José Luis Fuentes, director gerente de Alientocoaching International y especialista en coaching emocional, ha sido hoy, miércoles 24 de octubre, uno de los ponentes de las XXXVI Jornadas de Gerencia Universitaria de CRUE Universidades Españolas que acoge la Universidad de La Laguna hasta el próximo viernes 26. En su ponencia, titulada “Talento y liderazgo en las organizaciones, las nuevas competencias para el siglo XXI”, Fuentes definido un nuevo tipo de liderazgo “empático”, más centrado en el trabajo en equipo y en sacar lo mejor de las personas.
Comenzó explicando que ha trabajado con muchas universidades españolas y por eso no le cabía duda del gran talento que existe en ellas, tanto entre los investigadores como en sus equipos de gobierno. Pero en sus diez años relacionñandose con organizaciones, se he dado cuenta de que al “talento” siempre hay que unir el “talante”.
Explicó que hace unos treinta años una gran crisis llegó a la humanidad: la globalización. Y con ella, se comprendió que todo es un sistema emocional, y que lo que sucede en un punto concreto de la geografía, puede afectar a todo el planeta.
Esta crisis también trajo consigo un cambio de valores, de tal forma que ahora la humanidad está pidiendo una vuelta a lo emocional. En ese contexto, el líder organizacional debe tener en cuenta esta inteligencia emocional y convertirse en un facilitador, alguien que sea capaz de sacar lo mejor de las personas a su mando.
“Si el siglo XX fue el de lo tangible, el XXI es el de lo intangible”, señaló el coach para contextualizar esa vuelta a lo emocional. Se está en un momento de cambio de cultura que deben comprender quienes deseen liderar. Por eso, en los nuevos modelos organizacionales es necesario ser consciente del cambio continuo.
Fuentes define ese nuevo modelo de dirigir las organizaciones como “liderazgo empático”. Puso el ejemplo de una montañera que, tras la escalada de un 8.000 muy peligroso a 45 grados bajo cero , decidió parar a falta de 200 metros de llegar a la cima, porque intuyó que el sobreesfuerzo final habría supuesto perder todas la fuerzas necesarias para bajar y pondría en peligro la expedición. Supo ponerse por encima de su ego y ponerse al servicio del grupo, y por eso se considera un paradigma de ese nuevo tipo de liderazgo.
El ponente puso énfasis en que el liderazgo debe focalizarse en los recursos humanos y en saberse rodear de personas que son mejores que uno mismo, entendido el término “mejor” como capaz de trabaja en equipo, ser empático y cuestionarse las cosas para mejorarlas.
En ese sentido, afirmó que las universidades no pueden centrar únicamente en formar a buenos técnicos y en el conocimiento, sino a personas que sean capaces de trabajar en equipo y gestionar el fracaso, porque en el futuro no se conoce qué saberes serán necesarios, pero una persona con esas actitudes siempre será capaz de asumir cualquier reto.
Fuentes ironizó con el clima pesimista que suele imperar en el día a día, con las personas en una actitud mental negativa y con la frase “la cosa está muy mal” en la boca. Por eso, aboga por ir con una actitud positiva en el trabajo porque, además, hay motivos: nunca se ha estado tan bien como ahora en varios aspectos.
Por ello, el nuevo modelo de management pide despertar el optimismo y el entusiasmo y saber gestionar las emociones, en contraposición al modelo que imperaba en el siglo XX, más centrado en las estrategias. El nuevo líder debe tener característica más relacionadas con las habilidades emocionales, porque las intelectuales ya se le dan por hechas.
Hay do tipos de liderazgo: uno que trabaja desde la infelicidad, coactivo y a corto plazo; y otro que lo hace desde la felicidad, más a largo plazo pero más eficiente, que es, justamente, el que apunta por la emoción y la empatía. Por ello, concluyó que el líder del siglo XXI debe tener determinación, visión, inspiración, entrenamiento, autoconfiaza y otras características emocionales.
