidades públicas. “Quienes somos académicos sabemos que son las principales herramientas, con mucha diferencia, del desarrollo en Canarias. La labor es hacer comprender a la sociedad su importancia para el desarrollo de nuestra tierra”.
El secretario general de Universidades del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, José Manuel Pingarrón, intervino online para reincidir en esa línea argumental: “Invertir en educación superior, en ciencia y en tecnología no es un gasto, es una inversión que tiene retornos de todo tipo, tanto económicos como sociales”. Para avalar su opinión, se ciñó a los datos de un informe sobre el impacto social del sistema universitario presentado en mayo de este año en el seno de las Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en el que demostraba que la aportación de estas entidades suponía el 2,2% del PIB nacional y el 2,4% de la población ocupada.
Un informe exhaustivo
Díaz Hernández explicó que la metodología principal utilizada se basa en la información obtenida por las tablas input/output, instrumento estadístico que relaciona ingresos y gastos en una egresa o, en este caso, un sistema. El principal escollo fue que las tablas existentes de Canarias databan de 2005, por lo que el investigador tuvo que complementarla con otros modelos, como el multiplicador keynesiano del gasto, para obtener datos más actuales. Finalmente, el estudio presentado se basa en las cuentas de 2017, si bien en la edición impresa también está disponible un análisis algo más somero de 2021.
El investigador explicó que su análisis está realizado desde la demanda a corto plazo: la universidad recibe un presupuesto, en su gran mayoría de fondos públicos, y con él realiza una serie de gastos en bienes y servicios para cumplir con sus objetivos. Esos gastos “arrastran” al resto del sector productivo puesto que repercuten en el volumen de negocios de las empresas proveedoras de la universidad, y también aporta salarios a sus recursos humanos, sin olvidar que se devuelve parte de lo recibido en forma de impuestos y cotizaciones sociales.
Para elaborar el estudio, se han tenido en cuenta a varios agentes: la propia Universidad de La Laguna, su Fundación General, pero también a sus estudiantes, a los visitantes que recibe y a quienes asisten a sus diferentes actividades, ya sean congresos de investigación o actos cultures. El sumatorio de todos ellos supone el gasto generador de la institución académica, que fue de 235 millones. De cada uno de esos agentes fue analizado su gasto y distribución. Así, por ejemplo, la Universidad de La Laguna gastó en 2017 unos 150 millones de euros, de los cuales 108 millones fueron para personal y de los 42 restantes se distribuyó el 33% en I+D, el 14,2% al comercio minorista, el 10,5% a la construcción/mantenimiento, el 9,5% a limpieza, el 7,3% a seguridad, el 4,4% a servicios auxiliares y el 4,3%, a energía y agua.
Para conocer la distribución del gasto de los estudiantes, se encuestó a un total de 658 individuos y se dividieron los resultados entre alumnado que reside y que no reside en el domicilio familiar. El primer grupo es el más numeroso, pues en 2017 suponía el 81,4% (16.078 personas), con un gasto anual de 35,2 millones. El grupo de estudiantes fuera del entorno familiar era es el menos numeroso (18,6%, equivalente a 3.677 personas) pero realiza un gasto muy superior (ya que debe sufragar el alojamiento), que al año supuso 26,6 millones. Globalmente, este grupo de personas realiza sus gastos en sectores como la restauración, servicios inmobiliarios, ocio, transporte y comercio minorista.
Como se ha mencionado, de cada millón invertido en la Universidad de La Laguna, se generaron 53 empleos a tiempo completo que, además, tenían un salario medio un 48,5% superior a la media de Canarias. Ello verifica que la universidad no solo sigue siendo un ascensor social que favorece la inserción laboral, sino que, además, genera empleo de calidad. En término globales, la institución pública de educación superior tinerfeña aporta el 0,99% del empleo en Canarias y supone el 0,82 del PIB regional.