La Universidad de La Laguna viene participando desde el año 2021 en el proyecto Green Hysland, financiado por la Unión Europea dentro del Programa H2020, con el objetivo de producir hidrógeno a partir de energía fotovoltaica en islas y alimentar a toda la cadena de valor, en la idea de que esta institución académica proyecte su reproducibilidad en Canarias.
Además de que ya dentro del proyecto se ha adquirido la mayor parte de la infraestructura (electrolizador, compresores, hidrogeneras, trailers para el transporte del combustible a alta presión, gasoducto, 5 guaguas alimentadas por hidrógeno y células de combustible), el último gran hito ha sido la puesta en servicio en Mallorca del primer electrolizador de 2,5 MW para la producción de hidrógeno exclusivamente a partir de energía fotovoltaica.
Ricardo Guerrero, catedrático del área de Física Aplicada de la Universidad de La Laguna e investigador responsable del proyecto para su replicabilidad en Canarias, ha señalado que este inicio de producción de hidrógeno supone un gran éxito no exento de dificultades: “No ha sido fácil. Así, estimamos que en la actualidad sólo existen dos lugares en toda España en que el hidrógeno se produce 100% con energías renovables, y Mallorca es uno de ellos”.
El investigador de la Universidad de La Laguna ha viajado la semana pasada a la sede central de Enagás Renovables para mantener varias reuniones de trabajo dentro del proyecto y fijar toda la información técnica necesaria para realizar la replicabilidad. “El electrolizador está confirmando lo que ya esperábamos: consume unos 55 kWh de energía fotovoltaica y 20 litros de agua por kg de H2 producido, y llega a producir unos 40 kg de H2 por hora. Para hacernos una idea, con 1 kg de H2 podemos recorrer una media de 100 km con un vehículo alimentado por hidrógeno”, explica.
Guerrero señaló que ahora los trabajos del equipo de investigación de la Universidad de La Laguna se están centrando en conocer más en detalle el comportamiento dinámico del electrolizador, dado que siempre se ha entendido que en un futuro este tipo de tecnología será el elemento clave para alcanzar el 100% de autosuficiencia energética en estas islas. “El electrolizador será el que nos permitirá integrar los excedentes de generación renovable y dejar de tirarlos a la basura”, añade, por lo que es previsible que el operador del sistema los opere a través de un centro de control junto con células de combustible y turbinas de hidrógeno. “El hidrógeno producido lo almacenaremos directamente o lo convertiremos en otro tipo de combustible renovable y lo utilizaremos cuando lo consideremos necesario, especialmente en los meses de otoño, que es cuando casi nos quedamos sin viento y la fotovoltaica ya no produce tanto como en verano”.
Por último, Ricardo Guerrero, que también es el director del Máster en Energías Renovables de la Universidad de La Laguna, señaló que una vez entendamos bien el comportamiento dinámico del electrolizador, el último paso será definir el mejor emplazamiento para plantear la replicabilidad. “Es evidente que lo plantearemos en Tenerife, al ser el sistema eléctrico más grande de Canarias, además de ser el más necesitado de sistemas de integración y almacenamiento de energía eléctrica”.
No obstante, hay que definir también dónde colocarlo dentro de la isla, precisa el investigador, ya que, aunque Tenerife opera en condiciones de nodo único, la realidad es que la red sufre congestiones en algunos nudos debido a la gran penetración de energía renovable y la actual configuración de los procedimientos de operación de los sistemas eléctricos no peninsulares que deberían ser revisados. “La decisión la tomaremos pronto”, concluye.