La revista Nature Ecology & Evolution ha publicado hoy, jueves 26 de enero, el artículo “Rapid upwards spread of non-native plants in mountains across continents”, en el que se analiza cómo se produce la propagación de especies vegetales exóticas o invasoras en enclaves montañosos. La autora principal del artículo Evelin Iseli, del ETH Zurich y, dado que estudia el fenómeno en todos los continentes, ha contado con la participación de una treintena de investigadores de todo el mundo. Por parte de la Universidad de La Laguna ha colaborado en el proyecto José Ramón Arévalo Sierra, catedrático del área de Ecología.
La conclusión principal del trabajo es que, en una época de cambio global, las especies introducidas van a seguir dispersándose por zonas de alta montaña, y, según los datos obtenidos en este trabajo, es previsible es que siga incrementando su riqueza (número de especies) y rango de dispersión. Por ello, se recomienda que se realice seguimiento y manejo de la vegetación en las regiones montañosas del planeta para poder prever estos cambios en la flora y actuar si fuese necesario.
El profesor Arévalo explica que, aunque las especies exóticas suelen encontrarse de forma habitual en zonas de alta montaña, es cierto que los estudios suelen centrarse en zonas de menor altitud, ya que los niveles de perturbación son mayores y suponen una puerta de entrada para la colonización de plantas.
En diversos estudios se ha encontrado que las especies exóticas se distribuyen de manera más rápida que las nativas, todo ello favorecido por las perturbaciones antrópicas (es decir, de origen humano), que son el elemento principal favorecedor de las especies exóticas. A ello habría que unirle el aumento de temperaturas a nivel planetario, que si bien a juicio del especialista no puede considerarse de catastrófico, pequeñas variaciones pueden suponer un elemento acelerador de la colonización de exóticas.
Otro elemento que se ha podido observar en otras áreas estudiadas ha sido el hecho de que las especies introducidas en el hábitat de acogida (la nueva zona en la que se establecen) presentan rangos de distribución ambiental más amplios (distribución a mayor altitud o menor pluviometría), por lo que es de esperar una mayor capacidad dispersora de las exóticas frente a las nativas. Por todo ello, estudios que incluyan también una variabilidad temporal, suponen una herramienta fundamental para conocer el estado y las circunstancias futuras que caben esperar en zonas de alta montaña con respecto a las especies exóticas.
Arévalo explica que en el proyecto internacional del cual emana el artículo se han principalmente en zonas con fuerte gradiente altitudinal, para analizar si a lo largo de los últimos cinco años se puede determinar algún cambio en la dinámica de colonización de estas áreas por parte de las especies exóticas. Entre las regiones incluidas en el trabajo están, aparte de Tenerife, los Alpes Suizos, los Alpes Australianos, Montana y Oregón en Estados Unidos, Cachemira en Pakistán, Scandes en Noruega, Hawaii y Cordillera Central en Chile.
El trabajo se ha realizado con muestreos en bordes de carretera desde las zonas bajas de cada zona montañosa hasta el punto más alto al que alcanzaban estas vías, de forma que se pudo analizar, aparte del gradiente altitudinal, el efecto de las perturbaciones antrópicas en los ecosistemas. Los muestreos de borde de carretera fueron complementados con otros hacia el interior de la zona no afectada por la infraestructura viaria. El mismo muestreo estandarizado se realizó dos veces, con una diferencia temporal de cinco años.
Los resultados han mostrado un incremento en la riqueza de especies en general, pero también se ha encontrado que los rangos de distribución altitudinal de algunas especies exóticas se están ampliando.
En el caso de Tenerife, las especies que fueron introducidas recientemente tienen rangos más estrechos que las que se introdujeron hace más tiempo, indicando que no se encuentran en equilibrio, sino que las recientemente introducidas están en proceso de expansión.
Entre los resultados generales, cabe destacar que las especies se están expandiendo altitudinalmente en diez de las once regiones trabajadas y que, además, esta dispersión está principalmente favorecida por los corredores antropogénicos, convirtiéndose en las zonas principales donde detectar la entrada de nuevas especies introducidas.
