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Senén Barro: “Seguimos formando mucho para saber, un poco para pensar, pero poco para actuar”

martes 24 de junio de 2014 - 14:06 GMT+0000

Para el catedrático del área de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial y ex rector de la Universidad de Santiago de Compostela, Senén Barro, el modelo que se mantiene en todos los niveles educativos españoles no ha variado en décadas, y ya no cumple con las necesidades del presente. “Seguimos formando mucho para saber, un poco para pensar pero nada para actuar”, adujo en una ponencia que defendió el valor de la inteligencia ejecutiva, aquella que favorece el diseño y la realización de los objetivos que previamente se han reflexionado.

Barro ha sido el encargado de abrir hoy, martes 24 de junio, las V Jornadas de Innovación Educativa que organiza el Vicerrectorado de Calidad Institucional e Innovación Educativa de la Universidad de La Laguna, que se celebrarán hasta mañana en la Facultad de Economía, Empresa y Turismo a la presentación acudieron el rector de la ULL, Eduardo Doménech, y el vicerrector organizador, Hipólito Marrero.

Ambos destacaron la importancia de la innovación en el campo de la docencia como instrumento para alcanzar los objetivos de calidad que se esperan de una institución de servicio público como es la ULL. El vicerrector, además, valoró que en estos años la afluencia de participantes en estas jornadas ha aumentado, de los 19 de la primera edición a los más de 40 de la que se inauguró hoy. Para él, eso es un indicador de que poco a poco la importancia de la innovación educativa está calando entre el profesorado, si bien lamentó que aún haya una fracción de este colectivo reticente a este proceso de cambio.

Tras el acto de apertura, se hizo entrega de los certificados de mención de calidad a varios proyectos elaborados por el profesorado del centro académicos que se presentaron a la 3ª Edición de Premios de Innovación Educativa de la ULL, los cuales abarcaron todas las disciplinas y, como explicó el vicerrector, muchos de ellos son extrapolables a diversos ámbitos.

De Funes al Dr. Jones

La conferencia inaugural de Senén Barro llevaba por título “De Funes el memorioso a Indiana Jones”, una alusión a personajes de ficción que ejemplifican el proceso que, a su juicio, debía experimentar la educación. Así, el protagonista del relato de Borges era un acumulador de conocimientos que, sin embargo, casi no podía reflexionar. En cambio, el arqueólogo más famoso del cine es un ejemplo de persona que, partiendo de los conocimientos, es capaz de actuar para lograr sus objetivos e, incluso, adaptarse a las situaciones en caso de que los planes previstos se tuerzan.

Barro reflexionó que el profesorado es “reo de un sistema que nadie se cuestiona” y que no está logrando sus objetivos, a pesar de los grandes esfuerzos económicos, personales y políticos que se están realizando. Para el ponente, aunque tanto los profesionales como la sociedad son conscientes de que algo ocurre en el ámbito escolar, sin embargo no se acierta con la solución: “El problema es que las reformas se centran en los cambios de contenidos y deberían hacerlo en el cambio de cometidos”, explicó.

El catedrático no negó la utilidad de adquirir conocimientos, pero matizó que esto empieza a dejar de tener sentido cuando los saberes ya son exógenos a la persona, es decir, están fuera de ella y perfectamente disponibles a través de dispositivos electrónicos. Lo que falta es aprender a utilizarlos de manera activa: “pasar de las ideas a los proyectos y de la inteligencia al talento”. Y ello exige un cambio metodológico: “menos clases magistrales y más acciones magistrales”.

Para ejemplificar mejor esa inteligencia activa, partió de la disciplina en la cual es experto, la física, y habló de un estanque lleno de agua: en sí mismo, es un pozo de energía con potencial sin materializar. Si su contenido pasa por una turbina, se transforma en energía cinética y produce electricidad. El conocimiento puramente memorístico sería, pues, un pozo de energía potencial que es necesario activar de algún modo para que de frutos palpables.

De este modo, cree que además de aulas en las que se enseñe a saber, como las actuales, también es necesario crear otro modelo de aula en el que se enseñe a actuar, puesto que en su opinión el aprendizaje siempre será mejor haciendo las cosas que no leyendo cómo se hacen.

Barro propuso un modelo gráfico para explicar su teoría: un cubo en el cual uno de sus ejes era el de la inteligencia cognitiva, otro el de la inteligencia pragmática y el último, el de la inteligencia ejecutiva. La interacción de los tres ejes en los vértices proporciona habilidades concretas. Tras una puesta en común con la audiencia de la sala, la gran mayoría coincidió con el experto que las habilidades más deseables eran las que se relacionaban con el eje de la inteligencia ejecutiva: elegir metas, proponer, pensar y actuar.
 


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