La Sección de Ciencias de la Información de la Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación de la Universidad de La Laguna homenajeó el pasado lunes 22 de enero a uno de sus profesores más recordados, Ricardo Acirón Royo, bautizando una de sus aulas de informática con su nombre. Este catedrático, fallecido en diciembre de 2015, fue una figura fundamental en la creación en 1988, en el seno de la institución académica, de una facultad para acoger los estudios de Periodismo,
En el acto estuvo presente el rector de la ULL, Antonio Martinón; la decana de la facultad anfitriona, Rosa Marrero, el periodista y docente del centro Francisco Pomares; y la viuda y los tres descendientes del recordado profesor. Una de sus hijas, la también periodista Raquel Acirón, participó en la ceremonia recordando a su padre y su compromiso tanto con la profesión como con la universidad.
Por su parte, Pomares se detuvo en su relación con Acirón, primero como profesional del periodismo, y después como profesor, y mencionó el estupor que le causó conocer la noticia de su jubilación.
Ricardo Acirón
Sus inicios profesionales en el ámbito académico fueron como Maestro de Enseñanza Primaria, pero en 1981 se licenció en Periodismo en la Universidad de Navarra y, cinco años más tarde, se doctoró en la Universidad Complutense de Madrid.
En enero de 1988 accedió a la recién creada Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna en calidad de profesor asociado a tiempo parcial, y en agosto del 1989 obtendría la titularidad en el área de conocimiento de Periodismo del Departamento de Ciencias de la Información. En 1991 se alza con la plaza de catedrático, que ostentó hasta su jubilación el 31 de agosto de 2013. Ese mismo año, es designado Profesor Honorario de la ULL.
Dirigió 31 tesis doctorales y fue autor de varias decenas de artículos, ensayos y conferencias, aparte de las columnas y entrevistas periodísticas que realizó. Llegó a ser subdirector del periódico EL Día y, posteriormente, fue miembro del consejo editorial de La Opinión de Tenerife. Fue designado Hijo Adoptivo tanto por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife como por el Cabildo de Tenerife. También fue académico honorario de la Academia Canaria de la Lengua.