La rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa Aguilar, participó ayer, martes 24 de agosto, en una sesión de las Jornadas de Verano 2021 ‘Un Polvorín de actividades’, celebrada online en San Cristóbal de La Laguna desde la segunda semana del mes. Durante su intervención, valoró las aportaciones que el centro académico realiza al territorio a través de múltiples proyectos, mientras que las restantes personas participantes conminaron a la ciudadanía a tomar la iniciativa y dirigirse de manera directa a la universidad para formular sus demandas y propuestas, sin miedo ni vergüenza porque, como señaló la rectora, “cambiar el barrio es cambiar el mundo”.
Estos encuentros se desarrollan por iniciativa de su ayuntamiento a través de la Concejalía de Cultura y Participación Ciudadana y contando con la Asociación Juvenil KAUA, el Grupo Comunitario de Ciudadanía de Taco y la Fundación “La Caixa”, además de la propia institución académica a través de su Fundación General. El diálogo completo está disponible en la página de Facebook de la concejalía organizadora.
Aguilar intervino junto a distintas representantes de la ciudadanía del municipio, como Silvia Ascanio, Berti Pérez, Jennifer Moreno, Patricia Verstraete, Rita Rodríguez, Sofía Plasencia, Dolores Hernández, Socorro González, Mari Carmen Gutiérrez, Carla Ramos y Justo Miranda. Este diálogo resaltó la creciente visibilidad del compromiso universitario en el municipio mediante un trabajo caracterizado por su alto grado de inclusión y horizontalidad. “Una labor útil de verdad”, de la que la ciudadanía se siente “orgullosa” y que mantiene un contacto “de tú a tú”. Todo ello impulsa procesos transformadores que ayudan a mejorar lo existente conjugando distintas visiones a través del diálogo.
La universidad ha apoyado el desarrollo del territorio de múltiples formas, gracias a la apertura y compromiso adquiridos por sus órganos de gobierno, profesorado y alumnado. Sobre este último colectivo, fue muy valorada la presencia de estudiantes de distintas disciplinas en los barrios, aportando su talento y motivación.
La propia la comunidad ha realizado valiosas aportaciones a la institución académica, que la rectora centró “en el empoderamiento y la inspiración que se recibe continuamente desde la sociedad para mejorar internamente”, además de “la innovación que supone elaborar estrategias y herramientas conjuntas, desde el diálogo y la colaboración de todos y todas, para enfrentar los principales retos que tenemos planteados”. Este diálogo y trabajo compartidos constituye un hito que valida este enfoque comunitario, según concluyeron las participantes.
A la universidad se le pide que continúe apostando y reforzando este tipo de trabajo y lo extienda a otros territorios, cercanos y lejanos, para impulsar nuevos procesos comunitarios en distintos lugares. Para ello, debe recibir el apoyo tanto de la ciudadanía como de las instituciones y, por ello, es importante visibilizar todo lo que se ha hecho. Debe ser la “hoja de ruta de cualquier Universidad pública que se precie, moderna y adaptada a su tiempo”, señaló Aguilar, recordando que para ello se dispone de muchos instrumentos, como por ejemplo el aprendizaje-servicio.
Las participantes demandaron mayor información sobre lo que se viene haciendo en los barrios, para conseguir más adhesiones entre la ciudadanía, porque la fórmula comunitaria funciona y es más que necesaria para afrontar las actuales complejidades. También plantearon conocer mejor las posibilidades de la universidad, porque se puede convertir en una aliada muy importante de las comunidades locales a todos los niveles, para lo cual es necesario “mantener las puertas abiertas”, tanto en la academia como en los barrios.