La Organización Mundial de la Salud designó en 2020 declarar cada 30 de enero Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD) y, por este motivo, hoy la Universidad de La Laguna ha celebrado en la Facultad de Farmacia una sesión de sus ULL Debates centrada en estas patologías. Como explicó el primer ponente, el catedrático de Parasitología de la institución organizadora José E. Piñero Barroso, estas patologías afectan a más de mil millones de personas, una sexta parte de la población mundial, pero no han tenido la atención necesaria al darse en países empobrecidos y alejados de los intereses de las grandes empresas farmacéuticas e investigadores. Afortunadamente, señaló que la OMS ya ha trazado un plan de actuación que podría revertir esa situación.
Previamente, la sesión, fue inaugurada por el rector de la institución académica, Francisco García, quien resaltó la validez del formato ULL Debates como foros para reunir a especialistas académicos de renombre para compartir su conocimiento riguroso en torno a retos sociales relevantes. Sobre las ETD, reflexionó que algunas de ellas tienen más prevalencia que la Covid-19, que provocó una pandemia global que paralizó el planeta. También alabó la labor del Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias por su compromiso con la mejora de las condiciones de vida de las personas afectadas por estas dolencias actuando en el origen de las mismas.
El director de dicho instituto, Jacob Lorenzo, quien ha sido uno de los principales promotores de este encuentro, también puso sobre la mesa las cifras que dan la magnitud de este problema que afecta a millones de personas y arrojan una media de 200.000 fallecimientos anuales. También participaron en el acto inaugural la decana de Facultad de Farmacia, Susana Abdalá; la vicerrectora de Cultura y Extensión Universitaria, Isabel León; y el investigador de la Universidad de Valencia y asesor de la OMS Santiago Mas-Coma, quien señaló la oportunidad de que la Universidad de La Laguna organizara un acto en este día, similar a otros que se desarrollan en Ginebra, Shanghái y la propia sede de la OMS en Nueva York.
En su ponencia, José E. Piñero Barroso contextualizó la problemática de las ETD como paso previo a las siguientes intervenciones que ya se centrarían en enfermedades en particular y aspectos más concretos de este problema. Desde el punto de vista geográfico, estas enfermedades se acotaban a la zona comprendida entre los dos trópicos, pero últimamente, gracias a factores como el cambio climático y la movilidad de las personas, su prevalencia se ha extendido también a zonas subtropicales.
En general, las ETD afectan especialmente a países en vías de desarrollo o, directamente, pobres (es decir, aquellos cuya población dispone de menos de dos dólares diarios para cubrir sus necesidades básicas). Por ello, son zonas donde no hay capacidad para controlar estas patologías al carecer de servicios básicos de salud, viviendas adecuadas, fácil acceso al agua potable y una red de alcantarillado adecuada, entre otros factores que dificultan revertir la situación.
Pese a ello, al final su intervención quiso poner un apunte positivo explicando que la OMS ha diseñado una estrategia que pretende poner en marcha para, por fin, tratar de atajar las ETD, que incluye medidas como expandir la quimioterapia preventiva, intensificar la detección y gestión de los casos, mejorar el control vectorial (es decir, de los organismos transmisores de las enfermedades), aplicación de medidas veterinarias de salud pública adecuadas, y mejorar el suministro de agua potable y el saneamiento e higiene de esas poblaciones.
A lo largo de su ponencia, explicó que estas patologías se transmiten por vectores como mosquitos, moscas, chinches e incluso moluscos, por lo que el control de la entrada de estos organismos es esencial, algo en lo que precisamente el Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias está colaborando en el ámbito de la comunidad autónoma. Señaló que, en total, la OMS ha identificado 21 de estas enfermedades, como son la leishmaniosis, la lepra, el dengue, la enfermedad de chagas, la filariosis linfática o la rabia, entre otras. Curiosamente, la malaria no se encuentra en este grupo porque, si bien es tropical y está extendida, no se considera una patología desatendida al haber suficiente investigación y atención al respecto.
Un ejemplo paradigmático de la situación está en las enfermedades transmitidas por parásitos de suelo, que afectan a unos 1.500 millones de personas. “Una de ellas, el ascaris, posiblemente ni le suena a la mayorá de personas en España y, sin embargo, afecta anualmente a unos 750 millones de personas, que es mucho más que el número total de afectados por Covid-19”, explicó
Estas enfermedades, además de los problemas estrictamente de salud que conllevan, implican otra serie de factores: son indicadores de pobreza; afectan a poblaciones que tiene poca visibilidad o poca capacidad para hacer lobby y presión internacional; causan estigma y discriminación, especialmente entre niñas y mujeres; tiene un impacto importante en la morbilidad y la mortalidad; no recaban la atención necesaria en la investigación; pero pueden ser controladas, prevenidas y posiblemente eliminadas utilizando soluciones efectivas y fiables.