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Casani apuesta por adoptar herramientas de «la ciencia de la gestión» para abordar la convergencia europea

jueves 11 de mayo de 2006 - 00:00 GMT+0000

Fernando Casani, gerente de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ofreció una ponencia en la que explicó qué cambios deberían acometer los servicios universitarios para adaptarse al proceso de convergencia europea. Durante su ponencia empleó un lenguaje cercano al mundo empresarial que el propio ponente reconoció que podía resultar ajeno al mundo universitario. Explicó que lo hacía para transmitir la necesidad de que la academia adopte las herramientas de «la ciencia de la gestión» para administrarse.

Casani abrió el encuentro de los Servicios de Información y Orientación universitarios que se celebra en la ULL hasta mañana, 12 de mayo de 2006. Esta cita se celebra anualmente en un centro académico diferente, y reúne a los responsables de este tipo de servicios de todas las instituciones nacionales para debatir sobre fórmulas para mejorar su labor. La cita de La Laguna se centrará en las adaptaciones que serán necesarias para afrontar la transición al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).

El encuentro fue inaugurado por el rector de la ULL, ángel Gutiérrez Navarro; el gerente de la ULL, Francisco Calero, el Vicerrector de Alumnado de la ULL, Roberto Rodríguez Guerra, y el Jefe de Servicio de Alumnado y Servicios Generales de la ULL, Fermín Izquierdo. El rector valoró la labor del personal de administración y servicios (PAS) en general, y de los Servicios de Información y Orientación (SIO) en particular, señalando que han pasado «de ser conocidos a ser necesarios».

Casani afirmó ser consciente de que utilizar términos como «marketing», «usuarios» o «mercado» para referirse a las universidades resulta chocante para algunos, pero ello no se debe interpretar como una apuesta por mercantilizar la academia. Según explicó, el mundo de la empresa ha utilizado con éxito por lo que denominó «la ciencia de la gestión», pero ello no quiere decir sea exclusiva para el mundo empresarial. Recordó que las ONG, organizaciones no lucrativas, también la emplean, por lo que no ve razones para evitarlas en la universidad.

En este sentido, señaló que los centros privados han apostado fuertemente por oficinas de comunicación y campañas de marketing: «Como ellas no pueden competir con las públicas en calidad docente e investigación, compiten en imagen y servicios, presumiendo que su campus están limpios o que matriculan a sus alumnos en dos horas. Sería triste que las universidades públicas perdiéramos alumnos por no cuidar estas cuestiones».

Casani resumió en una idea el objetivo que debería perseguir los servicios universitarios: mejorar la calidad de vida del estudiante. Esto quiere decir que se debe mejorar la eficiencia de todos los servicios, invertir en tecnologías de la información y comunicación y en formación para especializar al personal de administración y servicios. «Se deba pasar de la cultura del organismo público que trata a todos por igual y resuelve sus comunicaciones en tablones de anuncios que generan colas, a la cultura de corporación que cuida a sus usuarios de manera casi individualizada».

En este contexto, los servicios universitarios, además de orientar al alumnado, deberían ser asesores de la dirección de la institución para la formulación e implantación de estrategias. Casani también consideró que el PAS encargado de estas áreas debería estar especializado en tratamiento de la información, marketing y otras áreas de la comunicación.

El experto reconoció que esa especialización es compleja, pues a su juicio el peso de los sindicatos en las universidades públicas es muy fuerte y no permite una selección de personal tan estricta. También recordó que para lograr esta calidad del servicio el profesorado y el PAS deberían colaborar estrechamente, «y eso es hoy por hoy muy difícil porque son colectivos que sienten suspicacias mutuas y se dan la espalda».

Casani consideró que el nuevo marco universitario europeo obligará a las instituciones a trabajar en términos de especialización, objetivos y resultados, por lo que la elaboración de planes estratégicos será imprescindible. Recalcó que para que éstos funcionen, deben recoger las opiniones de todos los agentes involucrados en la institución.

El gerente de la UAM reconoció que el modelo universitario que defiende la convergencia europea es economicista, ya que se basa en el modelo universitario anglosajón, y recordó que ya hay movimientos críticos contra él que hace unos meses eran impensables. «Hace unos años, el término ‘proceso de Bolonia’, como se conoce también a la convergencia europea, tenía connotaciones positivas. Pero ya hay pintadas en todas las universidades españolas con consignas como ‘Bolonia no’. Creo que a partir del próximo curso los estudiantes se manifestarán por ello. Es un debate que está ahí».


Archivado en: Docencia, ULL