El Laboratorio de Física Médica y Radiactividad Ambiental (Fimerall), adscrito al Servicio General de Apoyo a la Investigación de la Universidad de La Laguna, ha dado un paso crucial en la protección de la salud pública al adquirir un detector de trazas para la cuantificación los niveles de exposición al gas radón.
La adquisición del detector de trazas (Radosys, modelo RadoMeter 2000), ha sido posible gracias a la financiación FDCAN y permitirá que este laboratorio universitario pueda realizar mediciones precisas de radón en el ambiente de espacios interiores, ayudando así a identificar y mitigar los riesgos asociados a su presencia en hogares y puestos de trabajo.
El próximo reto es acreditar su cualificación técnica para realizar este tipo de ensayos, de acuerdo con la norma UNE-EN ISO/IEC 17025, y convertirse en uno de los primeros laboratorios en España en lograr este reconocimiento. Dicha instrumentación sitúa a Fimerall a la vanguardia en la detección y control de este gas radiactivo, que puede representar un riesgo significativo para la salud humana.
El radón es un gas ubicuo que proviene de la serie radiactiva del Uranio-238 (U-238), uno de los isótopos del uranio presente en la corteza terrestre. Este gas radioactivo se forma a partir de la desintegración del uranio y puede filtrarse en los hogares a través de fisuras en los cimientos, grietas en las paredes, suelos porosos y sistemas de tuberías subterráneas. En áreas con una actividad geológica significativa, como terrenos volcánicos, la presencia de radón puede ser especialmente alta debido a la mayor concentración de minerales radiactivos en el suelo y las rocas.
La falta de ventilación adecuada también contribuye a la acumulación de radón en interiores. Por otro lado, los edificios modernos, diseñados para ser más eficientes energéticamente, tienden a ser más herméticos, lo que puede atrapar el radón en el interior y aumentar su concentración.
La adquisición del detector de trazas por parte de Fimerall permitirá realizar mediciones precisas de radón en el ambiente, ayudando así a identificar y mitigar los riesgos asociados a su presencia en hogares y puestos de trabajo. Con esta iniciativa, el laboratorio universitario reafirma su compromiso con la seguridad y la salud pública, proporcionando a la sociedad herramientas efectivas para la prevención y el control del radón. “Es un paso crucial en la lucha contra el cáncer de pulmón relacionado con la exposición a este gas radiactivo, y establece nuevos estándares de excelencia en la detección de radón en interiores en España”, aseguran sus investigadores.
