El consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Joaquín Bethencourt, afirmó ayer 23 de septiembre que “la sinergia entre la agricultura y el turismo sigue siendo una asignatura pendiente, aunque el Cabildo la ha incorporado hace años a su estrategia de desarrollo económico con iniciativas como Tenerife Rural o Saborea Tenerife”. Bethencourt participó en el acto inaugural de un curso sobre paisajes agrarios de Tenerife y agroturismo, organizado por el Cabildo y la Universidad de La Laguna.
Esta actividad formativa, dirigida estudiantes de grado o máster de turismo, guías e informadores turísticos, técnicos y empresarios del sector interesados, se presenta como una apuesta por la valorización del conocimiento sociocultural asociado al sector primario, de manera que los operadores turísticos puedan incorporar la interpretación del paisaje rural de la Isla y su bagaje cultural a los nuevos productos turísticos. La idea es crear una sinergia entre dos actividades económicas primordiales en la Isla, como son el turismo y el sector primario.
Para el consejero insular, descubrir el mundo rural de Tenerife “puede ser una actividad muy enriquecedora no sólo para los turistas que quieren disfrutar de experiencias auténticas en nuestro destino sino también para los propios tinerfeños”.
Durante el curso, en el que participan medio centenar de personas, se abordarán aspectos como el agroturismo e itinerarios por la Isla; las rutas de Tenerife Rural; los sistemas agrarios; la etnografía y el patrimonio agrario del Norte y Sur de la Isla y de los Parques Rurales de Tenerife, con referencia a los principales cultivos que existen en cada zona, o la ganadería caprina y la raza autóctona del cochino negro, entre otras cuestiones. El último día del curso, sábado 28, los alumnos realizarán una ruta guiada por la Isla Baja para conocer sus paisajes de costa y medianía.
La vicerrectora de Relaciones Universidad y Sociedad, Nélida Rancel, presente en el acto de inauguración, recordó por su parte que la década de los 60 del pasado siglo supuso un hito fundamental en nuestra historia económica. "El sector turístico entró con fuerza en Canarias, transformando totalmente el panorama social", por lo que el foco de interés productivo se trasladó desde el sector primario hacia el terciario, el de los servicios relacionados con la atención a los cada vez más numerosos viajeros que empezamos a acoger en las islas.
"Pero no debemos olvidar que", prosiguió la vicerrectora, "hasta esa década, Canarias fue un territorio eminentemente rural, con una economía basada en la explotación de recursos agrícolas, ganaderos y pesqueros. Nuestros ciclos económicos han estado marcados por productos como el vino, el tomate, el plátano, todos ellos relacionados con lo rural".
Y es por ello que, desde su punto de vista, lo rural sigue siendo un elemento fundamental de la idiosincrasia de los canarios. "A pesar de que el peso de lo urbano y lo industrial ha aumentado considerablemente en el día a día de Canarias, muchos usos sociales y eventos culturales siguen vinculados al campo", sostuvo.
Rancel destacó que el mundo rural puede ser, nuevamente, un foco de interés. "Porque el campo, además de ganadería y agricultura, es gastronomía. Es senderismo. Es vida sana. Es etnografía. Es paisaje. Por tanto, es posible, y necesario, establecer sinergias entre el sector turístico y el mundo rural porque ambos pueden beneficiarse mutuamente sin por ello dejar de tener sus características y objetivos propios".
Este curso trata, precisamente, de reflexionar sobre todas estas posibilidades, "sin duda muy atractivas para el futuro desarrollo de la región", y por eso felicitó al Servicio Técnico de Agricultura y Desarrollo Rural del Cabildo Insular de Tenerife por haber tenido la idea de organizar este curso, y le agradeció que se hubiese acordado de la Escuela Universitaria de Ciencias Empresariales y del Aula de la Naturaleza y Medio Ambiente de la Universidad de La Laguna como colaboradores.
