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Pedro Álvarez aboga en la ULL por una tutoría que ayude a cada estudiante a construir su proyecto personal

martes 02 de julio de 2013 - 14:01 GMT+0000

Para el profesor del departamento en Didáctica e Investigación Educativa de la Universidad de La Laguna Pedro Álvarez Pérez, la actividad de la orientación y tutoría en la educación superior debe ser un proceso constante a lo largo de los años de titulación, durante el cual el profesorado encargado de desarrollarlo no debe centrarse únicamente en objetivos académicos, sino ayudar a su alumnado a construir su propio proyecto profesional y personal. “El tutor no es sólo un rol directivo, sino un ‘amigo crítico’ que abre caminos”, explica.

Álvarez fue el ponente inaugural de las II Jornadas de Acción Tutorial que comenzaron hoy, martes 2 de julio en el Aula Magna del edificio de Económicas y Empresariales de la ULL, y se prolongarán hasta mañana. Durante este encuentro organizado por el Vicerrectorado de Calidad Institucional e Innovación Educativa, docentes a cargo de los Planes de Orientación y Acción Tutorial (POAT) de los centros de la institución presentarán sus experiencias sobre el diseño, implantación, seguimiento y perspectivas de futuro de estos planes.

En la inauguración estuvieron presentes el rector, Eduardo Doménech; el vicerrector organizador, Hipólito Marrero; y la directora de secretariado de Innovación Educativa, Inés Ruiz. El rector alabó el dinamismo de la entidad organizadora, ya que promueve acciones que fomentan “la cultura de la excelencia”. También destacó la importancia de los POAT: “La tutoría ha dejado de ser una mera cita para resolver dudas. Ahora tenemos la capacidad de convertirnos en auténticos mentores de nuestro estudiantado”.

El vicerrector considera que las jornadas ratifican el esfuerzo realizado para incorporar la acción tutorial, hasta el punto de que la ULL es una pionera en el ámbito nacional por su ambicioso POAT, que desde 2012 cuenta con un reglamento que lo organiza. Reconoció que aún hay cierta oposición interna hacia este nuevo modelo de tutoría, pero “las tasas de abandono demuestran que es necesario”.

Por su parte, la directora de secretariado recordó que los últimos seis años la institución académica ha experimentado cambios muy intensos “que no han sido fáciles y se han tenido que ir asumiendo poco a poco entre todos, sin manual de instrucciones”. Para ella, el encuentro servirá para reflexionar tanto sobre lo que se ha hecho mal como sobre lo que se ha realizado correctamente: “Hay que compartir impresiones y expectativas para poder mejorar y avanzar”.

Acción tutorial

Tras la inauguración, Pedro Álvarez Pérez desarrolló su disertación "El POAT y la construcción del proyecto formativo y profesional del alumnado universitario", en la que se quiso poner en valor la tutoría como un elemento formativo más, especialmente tras los cambios introducidos por el Espacio Europeo de Educación Superior, que ha variado “el cómo, qué y para qué enseñar”, así como el perfil del alumnado universitario, que pasa de ser pasivo y receptor para convertirse en el motor activo de su propio proyecto personal.

El ponente reflexionó que una causa del fracaso escolar es que muchas veces el alumnado llega a la universidad sin la debida orientación: no sabe bien en dónde está y, lo que es peor, en muchas ocasiones ni siquiera tiene un objetivo claro de lo que quiere lograr académica y profesionalmente, lo cual deriva en una falta de motivación y compromiso. Por ello, la labor de la tutoría debería ser ayudarle a formular ese proyecto personal y facilitarle las herramientas y consejos para que sea protagonista de su propio proyecto y lo pueda culminar.

De este modo, la tutoría debe ser una herramienta para el cambio no sólo institucional, sino personal. Y debe ser un proyecto en construcción, en continua revisión a lo largo de toda la formación. La figura del profesorado es, por ello, fundamental, procurando no ser sólo instructor, sino educador o, como expone el investigador Salinas, poseyendo “un rol de guía y facilitador de recursos que orientan a los alumnos activos a que participen en su propio proceso de aprendizaje”.

El ponente explicó que la acción orientadora se platea en tres momentos claves: antes de entrar en la universidad;  en el momento de acceso y durante los estudios; y al final de la titulación. Es decir, que hay que iniciar al alumnado en esa búsqueda de proyecto personal incluso antes de su entrada a la institución académica. Por ello, el contacto con los orientadores de secundaria y la organización de actividades para esa fase deben ser mayores.

El experto citó que una herramienta fundamental para este proceso: el portafolio de carrera, en el cual el alumnado registrará qué actividades realiza, reflexiona sobre esas experiencias y su utilidad para lograr su proyecto. Álvarez incluso señaló que ese registro podría muy bien servir como base para el trabajo fin de grado que todos los estudiantes deben realizar.  

Como conclusiones, el ponente expuso que el modelo de tutoría propuesto articula el proceso educativo del EEES y tiene dos objetivos: implicar al alumnado en su propio aprendizaje e integrar el POAT en la enseñanza. También reubica la figura del profesor como educador que ayuda a construir el proyecto formativo y profesional.

 


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