El Claustro de la Universidad de La Laguna ha celebrado hoy 15 de mayo una sesión monográfica sobre el acoso sexual y sexista dentro de la institución docente. Este encuentro, que tiene sus antecedentes en los últimos casos publicados en los medios de comunicación, ha sido acordado por los grupos claustrales de todos los colectivos y ha concluido con una directriz clara: esta universidad luchará contra cualquier situación de acoso que se presente y no tolerará actuaciones abusivas de ningún tipo.
Si bien todos los grupos destacaron la trasparencia de la institución al celebrarse una sesión monográfica sobre este asunto, también indicaron algunos aspectos de mejora del propio protocolo que se activa ante estos casos, y añadieron que hace falta mayor formación en temas de género en todos los ámbitos y más recursos especializados para abordar las situaciones que se presenten.
El manifiesto suscrito por todos los grupos recuerda que la universidad creó en 2010 una Unidad de Igualdad de Género que ha puesto en práctica un Plan de Igualdad y se ha dotado de un protocolo para la detección y actuación en estos casos. “La investigación y persecución de estas conductas se hará desde el absoluto respeto por los derechos de las personas y atendiendo a la protección de las víctimas”, señala el texto.
“No obstante”, prosigue, “sabemos que lo hecho no es suficiente y la Institución debe asumir la necesidad de mejorar sustancialmente la formación y la información, tanto del Protocolo como de los medios y mecanismos que evalúen y eliminen las situaciones de acoso en toda la comunidad universitaria a través de acciones formativas continuas e integradas en la normal actividad universitaria”.
El mismo texto indica que el Claustro se compromete “a seguir de cerca esta lacra y a trabajar para revisar y proponer las mejoras de los procedimientos del Protocolo y de la defensa de las víctimas que sean necesarias al Consejo de Gobierno, con la participación de todos los sectores de la comunidad universitaria”.
Propuestas de resolución
El mismo órgano consensuó en la mañana de hoy siete propuestas de resolución que atienden a la mejora del procedimiento y a las garantías de las partes. Así, se indica que debe dotarse a la Unidad de Igualdad de Género y al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales “con la más alta prioridad, con la financiación precisa en los presupuestos y con la estructura administrativa necesaria y con personal de la experiencia apropiada en la Relación de Puestos de Trabajo”.
También se solicita que se ponga en marcha un plan permanente de difusión y formación en materia de igualdad de género dirigido a todos los sectores de la comunidad universitaria, incluyendo formación obligatoria a las gestoras y gestores de las unidades organizativas de los centros. Igualmente se ha acordado que se nombre una comisión claustral conjuntamente con la comisión técnica asesora de la Unidad de Igualdad de Género para la revisión y actualización del citado protocolo, al tiempo que se solicita exigir informes de violencia de género y/o acoso sexual o por razón de sexo a todo el personal de la Universidad de La Laguna.
Otra de las propuestas que ha obtenido el beneplácito de todos los grupos insta a que todas las personas cuyo espacio laboral sea la Universidad de La Laguna tengan el amparo del plan de igualdad, y que se añada al protocolo que la universidad se persone como acusación particular cuando el asunto se judicialice.
Finalmente, el Claustro propone que se incorporen al protocolo medidas cautelares que supongan el no contacto entre la persona presuntamente agresora y la víctima ante un presunto caso de acoso sexual o por razón de sexo.
Sesión claustral
Inmaculada Perdomo, presidenta de la comisión asesora de la Unidad de Igualdad de Género, intervino al comienzo de la mañana para relatar cómo se gestó esta unidad, cómo se creó el protocolo y las diferentes acciones llevadas a cabo en esta materia. La experta apuntó que el acoso sexual y sexista es una lacra de esta sociedad androcéntrica, reforzada por el continuo estereotipado de los roles masculinos y femeninos. “Preocupa el avance de la cultura de la violencia en una sociedad que ha mostrado su hartazgo ante situaciones abusivas, y a las que se suman sentencias judiciales decimonónicas”. Convertir a la igualdad en la corriente principal, de tal forma que vaya impregnando de forma sostenida todas las prácticas de una institución pública, debe ser el objetivo, añadió. El protocolo de prevención y actuación contra el acosos está plenamente alineado con esta filosofía, y de ahí se han derivado decenas de acciones de sensibilización, formación y prevención.
Tras su intervención, el rector, Antonio Martinón, sostuvo que en la Universidad de La Laguna se han producido algunos casos de acoso “pero se ha actuado siempre y nos comprometemos a erradicarlo en el futuro”. Hizo relato de todas las acciones formativas que se llevan a cabo en la universidad para propugnar conductas igualitarias. “Hasta que no logremos que la igualdad sea un asunto de todos, no solo de las mujeres, nos quedará un camino que recorrer. También recordó las acciones llevadas a cabo cada 8 de Marzo y las movilizaciones institucionales de repudio tras el asesinato de alguna mujer por razón de género en el ámbito de las islas.
“El acoso sexual es la expresión más brutal de la desigualdad de género”, aseveró el rector, quien además indicó que debemos sentirnos satisfechos de que el protocolo exista, y de hecho esta universidad fue en su día una de las pioneras en la publicación de este tipo de instrumentos, cuando todavía hoy hay universidades que carecen de ellos o apenas acaban de aprobarlos. “El protocolo desde su creación hace cuatro años se ha activado diez veces, en siete de ellos la persona acusada es un varón”, lo que pone de manifiesto, en su opinión, la realidad incuestionable sobre la violencia ejercida por los hombres.
En las actuaciones en las que ha sido necesario, la ULL ha atendido de forma singular a las víctimas, “con ayudas específicas a las personas que lo han necesitado”, matizó. También afirmó que existe un amplio acuerdo sobre la conveniencia de revistar el protocolo que, tras cuatro años de aplicación, se ha demostrado que debe mejorar cuestiones como el momento de activación, la unidad administrativa que gestiona el expediente, el momento de activación de peritaje y el proceso de nombramiento del instructor.
“Hemos de potenciar la formación sobre esta materia, que forme parte de las actividades de formación y de bienvenida a los estudiantes universitarios. Hemos de avanzar hacia la igualdad real y desterrar la violencia del mundo de la educación. Hemos de conseguir que las mujeres se sientan seguras en los campus y que también puedan ofrecer su testimonio cuando sea necesario. Confío en que después de este Claustro quede claro que la ULL está con la causa de las mujeres, especialmente con aquellas que han sido víctimas de acoso”, concluyó.
Intervenciones
Tras las palabras del rector tocó el turno de los grupos claustrales. El primero en intervenir fue Pas en Acción, quien declaró que este Claustro no debe dañar la reputación de la universidad, sino que más bien se trata de una ocasión para liderar la lucha contra estas conductas. “En la comunidad universitaria se establecen relaciones de poder entre unos colectivos y otros, aunque las medidas garantistas que el centro ha establecido ha disminuido la posibilidad de que se produzca abuso”. Entró a detallar algunos aspectos del protocolo que a su juicio son mejorables, además de la necesidad de contar con una plaza de personal de administración y servicios especializado en esta materia, dado que el Servicio de Prevención está al límite de su capacidad. “El acoso solo se puede debatir con luz y transparencia, sin dejar ningún rincón a oscuras. Hay que dedicar recursos para prevenirlo y animar a los alumnos a denunciarlo. El prestigio de la universidad no depende del número de casos que aparezcan, sino de la celeridad y el compromiso en resolverlos”, sostuvo.
El portavoz de Eupas, también del sector de personal de administración y servicios, señaló que en buena parte de la comunidad universitaria se desconoce completamente la existencia de protocolos y medidas garantistas. “No se trata pues solo de cambiar aspectos normativos que se ha demostrado que son mejorables, sino de dotar de recursos al propio centro académico para ejercer su labor”, indicó.
Por parte de Grupo del Pas se señaló que no hay duda de la actuación de la universidad frente al acoso sexual o sexista, aunque apuntó que la actitud negacionista del rector no es la mejor de las soluciones. “Esto deviene en violencia institucional por acción u omisión. Desde el comienzo se tenía que haber dado orden de investigar, antes de ponerse a explicar el protocolo. Es necesario actualizarlo, para que se pueda abrir la investigación sin que medie denuncia, de forma ágil. La especial situación de las agresiones machistas implica la necesidad de que los abusos y agresiones machistas tengan un trato diferenciado, si realmente se quiere eliminarlos”.
Seguidamente intervino la Asociación Canaria de Estudiantes, que señaló que la declaración es demagógica y la información ofrecida es poca. El grupo claustral apuntó que el acoso no puede quedar libre de sanción, no basta la amonestación. “Necesitamos más protección e información y menos desconocimiento; el estudiantado no conoce nada ni sabe cómo actuar”.
El representante de Estudiantes de Ciencias de la Salud también se refirió al desconocimiento del alumnado del funcionamiento interno de la universidad y, en el caso de acoso sexual, desconoce la existencia de una Unidad de Igualdad y de un protocolo de actuación ante casos de abusos. Los colectivos estudiantiles deben divulgar las herramientas existentes, pero para eso hace falta una formación previa. El machismo está en toda la sociedad, y muchos comentarios de profesores perpetúan los roles existentes y son oídos por sus estudiantes, alegó.
Por su arte, Asamblea del Movimiento Estudiantil Canario señaló que este es un acto institucional universitario sin precedentes, pese a que, en su opinión, la institución quería dar carpetazo a esta cuestión. “Mientras estemos con pie firme en la universidad vamos a ir a por los acosadores, porque tarde o temprano caerán. La lucha es imparable. Esto solo está empezando”. No basta de “presumir” de protocolo, que no solo debe ser mejorado, sino que se debe aplicar, opinaron. Este grupo considera que se alargan los procesos intencionadamente para dejarlos morir, al tiempo que indicaron que el informe presentado por la universidad sobre los casos de acoso en vigor es insuficiente y vago. Pidió nuevamente la dimisión del rector, de su jefe de gabinete y del jefe del Servicio de Inspección.
La portavoz del grupo de profesorado Red ULL señaló que la universidad debe ser punta de lanza en dinámicas de defensa de valores igualitarios. Hay que mejorar el conocimiento de los protocolos y la formación en todos los sectores. Por su parte, la representante de Programa para una Universidad Canaria señaló que el acoso sexual y sexista es un problema estructural de la sociedad, pero que esto no puede servir de argumento para darlo como cuestión aceptable dentro de la propia institución. “Ningún grupo puede erigirse como representante único del feminismo en la universidad”, apuntó la portavoz, y agradeció a la Unidad de Igualdad la dedicación a esta materia, pese a las deficiencias de personal con las que cuenta. “Hay que reforzar las medidas cautelares y se ha detectado la necesidad de mayor transparencia, respetando las garantías de confidencialidad de las partes. Damos pues la bienvenida a este Claustro monográfico”.
Renovación Convergente, también del profesorado, destacó el sabor agridulce de esta convocatoria, pese a contar con un protocolo que fue pionero en el panorama español. Alegó que el Rectorado no está a la altura de los tiempos que vivimos ni de lo que representa el acoso. “Este Claustro va a permitir un impulso a la mejora del proceso”. Este grupo expresó su rotundo rechazo a las situaciones de acoso sexual y sexista, manteniendo tolerancia cero.
Alternativa del Profesorado Universitario fue el último en intervenir, también para mostrar su rechazo a este tipo de actitudes y para reconocer que todavía no acabamos de tomar conciencia sobre esta cuestión, en la que pesan las estructuras de poder, la presencia de una cultura hostil, la naturalización de la violencia y la presencia de roles sexistas. Abordó la necesidad de un plan permanente de formación a todos los sectores, al tiempo que también hizo hincapié en la mejor de los procedimientos.
Tras la participación de los grupos, Antonio Martinón tomó de nuevo la palabra. El rector rechazó tajantemente que la universidad proteja a los acosadores y se eche tierra sobre los casos, “porque no es cierto”, aseveró. Aceptó la necesidad de más información y formación, una cuestión que no se ha tratado adecuadamente por falta de medios. Recalcó que es necesario el testimonio de la víctima, su ratificación de la denuncia, “porque si no cualquier procedimiento que se arbitre podría ser recurrido ante una instancia judicial”. Debe crecer el compromiso de la comunidad universitaria con este asunto, “y aprendamos entre todos cómo se hace frente el acoso”.