La Universidad de La Laguna fue sede recientemente de la reunión de dos redes nacionales muy relevantes en el mundo de la informática: la de Computación de Altas Prestaciones sobre Arquitecturas Paralelas Heterogéneas (CAPAP-H) y la de arquitectura de chips RISC-V. Unos ochenta investigadores e investigadoras de toda España relacionados con ambas materias acudieron a este foro, que también contó con la presencia de representantes institucionales y sectoriales como Pedro Martín Jurado, quien actualmente es director de operaciones de la Sociedad Estatal de Microelectrónica y Semiconductores (SEMyS), con una dilatada trayectoria en diferentes ministerios e instituciones comunitarias. Este especialista en el ámbito de las telecomunicaciones concedió a este Gabinete de Comunicación una entrevista en la que habló sobre los principales desafíos en su ámbito profesional.
Participa en este seminario hablando sobre el presente y futuro del Programa PERTE Chip. ¿Nos puede explicar, en primer lugar, qué es este programa?
El PERTE Chip es un programa estratégico de los definidos como consecuencia del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Cuando se articula este plan aprobado por la Unión Europea para España en un Real Decreto Ley publicado en diciembre de 2020, se crea esta figura de los PERTES y, sucesivamente, se han ido creado varios de ellos, uno de los cuales es este sobre microelectrónica y semiconductores.
Como cosa significativa, este PERTE está dotado económicamente con 12.250 millones de euros y es el único que tiene asociada una sociedad estatal para su gestión. Eso es en esencia el PERTE Chip: potenciar el diseño y la industria de microelectrónica, semiconductores y demás.
Usted trabaja precisamente en la SEMyS como director de operaciones. ¿Qué objetivos tiene esta sociedad estatal?
Es una sociedad mercantil estatal, adscrita al grupo SEPIDES. Sus estatutos están colgados en su página web, hay total transparencia. Tiene un administrador único y somos una serie de personas que prestamos nuestro servicio con diversos cometidos.
Esta sociedad va a funcionar para gestionar los fondos con un esquema único dentro de los PERTE: el eje principal es participar en el accionariado de las empresas a las que vamos a ayudar, conceder préstamos, también préstamos participativos o una combinación de las tres fórmulas anteriores.
Somos un PERTE transversal que implica a varios ministerios como el de Industria, la Ciencia a Innovación y al propio ministerio del que dependemos, de Transformación Digital y Función Pública. A través de ellos se podrán conceder subvenciones y también apoyamos los proyectos importantes de interés común europeos (IPCEI). Concretamente, propiciamos con capital de SEMyS las ayudas a la participación española en este tipo de proyectos.
Ese presupuesto de 12.250 millones, ¿para qué periodo de tiempo?
Son cinco años, desde 2022 hasta 2027. Pero esto va a generar recurrencia porque el préstamo que concedemos a un proyecto lo vamos a recuperar en cuatro o cinco años, así que con ese dinero se generarán otros préstamos. O sea, que realmente tiene un horizonte temporal muy largo, no es que en 2027 vaya a acabar.
Teniendo este contexto, y volviendo a su presentación, ¿cuáles serían, entonces, el presente y futuro del PERTE Chip?
Hasta ahora se ha hecho un trabajo de campo intenso: para mí, venir a este encuentro forma parte de ese trabajo de campo para saber qué es lo que hay. Hacer una estrategia es como hacer un cesto, tengo que conocer los mimbres que tengo para saber qué cesto puedo hacer. Durante este tiempo, hemos estado conociendo qué es lo que había a lo largo y ancho de todo el territorio nacional y creo que ya conocemos mucho, hemos visitado muchísimos centros. Por ejemplo, ayer visité [la empresa spin-off de la Universidad de La Laguna] Wooptix porque es muy importante ver y tocar. Hoy estamos entrando en contacto con esta comunidad académica de RISC-V. Así que, probablemente no conocemos el 100% de lo que hay, pero sí un alto porcentaje del quién es quién.
Ahora podemos establecer ejes o líneas estratégicas sobre las que reforzar. A partir de este año, tenemos identificados el tema de [la arquitectura de chips] RISC-V, sobre la cual se está hablando mucho y a nivel nacional tenemos grandes capacidades para hacer proyectos de altura. La fotónica es otro de estos ejes en los que, sin duda, podemos trabajar. No olvidemos el sector de los grandes usuarios y grades demandantes de chips en este país: somos el segundo estado fabricante de automóviles de la Unión Europea, un sector que va a demandar muchísimos chips. Estos ejes los tenemos perfectamente identificados.
Aparte, me gustaría comentar lo que yo llamo proyectos singulares. El lunes [29 de enero] el ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, informaba del acuerdo al que se ha llegado con el Centro Interuniversitario de Microelectrónica (IMEC, por sus siglas en inglés), que es el principal instituto mundial de investigación en la industria de semiconductores y microelectrónica, de implantar su segunda sede en Málaga. Esto es una notica que habrá visto en los periódicos y que tiene una trascendencia muy grande. IMEC tenía un centro en Lovaina y el segundo que se abre a nivel mundial va ser el de Málaga.
Este centro, que yo creo que va a tener un calendario de ejecución muy razonable, puede ser un escaparate para máquinas como las que hace Wooptix, por ejemplo, para que el resto de la comunidad no solo europea, sino de Japón o Estados Unidos, pueda ver las últimas tecnologías en semiconductores.
Este es un proyecto singular importante, otro es el de Broadcom, compañía de semiconductores que anunció ya hace unos meses, si se confirma, que va a implantar en el territorio nacional una planta de sustratos para los chips, aunque no ha concretado exactamente dónde. Esto va a generar muchos empleos y mucha inversión. Y hay más proyectos de este tipo, de gran envergadura, con gran generación de empleo y muy tractores para todo el ecosistema de semiconductores de España.
Y ahora que he dicho la palabra “ecosistema”, probablemente en España tenemos una gran fortaleza, que es la que vendemos a muchas de las multinacionales que vienen aquí: la red de tren de alta velocidad (AVE). Tal vez en Canarias esto sea un poco más complicado que llegue, pero en la Península tenemos la red de alta velocidad más importante y mejor conseguida de toda Europa, y eso hace que en nuestro ecosistema las distancias prácticamente no existan: Madrid-Sevilla, Madrid-Málaga… todos son trayectos que se hacen en poco tiempo y cuando les contamos esto, realmente les impacta. Generar ecosistemas es muy importante para desarrollar proyectos en cadena.
El caso de Canarias tiene un gran atractivo per se, y cuando llega una multinacional sabe perfectamente que Canarias existe. No sé si ser por el clima o por las universidades, pero ahí estáis.
Ya que la ha nombrado un par de veces, quería preguntarle por Wootpix, la spin-off de la Universidad de La Laguna. En su día Jaime Martorell la calificó como “estratégica” cuando la pudo visitar.
Sin duda. El comisionado especial para el PERTE de Microelectrónica y Semiconductores Jaime Martorell me había hablado del proyecto, tenía pendiente venir a verlo y, por supuesto, ha cubierto mis expectativas con creces. Había estudiado el proyecto y lo que hace, y realmente es algo sorprendente. Ojalá hubiese no solamente aquí, en La Laguna, sino en España, más empresas como esta. Wooptix puede ser tractora de otro tipo de industria y de atracción de otras empresas. Me ha parecido realmente singular y para apostar por ella.
El panorama mundial de los semiconductores parece dominado por Asia y Estados Unidos, aunque Europa parece que se está reaccionado y en septiembre de 2023 aprobó una ley específica sobre semiconductores. ¿Cómo se sitúa Europa en este contexto?
Yo creo que Europa puede jugar sus bazas. Y bazas muy potentes. Tenemos países tradicionalmente muy potentes como Alemania, Francia, España e Italia, con conocimiento y talento. La Chips Act europea pone una cantidad de dinero importante encima de la mesa y, sin duda, el dinero ayuda mucho a todo lo demás. Existe en el contexto de la UE el Chips Joint Undertaking (Chips JU), que es donde se están articulando toda una serie de iniciativas y proyectos. También está el comité ejecutivo de la industria de semiconductores, al cual pertenece Jaime Martorell como miembro de pleno derecho, con lo cual nos enteramos de primera mano de todo lo que ocurre y de las estrategias a establecer por la Unión Europea.
Y a pesar de que a veces entre y EEUU y China parece que no hay espacio para Europa, creo que tenemos grades ecosistemas como el de Desde en Alemania, que es donde están todas las empresas importantes allí. Tenemos institutos de investigación como el Fraunhofer alemán o el LETI francés. Y ahora España, con la instalación del IMEC en Málaga, también está en el tablero de la vanguardia, sin ningún género de dudas.
De momento Bruselas está articulando unos proyectos que llama los Pilot Lines, y nosotros estamos muy decididos a participar ahí y, previsiblemente, este año incluso vamos a liderar una de estas líneas en fotónica. No sé si esto es muy pretencioso publicarlo, pero lo estamos peleando.
En esta carrera tecnológica que parece estar dominada por grandes firmas tecnológicas, ¿las universidades e instituciones de investigación públicas qué papel pueden tener?
Pues un papel decisivo, no olvidemos que el talento se forma en primer lugar en la universidad. Luego ya salen los egresados y egresadas y algunos optan por un master y un doctorado en la propia universidad. Hay una figura clave que es la del doctorado industrial, hoy lo hemos tratado en la jornada y ha sido muy interesante. Consiste en que el doctorado se puede hacer en una empresa y quien da el título habilitante es una universidad, así que es un maridaje importante entre ambos mundos. El caso de La Laguna es claro, el CEO de Wooptix, José Manuel Rodríguez, tiene ahora mismo en marcha algún doctorado bajo el paraguas de la Universidad de La Laguna. Creo que eso es un esquema ideal, que el rol de la universidad es fundamental
En su dilatada carrera ha trabajado para varios ministerios, la propia Comisión Europea y empresas tecnológicas, centrándose en diversas materias, desde blockchain hasta Cloud Edge Computing y sistemas de telecomunicaciones en general. Con toda esa experiencia, ¿cree que España está llevando su transición digital adecuadamente?
Yo creo que estamos bastante bien posicionados. Primero, porque tenemos una red de universidades importante y todas me atrevería a decir que poseen formación muy específica de titulaciones inherentes a la transformación digital: grados en Ingeniería, en Automática, en Industrial, en Electrónica, en Telecomunicaciones… aparte de las ya tradicionales en Matemáticas, Física e Informática. Tenemos un tejido formativo muy importante y bastante cohesionado.
El PERTE Chip, con el rol que van a jugar los 12.250 millones de euros, es importante porque con dinero se dinamizan mucho las cosas. Entre todos lo vamos a gestionar y estamos haciendo un esfuerzo desde la oficina de SEMyS para conocer quién es quién en este escenario.
Luego hemos detectado un condicionante país: hay ingenieros e ingenieras españoles trabajando en otros países que quieren regresar. Algo tendremos cuando alguien que lleva diez o quince años trabajando en Holanda o California quiere regresar. Ese otro componente de España como país con calidad de vida es importante. Por lo cual, hay una serie de factores que nos hacen albergar el futuro con bastante esperanza.
Y luego está la imaginación latina, con empresas como Wooptix, que ya hemos mencionado varias veces. ¿Por qué surge esto en la Universidad de La Laguna? Porque existe ese rol de entrega de una persona que impulsa un proyecto. Ayer me contaba José Manuel Rodríguez su historia personal y su apuesta por este proyecto y te das cuenta de que ese tipo de personas es clave que aparezca en los proyectos. Cuantas más personas de ese perfil, pues mejor.
Gabinete de Comunicación