Notas necrológicas sobre el diseño gráfico
Resumen
Después de una época convulsa como la posmoderna, en donde se cuestionaron todos los parámetros preestablecidos como dogmas de fe, vivimos una época más pausada, en donde los debates se han desplazado hacia esferas más profundas y reflexivas. Cuestionados los más férreos principios del diseño como la retícula, la objetividad, la racionalidad, la universalidad... a finales de los 90 poco quedaría ya por discutir, dando paso a un principio de siglo XXI preocupado por cuestiones más profundas como la transmisión de la información, o cuestiones éticas y de responsabilidad social del diseño. Las últimas manifestaciones del diseño gráfico dan la razón a aquellos que auguran una época de vuelta al orden, de limpieza, de claridad compositiva, de rigor formal, acercándose de nuevo al concepto de «racionalidad proyectual». De esta forma, el diseño gráfico reflexiona sobre la percepción del mismo por parte de la sociedad a través de ataques subversivos contra todos los conceptos establecidos inmediatamente anteriores. En estas diferentes significaciones que adquiere el diseño, especialmente hacia finales del siglo XX, se enmarcan en profundos cambios sociales, culturales y de manera muy especial en los efectos de la sociedad de consumo, añadiendo al ideario del diseño nuevas terminologías que se suman a la clásica del «buen diseño», como «anti-diseño», «de-diseño» o su última concepción «no-diseño».
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