Skip to main content

La ULL radiografía el sistema electoral canario

sábado 28 de noviembre de 2015 - 11:07 GMT+0000

El Aula Magna de la Facultad de Economía, Empresa y Turismo de la Universidad de La Laguna acogió el 27 de noviembre la primera sesión de la iniciativa ULL Opina, pensada para debatir desde un punto académico distintos aspectos de interés para Canarias. Ha comenzado con una radiografía del sistema electoral canario, en la que se ha hablado de sus antecedentes preconstitucionales, de su configuración actual y de los problemas que ello suscita y de la futura reforma que pretende llevarse a cabo. En opinión del catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de La Laguna, Juan Hernández Bravo de Laguna, se trata de una operación cosmética en la que se abordará “rebajar la barrera electoral y poco más” y que no va a entrar en el meollo de la cuestión: las circunscripciones insulares y la negativa frontal de las islas no capitalinas a perder diputados.

“Al sistema actual le reprochamos que es desproporcional, porque no hay una correspondencia entre votos y escaños”, aseveró el catedrático, quien quiso puntualizar que no existen los sistemas neutros, inocentes, y que todos tienen consecuencias en la representación. “Todos tienen efectos, y es en eso en lo que tenemos que ponernos de acuerdo, qué efectos queremos realzar y cuáles corregir”.

“El problema no es que sea desproporcional, es que lo es exageradamente”, sostuvo el ponente, que evidenció su afirmación explicando que el valor del voto de un herreño vale hoy 17 veces más que el voto del tinerfeño o del grancanario.

Los sistemas electorales reflejan la relación de fuerzas políticas y la concepción que tienen las fuerzas mayoritarias del sistema político. “Su reforma es siempre una cuestión problemática, porque los partidos que tienen que reformarla no van a volar la escalera que les ha hecho llegar adonde están”. La pregunta de ‘qué hay de lo mío’ justifica en parte el escepticismo de Bravo de Laguna sobre el proyecto de reforma.

Para la legitimidad del sistema no es bueno que se cuestione constantemente el sistema electoral, pero tampoco lo es que sea constantemente objeto de reforma, puesto que necesita de una permanencia en el tiempo.

Es una cuestión problemática, cierto, pero también es “guadiana”, apuntó Bravo de Laguna, ya que según los resultados electorales se pone de moda o se deja de hablar de ella. De hecho, tras la única reforma habida, la del 1996 -“que lo que ha hecho es empeorar el sistema electoral”- se formaron plataformas ciudadanas en su día y luego cayó en el olvido, y ahora han surgido de nuevo tras los últimos resultados electorales, cuando un partido de 50.000 se queda sin representación y otro, circunscrito a una isla, y tan solo con 5.000 votos, consiguió tres diputados, explicó el experto.

Los principales problemas del sistema electoral canario atienden a tres aspectos: la circunscripción, el número de diputados por circunscripción y la barrera electoral. “Hay siete circunscripciones que corresponden con las islas y nadie ha defendido su supresión, porque es su elemento definitorio de nuestra realidad, pero lo que se ha propuesto es introducir la octava circunscripción, de carácter regional”, que en su opinión mejoraría la proporcionalidad del sistema.

Su ausencia hace que las campañas electorales sean insulares, lo que a juicio de Bravo de Laguna es grave. “Hemos podido comprobar que lo que un partido dice en una isla en otra dice otra cosa o incluso lo contrario”. No es una campaña comunitaria, se repiten siete mini campañas electorales y eso no ayuda ni a la democracia ni a la construcción de Canarias, expresó el constitucionalista.

Además, los candidatos a la presidencia son los números uno de las listas insulares, no de toda Canarias. “Los canarios siempre presuponemos que la identidad originaria de una isla va a favorecer a esa isla, en lugar de al resto”.

Además, el sistema está basado en paridades, pero lo importante es que el número de diputados a elegir no guarda relación con el censo de la isla sino con estas paridades o acuerdos. “Esto produce una enorme desproporción electoral, y es el elemento más perverso, afecta al valor del voto y del escaño”.  Con todo, la gente se niega en rotundo a que le quiten diputados, sea donde sea, aseguró. “Nadie propugna una proporcionalidad drástica, pero en las islas no capitalinas hay una oposición frontal, relacionando el número de diputados con las políticas públicas que le van a favorecer”.

La barrera de exclusión se plantea como un elemento del parlamentarismo racionalizado, por lo que el diputado aislado es una pura abstracción, adujo. Este sistema plantea una barrera o un mínimo, que si no se alcanza no se puede conseguir representatividad en escaños. Así, la barrera en Canarias es triple: hay que ganar las elecciones en una isla, superar la circunscripción insular del 30% y la barrera comunitaria del 6%. “Por eso me temo que la reforma cosmética se limitará a rebajar las barreras electorales”.

José Adrián García Rojas, profesor titular de Derecho Constitucional de La Universidad de La Laguna, realizó un relato histórico de los muchos y varios intentos preconstitucionales acerca del sistema electoral, haciendo repaso desde sus inicios desde la Segunda República hasta la llegada de la Constitución y la conformación de las autonomías.

De todos ellos se constata la existencia de dos modelos sobre la construcción de Canarias: el espectro de centro derecha representado por la UCD y que defiende una construcción comunitaria o el de Frente Regional del País Canario, que parte de la construcción de cada una de las islas. Finalmente es el último el que se impone.


Archivado en: Destacado, Institución, Noticias Opina, ULL

Etiquetas: ,