El futuro climático en las zonas de alta montaña y principalmente en Canarias ha sido el protagonista en la inauguración de las segundas Jornadas de riesgos y prevención en la montaña: Coordinación de Equipos de Rescate, que se están celebrando con una asistencia masiva de público durante el día de hoy, miércoles 1 de junio, en el Aulario César Manrique del Campus de Guajara de la Universidad de La Laguna y que concluirán mañana con un simulacro en el Parque Nacional del Teide. Este evento ha estado organizado por la propia institución universitaria, el Consorcio de Bomberos de Tenerife y el Teleférico del Pico del Teide.
Francisco García, rector de la Universidad de La Laguna, ha sido el encargado de inaugurar estas jornadas junto a Rubén David Fernández, presidente del Consorcio de Bomberos de Tenerife, y Luis Pintor, director técnico del Teleférico del Pico del Teide. El rector ha destacado la organización de estas jornadas por parte de la Cátedra de Reducción del Riesgo de Desastres y Ciudades Resilientes del centro académico, ya que la vocación de la universidad pública es ser útil a la sociedad y más en un foro enfocado a los rescates en montaña, señaló. “Vivimos en una sociedad de incertidumbre radical, expuestos a fenómenos imprevistos y convertir la incertidumbre en riesgo es una forma de acotar esas probabilidades con información y rigor científico. Todo lo que sea prevenir es avanzar en una buena dirección, como se viene realizando en esta cátedra que se ha convertido en referencia internacional”, comenta García.
Tanto Luis Pintor como Rubén David Fernández han querido destacar la importancia del simulacro que se realizará mañana en el Parque Nacional del Teide. “El primer simulacro se realizó en el año 2013 y gracias a él se puedo llevar a cabo en 2017 el rescate de más de 280 personas sin que nadie tuviera que ir al hospital. El riesgo cero no existe, por lo que hay que prepararse para las incidencias que puedan venir el día de mañana”, declaró Pintor.
Un año más tarde, en 2018 se realizó el segundo simulacro y mañana viernes está previsto que tenga lugar un tercero, a las 15 horas. “Esperamos poder mejorar nuestra capacidad operativa, optimizar los medios y garantizar la seguridad de los posibles afectados”, subrayó Fernández.
Estas jornadas pretenden acercar a los asistentes a los riesgos asociados a los rescates en montaña y para ello, lo mejor es conocer la situación actual de este entorno y los cambios climáticos que están sucediendo. Abel López Díez, profesor de Geografía de la Universidad de La Laguna y miembro de la Cátedra de Reducción del Riesgo de Desastres y Ciudades Resilientes, ha querido enfocar su ponencia a cómo el cambio climático está afectando a la alta montaña, ciñéndose al caso de Canarias.
“Las islas son los espacios más vulnerables del planeta por la gran dependencia del exterior y el consumo energético es mucho mayor que en el continente, a ello hay que sumarle la explotación de recursos como el agua o el suelo”, explicó el experto. En las zonas de alta montaña de las islas estos valores extremos se acentúan y aparecen peligros que a nivel del mar no existen, tales como aludes, inundaciones, incendios forestales o heladas. “La alta montaña canaria presenta los mayores contrastes climáticos de toda España. Durante los últimos años cada vez llueve más en verano y las temperaturas son más elevadas, lo que significa una tropicalización del clima”, comentó.
Las temperaturas en las zonas de alta montaña han experimentado desde los años 70 un ascenso de 1,1 grados centígrados y siguen en ascenso, por el aumento exponencial de las partículas de CO2 en la atmósfera. “Antes de esa década no se habían registrado noches tropicales en el Parque Nacional del Teide y el año pasado se contabilizaron varias. Además, ha aumentado la probabilidad de fenómenos meteorológicos inestables de origen tropical debido al calentamiento de los océanos. Nuestro clima se parece cada vez más a Cabo Verde que a un clima mediterráneo”, admitió López.
Además, continuó el experto, cada vez hay más temporales marinos que están afectando a las Islas Canarias a la vez que las sequías son más intensas. Se producen cambios en las precipitaciones, ya que ha habido un aumento de la torrencialidad en el Parque Nacional del Teide. “Las precipitaciones estivales empiezan a ser cada vez más frecuentes y esto es un síntoma de preocupación”, añade López. “En nuestras manos está proteger las montañas, resguardar su belleza y salvaguardar su fragilidad frente a este gran desafío que es el cambio climático”.