“Luz 3. Historia de la Física” es la tercera y última parte de la trilogía de espectáculos multimedia que la Universidad de La Laguna ha dedicado al físico canario Blas Cabrera para difundir su figura fundamental en la ciencia del siglo XX y homenajear su importante legado. Esta fusión de teatro, música y audiovisual podrá verse el jueves 18 de mayo en el escenario del Paraninfo a partir de las 18:00 horas. La entrada será gratuita, aunque para controlar el aforo será necesario retirar invitaciones a través de la plataforma Tomaticket.
La trilogía ha sido promovida por el profesor del Departamento de Física de la Universidad de La Laguna Jorge Méndez, quien también ha sido coautor del texto junto al dramaturgo tinerfeño José Padilla, ganador de un Premio Max de teatro en 2019. La dirección ha corrido a cargo de Pepe Ramos Arteaga, director de la Agrupación de Teatro de Filología, la cual también participa en este montaje a través de sus intérpretes Javier Fernaud, Luis Carballo, Patricia Acosta, Adán Rocío y Sergio Lorenzo, junto al conocido actor canario Saulo Trujillo. Además, contará con la actuación musical de Mara Jaubert al piano, Marcos Depetris al violín y el solista Besay Pérez.
El 1 de agosto de 1945 Blas Cabrera Felipe fallecía en México tras un exilio no deseado que ha borrado su nombre y su memoria durante años. Hasta su último aliento escribió un manuscrito titulado “Historia de la Física”, una ciencia de la cual él mismo fue protagonista junto a sus colegas Albert Einstein, Niels Bohr, Erwin Schrödinger y Marie Curie, entre otros con los que integró la élite de la ciencia europea del siglo XX, como uno de los padres fundadores de la física cuántica.
Blas Cabrera puso las bases del estudio de las propiedades magnéticas de los elementos conocidos como tierras raras, indispensables hoy en día en las tecnologías verdes y las energías renovables para la sostenibilidad. La barbarie y la crueldad de las guerras, junto a posteriores acusaciones injustas tras la Guerra Civil, depuraron y alejaron al llamado ‘padre de la física española’ de donde nunca debió irse, y parece que, con su muerte, cerrara los ojos precisamente para no ver la locura de las bombas atómicas con las que culminaba trágicamente la Segunda Guerra Mundial esa misma semana de 1945.
Hoy el mensaje de Blas Cabrera es más actual que nunca y su ejemplo hace concebible la posibilidad de alcanzar metas importantes en la ciencia. Recientemente, el insigne físico ha vuelto a casa, literalmente, con la repatriación de sus restos a su tierra natal en Canarias y su entierro en La Laguna (Tenerife), donde creció y comenzó a formarse.