Aunque la primera universidad en La Laguna fue formalmente constituida mediante un decreto de Carlos IV el 11 de marzo de 1792, la institución vivió un periodo azaroso de aperturas y cierres hasta inicios del siglo XX. No sería hasta que en 1913, con la creación de una Sección Universitaria dependiente de la Universidad de Sevilla en la que se impartirían los cursos de la Licenciatura en Derecho, y la del curso Preparatorio de Medicina y Farmacia, cuando la institución alcanzaría cierta estabilidad. Un libro presentado hoy, martes 19 de mayo, repasa pormenorizadamente este periodo, considerado el germen de la moderna Universidad de La Laguna.
La obra “Profesores y alumnos en la restablecida Universidad de San Fernando de La Laguna (1913-1927)” ha sido escrita por los catedráticos ya jubilados de Química Orgánica Alfredo Mederos y Pedro Gili, y ha sido editada por el Servicio de Publicaciones del centro académico, con el apoyo financiero de la Fundación CajaCanarias. En estos momentos se están ultimando los trabajos de impresión con la idea de que pueda estar disponible para el público a principios del mes de julio.
El acto fue presidido por el rector en funciones Eduardo Doménech, y contó con la presencia de los autores del libro, y dos de los prologuistas del volumen: el ex-rector de la ULL José Carlos Alberto, que se ha encargado de redactar la introducción referida a los estudios de ciencias, y el catedrático de Derecho del Trabajo recientemente jubilado Manuel Álvarez de la Rosa, a cargo de las palabras introductorias sobre los estudios legales. Además, el la presentación del volumen contó con la presencia entre el público del rector recientemente electo, Antonio Martinón, y del ex-rector Ángel Gutiérrez.
Eduardo Doménech, quien también participa con un texto de presentación en el volumen, destacó que la obra ponga énfasis en las quienes protagonizaron el periodo estudiado (1913-1927): “Siempre he creído que en una institución como la nuestra, por encima de las infraestructuras, los laboratorios o los fundamentos teóricos, están las personas”. También destacó que el libro ayuda a difundir la importancia social que ha tenido la ULL en la historia reciente de Canarias, dados los importantes personajes que pasaron por sus aulas a principios de siglo como profesorado o estudiantes.
José Carlos Alberto bromeó con los autores de este título, llamándolos “el dúo dinámico” y refiriéndose específicamente a la canción “Resistiré”, ya que la producción y edición del libro ha sido un trabajo complejo y no exento de dificultades. Reincidió en la idea del valor de las personas: “Los rectores podemos dejar nuestra impronta, pero sin la comunidad universitaria no podríamos hacer absolutamente nada”. También recordó que la institución debe defender siempre unos valores y principios éticos que deben permear, incluso, en la actividad docente e investigadora, algo que también refleja la obra.
Manuel Álvarez se refirió al concepto institución que tanto se nombró durante el acto, explicando su doble sentido: el de permanencia y el de memoria. El primero queda reflejado en la presencia de rectores y ex-rectores, un indicador de que la institución permanece pese a esos cambios temporales. En cuanto a la memoria, señaló que ésta debe integrarse en la propia estructura de la institución, para nunca perder de vista la propia identidad. Valoró la calidad de la obra, poniendo especial énfasis en sus notas a pie de página, “un compendio de biografías capsuladas que constituyen en sí mismas otra obra”.
Tras el acto protocolario de presentación, uno de los coautores, Alfredo Mederos, ofreció una extensa conferencia en la que repasó los puntos fundamentales de la obra. Así, detalló los antecedentes históricos de la presencia universitaria en La Laguna desde 1792 hasta el cierre de 1845 y, a continuación, repasó año por año los principales personajes que pasaron por los diferentes cursos del periodo que analiza el libro hasta 1927.
De este modo, el autor extrajo cuatro conclusiones principales de su obra. La primera, que en los periodos de los gobiernos liberales la ULL permaneció abierta con épocas de mayor continuidad que en los periodos más conservadores.
En segundo lugar, que hasta 1910 las autoridades nacionales no habían permitido la presencia de mujeres en los estudios superiores sin autorización previa y que, en ese sentido, la sección abierta en La Laguna fue una pionera, puesto que desde 1910 ya tenía alguna alumna y, desde 1922, una profesora, (María Sánchez).
En tercer lugar, Mederos destacó que la gran mayoría de personas relevantes de Canarias durante la primera mitad del siglo XX pasaron por la ULL, lo que indica la gran importancia que ha tenido el centro en la historia de la región.
Y, por último, enfatizó que la institución fue un foco de reunión de personas de todas las islas que convivían y difundían todas las ideas del archipiélago, lo que sin duda ayudó a configurar un sentido más estrecho de pertenencia a la comunidad.
