La Universidad de La Laguna, a través de su Vicerrectorado de Infraestructuras y Sostenibilidad, junto con la Oficina de la Participación y el Voluntariado Ambientales del Cabildo de Tenerife, han diseñado una actividad de concienciación ambiental celebrada hoy, viernes 10 de marzo, en el Campus de Guajara. Dividida en tres partes, sus 31 participantes han podido conocer el programa de compostaje que promueve la institución académica, han visitado una de las parcelas que el Servicio de Parques y Jardines ha recuperado en el campus con especies autóctonas, y han acometido la limpieza de otra parcela actualmente en desuso y afectada por una invasión de rabo de gato.
La actividad contó con a presencia de la rectora, Rosa Aguilar; la vicerrectora organizadora, Montserrat Acosta; y el consejero Insular del Área de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático del Cabildo de Tenerife, Javier Rodríguez Medina. En la organización de esta actividad también han colaborado el Aula Cultural de Jardinería, Biodiversidad y Permacultura; el Aula Cultural de Turismo Cultural; el Servicio de Parques y Jardines de la Universidad de La Laguna; el Consejo Insular de Aguas de Tenerife y la Sociedad Agraria de Transformación FAST, que ha cedido varios kilos de plátanos.
Campustaje
La sesión comenzó con la presentación de Campustaje, la iniciativa institucional de reaprovechamiento de los residuos orgánicos mediante su depósito en contendores cerrados con lombrices que, al alimentarse de ellos, los transforman en fertilizante natural. El coordinador de la iniciativa, el profesor de Departamento de Bellas Artes Carlos Jiménez Martínez, invitó a las personas asistentes a participar en esta iniciativa, lo cual es muy sencillo: una vez inscritas, se les entrega un pequeño contenedor para depositar sus residuos orgánicos y, una vez lleno, vaciarlo en los grandes recipientes ubicados en los campus universitarios.
Jiménez explicó que la naturaleza puede tardar hasta cien años en recuperar un centímetro de suelo fértil, mientras que gracias al compostaje se puede lograr en seis meses. La comunidad que se ha generado en torno a este proyecto todavía no es muy grande, pero, aun así, ya tiene la suficiente entidad como para haber evitado que 3.000 kilos de residuos no acaben en el vertedero sólo con lo recogido en el Campus de Guajara.
Jardín recuperado
La segunda etapa de esta jornada recaló en un entorno vegetal que ha sido recuperado por el Servicio de Parques y Jardines de la institución académica. Su director, Francisco Oramas, y uno de sus técnicos, Borja Arizón, explicaron el proceso gracias la cual un talud árido resultante de las obras en la autopista colindante ha terminado convertido, tras ocho años de trabajo incansable, en un bosque termófilo en miniatura, sostenible y creado exclusivamente a partir de especies autóctonas.
Este es uno de los varios jardines recuperados que existen en la universidad, que gracias a los presupuestos participativos cuentan ahora con una cartelería que identifica cada especia, explica cuál sería su piso de vegetación correspondiente en la orografía de la isla y, próximamente, incluirá códigos QR que permitirán acceder a más información.
Arizón explicó que, frente a los jardines arquitectónicos franceses, aquí se ha buscado crear un auténtico bosque, tan desordenado como lo es la propia naturaleza. También resaltó la importancia de permitir que las especies que habitan en él cumplan su ciclo completo, de tal modo que, si determinado arbusto se seca en verano, no hay que arrancarlo: es su estrategia para sobrevivir al calor y, probablemente, reverdecerá en primavera, y podrá así florecer, polinizar y, de esta manera, perpetuar el jardín de manera natural y, por tanto, sostenible.
Rabo de gato
Finalmente, el grupo de participantes se dirigió a una parcela actualmente vallada al lado de la Facultad de Derecho, que en estos momentos está siendo limpiada. Como explicó el profesor del Geografía Vicente Zapata, director académico de la actividad, la idea es que ese espacio pueda ser recuperado y abierto al público, pero siempre desde la corresponsabilidad: es decir, lograr que los usuarios hagan un uso adecuado de la parcela e incluso se comprometan a su cuidado, más allá de que el personal de jardinería de la institución pueda colaborar.
La técnica de la Oficina de Participación y Voluntariado Ambiental del Cabildo de Tenerife Candelaria Martín realizó una rápida presentación sobre el rabo de gato, especie vegetal invasora que presumiblemente habría llegado a Tenerife en los años 60 a través del Puerto de la Cruz como planta ornamental, y rápidamente ha ido invadiendo muchos kilómetros de territorio, puesto que sus raíces profundas le permiten sobrevivir con poca agua y, además, cada planta tiene hasta 10.000 semillas, lo cual explica su rápida reproducción. La especialista recordó que, si bien es necesaria la implicación ciudadana para retirar esta especie, hacerlo precisa contar con una autorización y permiso de la corporación insular.