La Universidad de La Laguna, a través de su Fundación General, y la Fundación Canaria El Buen Samaritano han suscrito un convenio de colaboración para desarrollar actividades que promuevan la convivencia intercultural. Particularmente, busca impulsar procesos de transferencia del conocimiento a partir de las actividades y experiencia acumulada por ambas organizaciones en proyectos como Hotel Escuela Baobab, que la segunda de las organizaciones ha emprendido en la localidad senegalesa de Kayar. Esta iniciativa pretende contribuir a la generación de proyectos de vida estables, mediante la articulación de oportunidades formativas y laborales en contextos de importante emigración.
El acuerdo, suscrito por un periodo de dos años renovables, también contempla acciones para fomentar la convivencia intercultural y la cooperación internacional al desarrollo, facilitar espacios de trabajo conjunto que propicien la gestión de la diversidad cultural y la convivencia con enfoque intercultural, y favorecer procesos de sistematización y transferencia de experiencias. Todo ello, canalizado a través del marco insular de convivencia intercultural ‘Tenerife vive Diversidad’, que cuenta con la implicación y financiación del Cabildo Insular a través del proyecto ‘Juntas En la misma dirección’ y la contribución científica del Observatorio de la Inmigración OBITen.
Las actividades programadas ya han comenzado con la celebración de dos encuentros sobre la metodología que se utilizará para sistematizar y transferir el proceso de trabajo que sigue en Tenerife un amplio grupo de jóvenes migrantes acogidos en los recursos de la Fundación El Buen Samaritano. Este grupo de personas mayores de 18 años llegaron a la isla por mar desde distintos territorios africanos como Senegal, Malí, Gambia, Guinea Conakry, Costa de Marfil y Marruecos y, actualmente, se encuentran en formación o desempeñan una actividad laboral, y son candidatas a participar en el futuro desarrollo del Hotel Escuela Baobab en Kayar, núcleo de población que se encuentra al noreste de Dakar.
En este proceso también participan como voluntarias personas universitarias o de distintos grados de formación profesional. Su cometido es acompañar a los jóvenes africanos en actividades de complemento formativo, desarrollo cultural y artístico y conocimiento de la isla mediante distintas iniciativas de ocio y esparcimiento, entre otras.
Tras un primer encuentro en las instalaciones de la Fundación Canaria El Buen Samaritano en el barrio de Añaza, el grupo de jóvenes ha visitado el Campus de Guajara de la Universidad de La Laguna, donde conoció sus instalaciones y servicios de la mano del alumnado universitario y participó en una sesión de trabajo grupal facilitado por ‘Juntas En la misma dirección’, en el cual se han recogido sus aportaciones.
Francisco García Rodríguez, rector de la institución académica, resalta el interés de un proyecto de estas características: “Posee múltiples dimensiones e incidencia tanto en Canarias como en las áreas con las que nos conectan las migraciones internacionales, aportando nuestra universidad su experiencia en la sistematización de procesos de innovación social, para contribuir a visibilizar y replicar una iniciativa que contiene valiosos elementos. Entre ellos el conocimiento y la capacitación, la interacción entre nuestro alumnado y jóvenes de distintas partes del mundo, la articulación de oportunidades para las comunidades locales, la solidaridad y la atención a las causas profundas que provocan la movilidad humana”.
José Félix Hernández López, presidente de la Fundación Canaria El Buen Samaritano, señala sentirse feliz de que la Universidad de La Laguna se pueda implicar en el estudio objeto del convenio recientemente firmado: “recogiendo experiencias, costumbres y maneras de otros pueblos con los que convivimos ya, aportada por jóvenes venidos de Mali, Senegal, Gambia, Costa de Marfil o Marruecos que no han tenido la oportunidad de estudiar en sus lugares de origen”. Todo ello, de la mano del grupo de jóvenes universitarios de la Fundación con los que trabajar “para vencer prejuicios y romper barreras” en la sociedad.
Ana González Núñez, una de las alumnas universitarias vinculadas al proyecto, destaca que la importancia de esta colaboración de El Buen Samaritano y la universidad: “a través de ella conozco realidades, costumbres, formas de trabajo e idiomas diversos, una manera mucho más enriquecedora de formarme y crecer profesional y personalmente”. Tampoco duda que esta experiencia le servirá de inspiración para promover iniciativas similares.
Bakary Tambadou, joven maliense, también ha alabado este trabajo común: “esta colaboración para mí significa hacer más grande mi casa y que la conozcan muchas más personas, para cuidarla todos juntos”. Sobre el trabajo hasta ahora realizado, resalta que estas dos primeras sesiones han sido importantes para saber qué se quiere hacer y qué se puede conseguir.