El Vicerrectorado de Relaciones con la Sociedad de la Universidad de La Laguna está llevando a cabo una iniciativa denominada ULL Diálogos, en la que invita al centro académico a un destacado personaje del mundo de la cultura, la economía o la política, por destacar algunos ámbitos, en los que esta figura ha tenido especial relevancia o ha generado una aportación valiosa. Hoy miércoles 18 de abril el protagonista ha sido el empresario sirio Amid Achi, quien, afincado en nuestras islas desde que era un joven estudiante, ha montado una importante cadena de tiendas que alcanza los doscientos puntos de venta en todas las islas. Trabajo, humildad y visión de negocio fueron las tres claves que hacen de Achi un empresario respetado y reconocido por toda la sociedad canaria.
El encuentro estuvo conducido por el periodista Antonio Salazar, profundo conocedor de la trayectoria del empresario, que llegó a las islas muy joven, enviado por su padre para estudiar Medicina, como hicieron en su época unos 15.000 sirios en toda España, atraídos por unos estudios muy demandados en su país de origen. Sin embargo, y una vez aquí, descubrió que la profesión de médico no le gustaba y quiso abandonar sus estudios, a lo que su padre se negó tajantemente.
Así que entonces estudió Náutica, hizo prácticas un año y se dio cuenta de que lo que le gustaba era estar en tierra firme. “Me agarré mucho y trabajé tanto porque no quería volver al mar”, comentó hoy al comienzo de la sesión, ante un auditorio lleno de estudiantes. Comienza a trabajar en una empresa familiar, a comisión, y ahí se va desarrollando esa mente comercial que luego tuvo tanta trascendencia con la creación de los Almacenes Número 1, de los que hoy viven 1.500 familias.
Una de las primeras cosas que hizo fue arbitrar en el mercado y ponerlo en conexión, de tal forma que si en una tienda no había pantalones se lo pedía a otra, y a ésta última le surtía de las camisas que le sobraban a la primera. Con este trabajo se granjeó la confianza de los comerciantes, que vieron en él a un fiel colaborador.
Empezó a colaborar con unos grandes almacenes y a adoptar métodos de franquicia sin saber siquiera que esta lógica empresarial existía. Siempre fue muy sensible al ajuste de los precios, y aunque en un principio suscitaba incluso la desconfianza de los consumidores, dejaba que algunas madres se llevaran la prenda del niño a casa, comprobaran que no desteñía, y entonces la compraban, relató él mismo.
A los empleados más comprometidos con la empresa les ofrecía trasladarse a las islas más pequeñas, abrir allí el negocio y actuar como socio. Hoy tiene 250 tiendas en toda Canarias. Va tomándose en serio muchas enseñanzas que recibe, empeñado en aprender de los mejores, relata Antonio Salazar. Cuando aterrizan las grandes superficies y comienzan a aparecer las tiendas asiáticas, Amid Achi se da cuenta que tiene que cambiar su estrategia de negocio, y así lo hace, de tal forma que dejan de ser franquiciadores y se convierten en franquiciados, vendiendo productos de unas determinadas marcas. Hoy maneja más de veinte franquicias, algo inusual en el territorio español. “No hemos acertado con todas, pero ha funcionado”.
En todo este proceso la capacidad de liderazgo de Amid Achi fue determinante, dado que muchos de sus colaboradores no creían en este cambio. Arranca pues en la década de los noventa un empresario franquiciado, con 200 tiendas de franquicias y gestiona además 16 centros comerciales de todo el archipiélago.
También ha cometido errores empresariales, y uno de ellos fue invertir en un periódico. “De los errores hay que aprender, caerse, levantarse y no tirar nunca la toalla. Para nosotros el empleo es vital y creo que lo más difícil es despedir a una persona. Yo no tengo valor para despedir a alguien que lleva diez o quince años con nosotros, que tiene hipoteca, hijos estudiando”
Su creencia en la importancia del capital humano de la compañía llega hasta el término xde preferir vender inmuebles en sitios muy señalados antes que despedir a su personal, como él mismo ha señalado. Todo esto ha ido configurando una filosofía empresarial propia y casi única, destacó el periodista en la sesión de hoy. “En caso de crisis, indemnizar a una persona sale mucho más barato que mantenerla, pero nosotros hemos optado por otra fórmula. Algunos empleados nos piden irse porque ya son mayores, no aguantan tanto tiempo de pie…. pues bien, les hemos facilitado el despido”.
La maraña administrativa le ha impedido rehabilitar algunas zonas depauperadas y que ya ha adquirido. Tiene nuevos proyectos de negocio en diferentes islas pero la colaboración de la administración en la solución de estos inconvenientes no es rápida. “Canarias tiene unas posibilidades tremendas para convertirse en centro financiero hacia Asia o África -continente este último donde Achid ya trabaja en una decena de países-, pero necesita el compromiso de los políticos”.
Se codea con los grandes empresarios del país, como Amancio Ortega o Juan Roig, asunto del que no habla porque no es una persona presumida ni que haga gala de sus contactos personales o profesionales. Eso sí, defiende a capa y espada a estos empresarios que en su opinión generan valor añadido, tratan muy bien a sus empleados, respetan sus tiempos de descanso, apenas hay conflictividad laboral e innovan constantemente hacia su clientela y hacia sus trabajadores.
La situación de guerra de Siria le afecta personalmente. “Es muy duro lo que está pasando, y todo el desarrollo del país se ha ido al garete. Tengo a una treintena de familias sirias trabajando con nosotros en nuestros negocios africanos, porque a España resulta muy complicado traerlos”.