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Sánchez Robayna disiente de Senabre sobre la pureza del surrealismo de García Cabrera

jueves 13 de octubre de 2005 - 00:00 GMT+0000

El poeta y catedrático de Literatura de la Universidad de La Laguna Andrés Sánchez Robayna, ofreció en su intervención de ayer 12 de octubre en el congreso dedicado a Pedro García Cabrera que se celebra esta semana en La Gomera un repaso por la obra del escritor a través de cinco de sus poemas. Al llegar al titulado Habla un albornoz a rayas, inserto en el libro Dársena con despertadores (1936), Robayna afirmó «estar muy en desacuerdo» con el juicio hecho en una sesión anterior por el estudioso Francisco Senabre, quien había dudado de la pureza surrealista de ese libro.

Senabre afirmó el pasado martes 11 de octubre que Dársena con despertadores representó una «tentación surrealista» del poeta, pero que en sus versos no había la pretendida «irracionalidad» propia de este movimiento. Por el contrario, Sánchez Robayna recordó que cuando el propio García Cabrera habló sobre la composición de esta obra, mencionó «cierto automatismo psíquico». Robayna afirmó no conocer un ejemplo similar de empleo de técnicas de esta vanguardia en otro autor español, y aprovechó para reivindicar el valor del poeta «dentro del surrealismo en lengua española».

Fuera de esta polémica entre expertos, la comunicación de Sánchez Robayna ofrecía cinco poemas que, a su juicio, representan cotas de la obra del poeta y pueden servir como muestrario de la excelencia a la que llegó el autor. En opinión del ponente, la obra de García Cabrera está necesitada de «una mirada crítica de conjunto que la ponga en valor dentro de la poesía española».

La selección la realizó originalmente para una antología de poesía canaria publicado en 1983, aunque en aquella ocasión tenía un poema más que al correr el tiempo decidió retirar. «Antologizar es algo subjetivo, pero escoger ha de ser resultado de un proceso crítico», señaló para explicar este cambio de parecer.

Los otros cuatro poemas seleccionados fueron un fragmento de Transparencias fugadas, obra que consideró lo mejor de su autor antes de la Guerra Civil; La cita abierta; A la mar fui por mis amigos ahogados e Isla de Lobos.

Compromiso político y social

Antes que Sánchez Robayna participaron Ernesto Gil, que disertó sobre los derechos humanos en la obra de García Cabrera, y Sabas Martín, que relató la actividad del poeta dante los convulsos año 70.

Gil repasa la obra del escritor de origen gomero en pos de aquellos versos que delatan el compromiso con causas humanitarias. Así, ya en el poema de los años 30 Con la mano en la sangre, García Cabrera se refería a la tragedia de la Primera Guerra Mundial, y profetizaba la posibilidad de una contienda civil española en la que dispararían «cañones bendecidos por obispos».

En obras posteriores al 36,las circunstancias personales del poeta, deportado y preso, propician una obra que denuncia las vejaciones a la que son sometidos los reos, y que él vivió en carne propia.

Ya en los años 50, el autor vuelve a la carga, esta vez con un mayor sentido social. Así, en 1951 dedica un poema a un albañil fallecido por falta de seguridad en el trabajo, y en el poemario de 1959 La esperanza me mantiene, proclama la necesaria búsqueda de la paz, por muy absurda que pueda parecer.

Sabas Martín, por su parte, recuerda que a mediados de los 60, mientras el panorama artístico estaba inmerso en la lucha contra el régimen franquista, García Cabrera desconcertó con libros aparentemente ajenos a esta cuestión, como Vuelta a la isla. Sin embargo, en 1970 aparece Hora punta del hombre, seguida por otros libros comprometidos con causas sociales, como Elegías muertas de hambre.

Para Martín, García Cabrera sufrió cierto ostracismo en los 70, ya que el boom de la nueva literatura canaria se orientó más hacia la narrativa que a la poesía. No sería hasta llegados los 80 cuando se reivindicaría de nuevo la figura de un poeta cuya obra, para el ponente, no es una mera expresión, sino «una actitud del espíritu».


Archivado en: Cultura, ULL