El Foro Económico y Social (FES) de La Laguna ha presentado este viernes los resultados del Barómetro de La Laguna en 2024, un amplio estudio social realizado a lo largo de este año conjuntamente con la Universidad de La Laguna para analizar y actualizar las inquietudes, problemas y necesidades de la población del conjunto del municipio.
El alcalde de La Laguna y presidente del FES, Luis Yeray Gutiérrez, abrió la jornada, celebrada en la Facultad de Economía, Empresa y Turismo, indicando que esta segunda edición del Barómetro es «fruto de un trabajo intenso y riguroso realizado junto a la universidad», gracias al cual el municipio podrá «contar con una radiografía completa de nuestra realidad».
“Este esfuerzo conjunto nos proporciona una visión amplia y diversa de lo que realmente importa a nuestra gente, y reafirma la importancia de fomentar una participación ciudadana activa y directa. Es a través de este conocimiento que podremos continuar diseñando políticas y proyectos que impulsen un desarrollo sostenible, inclusivo y equilibrado en todos los rincones de La Laguna”, valoró el alcalde.
Por su parte, el rector de la Universidad de La Laguna, Francisco García, expresó su satisfacción por los resultados de este trabajo, al que calificó como una iniciativa pionera y ejemplar en Canarias. «La Laguna habla a través de su ciudadanía y que haya una segunda edición de este barómetro significa que se trata de un instrumento que ha sido útil y que va a tener continuidad».
“Es un instrumento muy poderoso desde el punto de vista de la toma de decisiones, porque integra una perspectiva cuantitativa, rigurosa, con datos fiables y depurados, por parte del equipo técnico, e incorpora un novedoso enfoque cualitativo”, resaltando que “se ha hecho mucho trabajo de contacto con los vecinos y vecinas y grupos focales”, además de hacer hincapié en “el acierto del Índice de Prosperidad que se integra en el barómetro, que es un análisis de la calidad de vida más allá de las estadísticas”, añadió Francisco García.
Tras la publicación del Barómetro de La Laguna en 2023, en esta nueva edición, dirigida por el catedrático Serafín Corral, se ha trabajado a partir de esos datos para diagnosticar y promover acciones concretas orientadas a la mejora del bienestar. A lo largo del año se han llevado a cabo una serie de talleres participativos y, en una segunda fase, reuniones realizadas con la ciudadanía en los seis distritos para analizar las preocupaciones de la sociedad civil. Uno de los aspectos destacados del estudio es la indicada creación de un innovador Índice de Prosperidad, diseñado para medir de manera integral la calidad de vida en el municipio.
De los análisis realizados tanto de las preocupaciones de la ciudadanía y los actores sociales, como de la propuesta de Indicador de Prosperidad, se observan notables puntos de coincidencia. Ambos apartados subrayan el carácter esencial de factores que contribuyan al bienestar ciudadano, como la calidad de los servicios públicos, la accesibilidad a la atención médica y la educación.
El barómetro recoge que la dependencia del turismo como principal fuente de ingresos es una preocupación común, lo que se interpreta como una necesidad de diversificar la economía local. Este enfoque está alineado con el criterio de inversión en innovación e infraestructuras y la promoción de sectores alternativos que fortalezcan la resiliencia económica del municipio.
La infraestructura de servicios como el transporte, la limpieza urbana, el agua potable y el saneamiento aparece igualmente como un punto en común. Se evidencia asimismo la importancia de la inclusión y la igualdad de acceso a oportunidades y servicios, incluyendo el acceso a la vivienda asequible, oportunidades de empleo, y servicios de calidad en educación y sanidad, particularmente para poblaciones jóvenes y de bajos ingresos.
La participación en la toma de decisiones y la transparencia en la gestión pública son elementos centrales en ambos apartados. Existe una percepción de desconexión en la toma de decisiones en las zonas urbanas, mientras que en áreas rurales se fomenta una participación más comunitaria.
Por último, ambos apartados apuntan a la necesidad de un equilibrio entre el desarrollo y la conservación de los recursos naturales, promoviendo un uso adecuado de los espacios verdes, el turismo sostenible y el respeto al patrimonio cultural, como aspectos esenciales para un desarrollo urbano que valore el medio ambiente y la identidad local.
(Nota cedida).