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Ramón Arroyo en la Universidad de Verano de Adeje: “Rendirse no es una opción”

miércoles 24 de julio de 2019 - 08:18 GMT+0000

Ramón Arroyo, el reconocido paratriatleta con Esclerosis Múltiple (EM) narró ayer martes, 23 de julio, en el marco de a Universidad de Verano de Adeje, su experiencia desde que fue diagnosticado con esta enfermedad degenerativa que la Asociación Española de Esclerosis Múltiple define como “una de las más comunes del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal)”. Dicha entidad calcula que en España existen 47.000 personas afectadas de EM, 600.000 en Europa y más de 2.000.000 en el mundo.

Arroyo, que es licenciado en económicas por la Universidad Complutense de Madrid, fue desgranando paso a paso las diferentes fases por las que ha ido atravesando hasta ahora; sin embargo, puso el énfasis de su ponencia en “las cosas buena que me han pasado gracias a la Esclerosis Múltiple, me han pasado cosas maravillosas”.

La historia de Arroyo ha dado para mucho, desde un libro en el que narra sus propias vivencias hasta una película: “100 metros”, protagonizada por Dani Rovira, Alexandra Jiménez y Karra Elejalde, en la que se pretendía normalizar la enfermedad para que no exista «ese temor y pánico a lo desconocido”.

“Las consecuencias de esta enfermedad son múltiples, así como la incertidumbre que hay en torno a ella. El 60% de las personas que la tenemos no presentamos síntoma visibles de la misma, pero la verdad es que te cambia la vida, te deja en la expectativa de no saber lo que va a pasarte y así es, pero todo este proceso tiene dos lecturas: o te culpabilizas y te hundes o te das cuenta de que no eres culpable de padecer EM y te responsabilizas en cómo vivir tu vida siendo consciente de que la tienes, de cómo te relacionas con tu entorno, tu familia, todo depende de ti”, afirmó el ponente.

El efecto Arroyo
“Empecé a cuidarme, a practicar deporte, a retarme, al principio eran cien metros, luego ciento cincuenta, y de la nada, me convertí en runner, me enganché a la satisfacción de superar mis propios retos, sabía que no podía correr más rápido, pero sí podía llegar más lejos, esa actitud me llevó al Iroman. No permitamos que nadie nos diga que no puedes hacer algo, comprueba tus capacidades, hazlo tú”.

La narración de Aroyo dejó premisas tan relevantes como la siguiente “decidí compartir esta experiencia para otras personas, que al igual que yo necesitaban un motivación, se sentían inconformes pero extremadamente conscientes de la necesaria superación y adaptación de la vida a la nueva realidad. La discapacidad sólo se ve a través de ópticas negativas, de imagen de pérdida y es un error, tenemos que aprender a verla como superación, como algo positivo, porque tenemos otras capacidades”.

“Gracias a la EM me di cuenta de que MERECÍA estar y demostrar mis capacidades”, afirma taxativamente el ponente, quien además puntualiza que “tenemos que ser conscientes e interiorizar nuestras limitaciones, sí, tenemos que hacerlo, pero también nuestras habilidades y la motivación es un elemento clave para ello, así como también la resiliencia y la aceptación de la serendipia (hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando estás buscando otra cosa distinta)”.

“Esfuerzo, nada se consigue sin esfuerzo, dedicación, trabajo, constancia, hay que darlo todo, incluso cuando no puedes más y sobre todo hay que rodearse de gente que te aporte, apartar a las personas tóxicas, aprender a decir no, practicar la empatía y la simpatía, porque la mejor recompensa será el agradecimiento”.

Por último, el ponente declaró: “Ríete de tu propia Esclerosis Múltiple, sé tú mismo, sé real y sobre todo, sé feliz”.


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