La Universidad de La Laguna ha registrado la huella de carbono generada por su actividad durante el año 2022 en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España. Esta acción ha sido desarrollada por el Vicerrectorado de Sostenibilidad e Infraestructuras junto a su Oficina Técnica y marca un antes y un después en la gestión ambiental del centro académico, integrando este relevante indicador ambiental. Supone, además, una muestra más del compromiso institucional con la sostenibilidad
El registro de la huella de carbono es un paso fundamental para conocer y cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las actividades de la Universidad de La Laguna. Este conocimiento detallado permitirá al centro diseñar e implementar estrategias más eficaces para reducir su impacto ambiental y avanzar hacia un modelo más sostenible. El registro realizado incluye actividades de docencia e investigación desarrolladas en las facultades, escuelas e institutos, así como los edificios de uso residencial como los colegios mayores.
La huella total calculada es de 3.209 toneladas de CO2 equivalente. Más concretamente, se ha registrado el cálculo del alcance 1, que computa las emisiones directas, y el 2, referido a las emisiones indirectas por la energía comprada.
El alcance 3, que abarca otras emisiones indirectas, todavía no se puede registrar dada la complejidad de su cálculo al tener en cuenta mucha más variables. De hecho, todavía no hay ninguna universidad española que lo haya medido y, en ese sentido, en la próxima reunión de la sectorial de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) sobre Sostenibilidad se comenzará a aunar una metodología para su posible cálculo.
En 2022 la CRUE realizó un informe sobre el consumo de agua energía de las universidades españoles entre 2013 y 2022, en la que participaron 29 centros. La huella de la Universidad de La Laguna está muy por debajo de otras instituciones académicas españolas de similar tamaño, probablemente a causa de que el uso diario de aire acondicionado y calefacción es mucho menor. Aun así, desde el vicerrectorado se señala que no hay que centrarse tanto en la comparación con otros centros, pues este sello es un indicador ambiental propio, en el que la institución debe apreciar sus mejoras y marcar sus objetivos particulares.
Próximos pasos
El Vicerrectorado de Sostenibilidad e Infraestructuras y la Oficina Técnica tienen previsto seguir trabajando en la reducción de la huella de carbono institucional de este curso, para lo que iniciará una campaña interna con consejos para su comunidad sobre cómo actuar para contribuir a la reducción de las emisiones de carbono.
En cuanto al cálculo de la huella de 2023, aún no se ha realizado porque los valores de los factores de emisión que deben tenerse en cuenta han sido publicados por el ministerio muy recientemente, por lo que es una acción que va a acometerse en los próximos meses. Es previsible que sea inferior a esta de 2022, ya que en ese tiempo la institución ha introducido mejoras la integración de paneles solares en seis edificios, así como dos bombas de calor que reducen el consumo energético.
Es por ello que este primer sello de 2022 solamente se refiere al parámetro “Cálculo”, que destaca el hecho de que la institución efectivamente ha realizado las operaciones necesarias para parametrizar su huella de carbono. En el sello de 2023 ya será posible establecer una comparación con el año anterior y, por tanto, optar también a la mención “Reduzco”.