La consejera de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias, Soledad Monzón, ha presentado esta mañana, acompañada por el rector de la Universidad de La Laguna, Antonio Martinón, y por la rectora accidental de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Trinidad Arcos, un protocolo básico que servirá para definir el futuro modelo de financiación de las universidades públicas canarias.
«Entre todos vamos a diseñar, señaló la consejera, una política de financiación que propicie fondos pero que también promueva mejoras en el sistema educativo universitario público del Archipiélago». Así, explicó que «este documento viene a sentar las bases sobre las que se regirán la Administración autonómica y las universidades públicas, a la hora de definir un modelo de financiación que ha de ser objetivo y eficaz para que las instituciones académicas puedan consolidarse como motor del desarrollo socio-económico y cultural de la sociedad y potenciar sus cualidades diferenciadoras».
En este sentido, Monzón, que estuvo acompañada también por el director general de Universidades, Ciro Gutiérrez-Ascanio, y por los presidentes de los consejos sociales de ambas universidades, Raimundo Baroja y Ángel Tristán, recordó que la Consejería de Educación lleva más de un año trabajando conjuntamente con las dos instituciones académicas canarias para definir conjuntamente, atendiendo a sus necesidades y a las demandas de la sociedad actual, «un nuevo modelo de financiación que, de forma racional, equitativa y consensuada, se convierta en un vehículo a través del cual se pueda alcanzar el nivel de excelencia académica al que aspira toda la comunidad educativa».
Por todo ello, indicó que «la mejora de la disponibilidad de recursos económicos por parte de las universidades debe ir necesariamente acompañada de medidas encaminadas a la solución y mejora de aspectos esenciales del sistema universitario público canario, de manera que podamos adecuarlos a la evolución constante del contexto social y económico. De esta forma, Soledad Monzón aseveró que «resulta necesario poner en marcha un nuevo modelo de financiación que, además de posibilitar a las universidades públicas el desempeño de su función en un marco estable de financiación, y por tanto establecer una planificación a varios años, sirva también para trazarnos una serie de objetivos que debemos cumplir para asegurar la sostenibilidad del sistema educativo canario a medio y largo plazo».
Por su parte, la rectora accidental de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Trinidad Arcos, destacó que «este protocolo viene a marcar una nueva etapa en la que vamos a trabajar con el mismo nivel de exigencia que hasta ahora pero, además, nos va a permitir desarrollar proyectos plurianuales y planificar nuestra gestión a más largo plazo, con el fin último de mejorar en calidad y eficiencia en todos los niveles de los servicios que prestamos a la sociedad canaria».
Asimismo, el rector de la Universidad de La Laguna, Antonio Martinón, resaltó la importancia de este protocolo por el que «el Gobierno canario adopta el compromiso de mantener la actual financiación, con posibilidad de crecimiento en función de las disponibilidades presupuestarias, y en el que también las universidades nos comprometemos a mejorar en diferentes aspectos como la docencia, la investigación o la transferencia de resultados a la sociedad, para responder a las demandas y necesidades de una realidad social y económica muy cambiante».
Fases del Plan de Financiación
La primera fase del Plan de Financiación, del año 2017 al 2019, incluye el compromiso por parte del Gobierno autonómico de garantizar el mantenimiento del volumen de recursos, con posibilidad de crecimiento en función de las posibilidades presupuestarias, introduciendo un criterio objetivo, basado en el propio incremento del presupuesto de la Comunidad Autónoma o de la Consejería de Educación.
Esta fase incluye, además, otra serie de compromisos como son, por ejemplo, la adecuación permanente de la oferta de estudios a las demandas sociales, así como la racionalización de las plantillas docentes adecuándolas a las requerimientos de futuro.
Otro de los compromisos se basa en la mejora progresiva y continua de los resultados académicos en la formación proporcionada, reduciendo el abandono temprano de los estudios y aumentando la calidad de la enseñanza y del aprendizaje. Asimismo, esta primera fase establece también entre sus objetivos el incremento de los niveles de actividad investigadora, apoyando los polos de excelencia y fomentando la transmisión de resultados a la sociedad canaria, en especial, a su sistema productivo.
La segunda fase del plan, del año 2020 al 2025, incluye una financiación básica de gastos de funcionamiento e infraestructuras, con el fin de garantizar los recursos necesarios para el normal funcionamiento de las universidades.
Además, establece una financiación por resultados que responde al criterio de eficiencia y premia la mejora en la calidad docente, investigadora y de gestión, que está directamente relacionada con las mejoras en el rendimiento académico, la empleabilidad de los egresados, la internacionalización, la transferencia de resultados, el conocimiento del tejido productivo canario o la eficacia y la eficiencia en la gestión.
Por último, la financiación estratégica se centrará en el fomento de la excelencia universitaria, de tal forma que la cantidad de fondos a percibir por las universidades esté vinculada a su capacidad para adaptar sus servicios, proyectos e iniciativas a los objetivos estratégicos marcados para la Comunidad Autónoma.
(Nota y foto cedidas)