Las relaciones entre Europa y áfrica han estado presididas en los últimos cinco siglos por la dominación, y cuando por fin se pasa a otro estadio, en teoría más equilibrado, se implanta un modelo de desarrollo occidental, que en nada concuerda con el continente africano. Así, las democracias, los derechos humanos, la emigración o el avance del sida no han hecho sino retroceder en los últimos años, en lo que el profesor Mbuji Kabunda llama «un continente moribundo».
Kabunda, profesor de la Universidad de Basilea (Suiza) y de la Autónoma de Madrid, ofreció hoy martes 25 de mayo una rueda de prensa en el Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Relaciones Internacionales, en la que resumió los principales contenidos de la charla que abordará hoy a las 18 horas en el salón de actos de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.
El politólogo afirmó que de los 32 conflictos que hay en el mundo, 20 se desarrollan en áfrica. Aseguró que atribuir esta situación a las luchas étnicas, propias de sociedades poco desarrolladas y violentas de por sí, es un error mayúsculo. «La principal causa de los conflictos tiene que ver con la economía, y, concretamente, con la nueva economía de guerra, basada en el control de los territorios y de sus principales recursos». Después de la Guerra Fría y de que la polarización entre el este y el oeste desapareciera, áfrica perdió su importancia geoestratégica, «así que las guerrillas vienen muy bien ahora».
Otro de los grandes problemas del continente es el sida, enfermedad que ha matado ya a doce millones y medio de personas y que padecen otros 25 millones. Esta pandemia afecta principalmente en las edades de producción y reproducción, lo que sin duda influirá negativamente en el proceso de desarrollo de todos estos países. Criticó en este punto la actitud de las industrias farmacéuticas, que han hecho que la enfermedad sea una cuestión crónica en las sociedades desarrolladas y se pueda convivir con ella, mientras que en áfrica se trate de una de las principales causas de mortandad.
En cuanto a la inmigración, el profesor congoleño tildó a Europa de carecer de una política clara, ya que en cada país las reacciones a este fenómeno son distintas, de acuerdo con sus propios intereses. «La emigración es un derecho humano, inherente a la historia de la humanidad, y que debe recibir una solución también humana, y no policial o administrativa», dijo.
Los flujos migratorios, explicó, nacen de las desigualdades entre el norte, al que calificó de paraíso terrenal, y el sur, una áfrica empobrecida. «Mientras no se resuelvan estas desigualdades, este fenómeno no desaparecerá. La solución tiene que ser estructural y ha de favorecer el codesarrollo, convirtiendo a los emigrantes en agentes privados del desarrollo», aseveró.
Deuda externa
El profesor se mostró muy duro con los estados africanos y sus gobiernos, y afirmó que en la actualidad existe una ruptura entre la soberanía ejercida por estados ilegítimos en cuanto a que no son democráticos, y los pueblos.
Kabunda añadió que la deuda externa es ilegítima, ilegal e inmoral y, por tanto, no se debe pagar. «Es ilegítima e inmoral porque se entrega un monto a un estado africano pero luego se consigna una cantidad mayor, que va a parar directamente a los bolsillos de las instituciones que establecen el acuerdo». Es ilegal y dolosa, matizó, porque gran parte de esta deuda se debe a la compra venta de armas. «La única parte que sí debería pagarse es aquella que se ha contraído cuando ha habido una contrapartida». En cualquier caso, sentenció, «con la deuda debería hacerse borrón y cuenta nueva».
