El programa de Estudios Universitarios para Personas Adultas y Mayores de la Universidad de La Laguna ha cumplido sus primeros 25 años de historia y lo ha celebrado con una ceremonia desarrollada hoy, jueves 5 de diciembre, en el Paraninfo, presidida por el rector, Francisco García. “Este programa nos une como institución y hace que nos sintamos como nosotros mismos en un momento en que, como universidad, necesitamos cohesionarnos”.
Este programa formativo fue implementado en el curso 1999-2000 con el objetivo de fomentar la participación de las personas mayores en la formación universitaria, proporcionando herramientas y espacios que impulsen su calidad de vida y desarrollo personal. Promueve el aprendizaje a lo largo de la vida y fortalece las relaciones interpersonales, contribuyendo así al bienestar integral. Está dirigido en la actualidad por Inmaculada Fernández, sucesora del fundador del programa, José Arnay, quien fue homenajeado durante el acto. La ceremonia también contó con una conferencia a cargo del profesor Roberto Souto y una actuación musical a cargo de José Luis Vera Batista, acompañado al piano por Javier Jonás.
Durante la inauguración, el rector enfatizó la idea de que este programa demuestra que la universidad está abierta para todos los colectivos y valoriza la idea de “formación a lo largo de la vida”, gracias a la cual la tradicional división de la existencia humana en tres edades es cada vez más difusa. “Cuando hablamos de valores universitarios, pensamos en alumnado como ustedes: esa idea del “Sapere Aude” de Kant, de la búsqueda de la libertad de pensamiento que defendía José Luis Sampedro, que va más allá de la libertad de expresión”. Recordó que él mismo tuvo la oportunidad de dar clases de Economía en ese programa: “Ha sido el mejor alumnado que he tenido nunca, apasionado, con muchas preguntas y ganas de debatir”.
Como ejemplo de esa cohesione a la que se refirió, el rector señaló la presencia entre el público de Nélida Rancel, Emilia Carmona y Juan Albino Méndez, quienes en el pasado fueron vicerrectoras y vicerrector a cargo del área de Cultura y Extensión Universitaria, en el cual se integra el programa formativo homenajeado. Mencionó que todo aniversario es una oportunidad de echar la vista atrás pero también de proyectarse en el futuro y plantearle nuevos retos. Uno de ellos es no caer en “la deriva utilitarista de la sociedad” y “resistir ese intento de demolición que esta viviendo la universidad pública.
El viceconsejero de universidades e Investigación del Gobierno de Canarias, Ciro Gutiérrez señaló el que el programa de Estudios Universitarios para Personas Adultas y Mayores es un hito en la historia de la educación de Canarias que ha demostrado que en el aprendizaje no hay límites de edad. Explicó que el ejecutivo autonómico está comprometido con iniciativas como esta, “que favorecen la creación de una sociedad abierta y justa en la que todas las personas encuentren oportunidades para crecer y contribuir al bien común” a través de una propuesta educativa “inclusiva y transformadora”.
La vicerrectora de Cultura y Extension Universitaria, Isabel León, reflexionó que el programa agasajado supone una apuesta por “lo humano y lo humanístico” en un mundo marcado por la inmediatez, la soledad y lo deshumanizador. “Queremos ser una universidad de excelencia con alma, ofreciendo a las personas adultas un espacio para la interacción, el reciclaje, la exploración de sus capacidades y el enriquecimiento de su mundo interior”. También planteó retos de este programa para el futuro: fortalecer los lazos intergeneracionales propiciando espacios de confluencia entre estudiantes de diferentes edades; y afianzar la participación del alumnado del programa en la vida universitaria para integrarlo en la comunidad.
Por su parte, la directora insular de Acción Social del Cabildo de Tenerife, Yolanda Baumgartner, alabó la iniciativa del programa para personas mayores de la Universidad de La Laguna y destacó la colaboración constante entre la corporación insular y la institución académica. Recordó asimismo la reciente puesta en marcha del Plan de Mayores de Tenerife, resultado de un proceso de participación con más de 1.600 personas a lo largo de 130 encuentros por toda la isla.
Homenaje a José Arnay
Quien fuera director del entonces llamado Programa para Mayores desde su creación durante 23 años hasta su reciente jubilación, subió al escenario para recoger una lámina de la universidad a modo de trofeo por su dedicación al proyecto. Visiblemente emocionado, se dirigió al público para recordar cuatro momentos que resumen su trayectoria a cargo de esta iniciativa docente.
El primero fue una reunión en 1997 en el Vicerrectorado de Extensión Universitaria, en la cual el entonces vicerrector, Eduardo Camacho, pidió un voluntario para explorar la idea de crear una propuesta formativa para personas mayores y presentar un proyecto. Arnay levanto la mano y así comenzó su vinculación con el programa. El segundo momento fue el primer día de clase, en octubre de 1999, con una precaria aula en la Torre Profesor Agustín Arévalo y un voluntarioso grupo de alumnado de entre 60 y 80 años.
El tercer hito fue la celebración en 2013 de la reunión nacional de programas para mayores en Puerto de la Cruz, con la Universidad de La Laguna como anfitriona, y en la cual Arnay logró forzar la creación de la comisión promotora de una asociación estatal que diera cobertura legal a estas iniciativas docentes. Y el cuarto momento ha sido la propia ceremonia de hoy, que es la culminación de un trabajo que le ha enseñado que “los proyectos educativos se desarrollan haciéndolos día a día”.
Arnay quiso terminar con tres pinceladas sobre los Estudios para Personas Adultas y Mayores: salvo el parón de la Covid-19, ha tenido actividad ininterrumpida pese a las dificultades. Siempre fue una propuesta académica seria y rigurosa: “ nunca ha sido un entretenimiento ni un divertimento. Y la tercera, que estos 25 años de trayectoria ha sido un proyecto pionero en la lucha contra el edadismo.
La conferencia invitada, a cargo de Roberto Souto, fue una reivindicación de aquellos conocimientos que a veces son considerados banales desde una perspectiva utilitarista, pero que engloban mucho de lo que hace humanas a las personas y que se desarrollan sin otro fin que el propio estudio o, como se suele decir, “por amor al arte”, que era precisamente el título de la ponencia. Con citas a John Adams, Sergio del Molino, José Mujica y Nuccio Ordine, el ponente defendió este tipo de formación que, lejos de ser fútil, define a las personas.
“Este es un programa especial porque, a diferencia de los grados y posgrados ordinarios, está libre de esa carga, presión y exigencia que caracteriza a la formación reglada. Es el paradigma de un programa que supera cualquier perspectiva utilitarista, se cursa por amor al arte, que es la manera más genuina para aprender”. Por ello, en su opinión de cierre, “aunque estos programas no se consideran en los ránquines que califican a las universidades, sin duda son un sello de calidad”.